17/7/20

LAS 48 HORAS QUE CONDENARON A ESPAÑA A UNA GUERRA CIVIL


Previsto para el día 18 a las 05:00 horas, una filtración de los planes provocó que la sublevación comenzara en la noche del 17 en Melilla

El 18, los rebeldes se alzaron en Sevilla, Córdoba y Granada, pero la clave fue la madrugada del 19, cuando se unieron Valladolid, Burgos y Zaragoza

 
El general Francisco Franco llegando a Ceuta.

El sábado 18 de julio de 1936, Francisco Franco, por entonces 'comandante general de Canarias', ya ha dado el paso definitivo para consumar su 'traición': tras llegar a Tenerife a las 8.00 de la mañana del día anterior para asistir al entierro del 'comandante militar Amado Balmes', "muerto el día 16 en extrañas circunstancias", firmó el 'bando de guerra' que se leyó en Melilla al anochecer del día 17.

De modo que, tras muchas dudas, 'ya ha quemado las naves' cuando, y tras recibir un 'telegrama de adhesión' desde Melilla, ratifica a las 5.15 horas del día 18 su 'manifiesto sedicioso', que es difundido desde primera hora de la mañana por EAJ50 Radio Las Palmas y EAJ43 Radio Club Tenerife junto con el 'bando del estado de guerra'. A las 14.33 parte en avión para Tetuán, pero decide 'hacer noche' en Casablanca a la espera de 'acontecimientos'. Como medida de prudencia, "viste de paisano, se ha afeitado el bigote y usa gafas oscuras".

En Pamplona, "el gobernador militar Emilio Mola, director del conjunto de la conspiración", y 'supervisor directo del complot' en las divisiones V (Zaragoza), VI (Burgos) y VII (Valladolid), repasa minuciosamente su 'bando de declaración del estado de guerra'. La dirección 'carlista navarra' le ha prometido 6.000 requetés para la mañana siguiente.

División en el norte


El 18, el único 'incidente grave' que se produce en su demarcación es "el asesinato del comandante de la Guardia Civil José Rodríguez Medel" por sus 'subordinados' cuando les comunica su decisión de trasladar los 'efectivos de la Benemérita' fuera de Pamplona para entorpecer la inminente 'sublevación'. El plan sedicioso de Mola 'triunfará' en Vitoria y Logroño, pero en Vizcaya no se produce ninguna rebelión, y en Santander la 'descoordinación y falta de órdenes concretas' procedentes de Burgos hace fracasar la 'conspiración' sin efectuarse un solo disparo.

Las noticias procedentes de Marruecos ponen en marcha el 'dispositivo de acción gubernamental' previamente diseñado: a las 2.00 de la madrugada, el inspector general de la Guardia Civil, general Sebastián Pozas, lanza un 'mensaje por radio' a las comandancias advirtiendo de la 'sublevación' e invitando a jefes, oficiales, clases e individuos a que "cumplan fielmente con su deber en buen nombre del Instituto y en prestigio de la Institución".

A la escuadra se le dan órdenes de 'bloquear las plazas' de Melilla, Larache y Ceuta. De las bases del Ferrol y Cartagena ya han zarpado algunas unidades, y "la aviación se dispone a bombardear Melilla y Tetuán". Esa misma mañana, en la estación que la Marina dispone en la Ciudad Lineal, el oficial radiotelegrafista Benjamín Balboa evita que la 'proclama sediciosa de Franco' se transmita a todos los buques.

Apagón informativo
 

Tras haber censurado durante semanas toda referencia periodística al 'movimiento militar' en ciernes, el Gobierno emite a las 8.30 un 'comunicado' en el que "asegura que se ha frustrado un nuevo intento criminal contra la República", y justifica el 'apagón informativo' por la voluntad de conocer exactamente lo sucedido y adoptar las 'medidas oportunas' para el aplastamiento de la 'intentona golpista'. Se afirma que elementos leales resisten en el Protectorado, que se envían fuerzas de 'tierra, mar y aire' para atacar a los 'sediciosos' y que ninguna fuerza se ha sumado en la Península. Sin embargo, "gran parte de la guarnición de Madrid se ha recluido en el Cuartel de la Montaña", mientras se producen 'detenciones de oficiales' y 'cambios precipitados' en puestos clave de la División.

A mediodía, el general Gonzalo Queipo de Llano, 'inspector general de Carabineros', se entrevista en la Capitanía de Sevilla con el general jefe de la II División, José Fernández de Villa-Abrille. "A los pocos minutos sale del despacho convertido en la autoridad militar de facto", manda concentrar las fuerzas -unos 2.900 hombres- y arma a los 'voluntarios civiles', que son menos numerosos de lo esperado.

Tras la declaración del 'estado de guerra' a primera hora de la tarde, comienzan los 'disparos cruzados' entre los 'militares' y los 'guardias de Asalto fieles al Gobierno'. Al tiempo, "una nutrida manifestación obrera procedente de Triana avanza por la orilla del Guadalquivir con la intención de asaltar el parque de Artillería, donde se custodian 25.000 fusiles, pero es recibida con una descarga cerrada". Aunque detienen a las autoridades civiles, 'los sublevados solo controlan el centro de la ciudad', y estarán bajo la 'continua amenaza' de los barrios obreros (Triana, La Macarena y San Bernardo) hasta el día 23.

