30/11/17

LOS ESPAÑOLES Y LOS LIBROS

FUENTE: Periódico El Día de fecha 28/11/2017

No sé yo si ese dato será correcto. Poco me parece que solo el 33% de la población nunca lea un libro. No lo podría asegurar, pero me suena el dato del 50%, o lo que es lo mismo, la mitad de la ciudadanía.

De todos formas, obviando las bibliotecas públicas e Internet, al precio que están los libros no sé como ha podido leerlos la otra mitad. Y es que el nivel cultural de este "pís" deja muchísimo que desear; cosa que interesa sobre manera a este tipo de gobiernos, porque cuanto más culto es el pueblo, más difícil de manipular.

Miguel Ángel G. Yanes
 

29/11/17

CHARLES BAUDELAIRE - BENDICIÓN (POEMA)


Cuando, por un decreto de las potencias supremas,
El Poeta aparece en este mundo hastiado,
Su madre espantada y llena de blasfemias
Crispa sus puños hacia Dios, que de ella se apiada:


-“¡Ah! ¡no haber parido todo un nudo de víboras,
Antes que amamantar esta irrisión!
¡Maldita sea la noche de placeres efímeros
En que mi vientre concibió mi expiación!


Puesto que tú me has escogido entre todas las mujeres
Para ser el asco de mi triste marido,
Y como yo no puedo arrojar a las llamas,
Como una esquela de amor, este monstruo esmirriado,


¡Yo haré rebotar tu odio que me agobia
Sobre el instrumento maldito de tus perversidades,
Y he de retorcer tan bien este árbol miserable,
Que no podrán retoñar sus brotes apestados!”


Ella vuelve a tragar la espuma de su odio,
Y, no comprendiendo los designios eternos,
Ella misma prepara en el fondo de la Gehena
Las hogueras consagradas a los crímenes maternos.


Sin embargo, bajo la tutela invisible de un Ángel,
El Niño desheredado se embriaga de sol,
Y en todo cuanto bebe y en todo cuanto come,
Encuentra la ambrosía y el néctar bermejo.


El juega con el viento, conversa con la nube