Primeras tropas marroquíes

Tropas marroquíes llegadas a la península

La incierta suerte de Sevilla pesa sobre toda la región: en Cádiz, el general José López-Pinto saca las 'tropas' a la calle y se enfrenta con la Guardia de Asalto por el control de los 'edificios oficiales' hasta que las primeras 'tropas marroquíes' llegan a la mañana siguiente. En Córdoba, el Regimiento de Artillería Pesada nº 1 dirigido por el coronel Ciriaco Cascajo "declara el estado de guerra a las 17.00 y una hora después bombardea el Ayuntamiento y el Gobierno Civil", que se rinden al poco tiempo. En Granada, el general Miguel Campins se niega a alzarse hasta que 'es destituido por sus oficiales' el día 20, y en Málaga el general Francisco Patxot, que ha declarado la 'ley marcial' a primera hora de la tarde, da la orden de 'retornar a los cuarteles' a las 10 de la noche, ya que se siente abandonado por Sevilla.

"Salvo algunos incidentes en la base naval de Ferrol, Galicia no se subleva ese día 18", pero sí lo hace Castilla la Vieja: en Valladolid, el general Nicolás Molero, al mando de la División, recibe a las 22 horas la 'poca amistosa' visita de 'dos generales monárquicos retirados' -Ponte y Saliquet-, que le conminan a que apoye el 'alzamiento'. "La disputa degenera en un tiroteo en el mismo despacho de Capitanía que se salda con un civil muerto y varios militares heridos", entre ellos el propio Molero, que es sustituido por Saliquet. Mientras que en Burgos, el general Domingo Batet es 'detenido' por sus propios 'subordinados', que encomiendan el mando a otro general retirado: Fidel Dávila. En Zaragoza, el Gobierno sospecha del jefe divisionario, el masón Miguel Cabanellas, que pasa por simpatizante 'lerrouxista' y tiene una estrecha relación con Queipo.

El mismo día 18, Casares urde la 'maniobra' de su relevo por Miguel Núñez de Prado, director general de Aeronáutica y miembro de la Unión Militar Republicana Antifascista (UMRA), que viaja por aire a la capital aragonesa para persuadir al mando militar, pero "es detenido por los oficiales conjurados y trasladado a Pamplona para su ejecución". El dubitativo Cabanellas acabaría por declarar el 'estado de guerra' en la madrugada del 19, tras haber 'depuesto' al 'gobernador civil' y asegurarse la 'adhesión' de las fuerzas de Policía.

Reparto de armas
 

El Consejo de Ministros, reunido a partir de las 16.30 en el palacete de la Castellana con la presencia de Prieto y Largo Caballero, "acuerda destituir a Franco y a Queipo, anular los estados de guerra declarados por los facciosos, licenciar las tropas y cuadros de mando y disolver todas las unidades" que hubieran tomado parte en el 'movimiento insurreccional'. Por su lado, la UGT ordena declarar la 'huelga general' en las localidades donde los 'facciosos' hubieran impuesto el 'estado de guerra'.

Hacia las 10,30 de la noche, tras una 'ardiente alocución radiofónica' pronunciada por Dolores Ibárruri como reacción al rumor de una 'sublevación inminente' en el Cuartel de la Montaña, Carabanchel, Getafe y Alcalá, "miles de trabajadores se congregan frente a la Casa del Pueblo de la calle Piamonte y exigen la entrega de armas". La impresión reinante es que el Gobierno, que lleva a la 'expectativa' más de 12 horas -en otras doce, la rebelión se habrá extendido por toda la Península-, ha dejado virtualmente de existir.

A primera hora de la noche, mientras que los 'comités obreros' pasan a controlar las 'estaciones' y el 'tráfico ferroviario', se confirma la 'dimisión' de Casares y la noticia de "la constitución de un Gobierno de emergencia nacional del que los socialistas se niegan a formar parte".

La lista del nuevo gabinete, 'exclusivamente republicano' y dirigido por el moderado Diego Martínez Barrio, es leída por radio a las 4.00 de la madrugada del 19, a pesar de que su 'constitución oficial' tendría lugar dos horas más tarde. Martínez Barrio dispone de unas pocas horas para "contrarrestar las protestas populares y pactar con los sublevados".

Alocución radiofónica de Dolores Ibarruri

En este difícil juego de 'equilibrios negociadores', decide llamar a Mola, que le repite lo que acaba de decir al flamante ministro de la Guerra, general Miaja: que ha 'destituido' a Batet, se ha hecho con el mando de la VI División y 'se niega a cualquier avenencia'. "Las manifestaciones nocturnas en la Puerta del Sol contra el presunto entreguismo del Gobierno son el preludio de las grandes movilizaciones de la mañana del domingo".

En esas circunstancias, 'el gabinete renuncia' a inicios de la tarde, pero 'las tropas ya se han pronunciado' a primera hora de la mañana en Madrid y Barcelona -seguidas de Pamplona, Salamanca, Vitoria, Logroño, La Coruña, Cáceres o Asturias-, y el 'nuevo Gobierno republicano' de José Giral ya tiene decidida "la entrega inmediata de fusiles a las organizaciones obreras".

La crisis da un giro fundamental con esta 'movilización popular armada', como lo volverá a hacer a partir del día 20, cuando ya el envío de 'columnas' al encuentro de las del 'enemigo' marque "el inicio de la guerra abierta, de la lucha en frentes de combate".

FUENTE: elmundo.es
Eduardo González Calleja
Universidad Carlos III de Madrid 
17/07/2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario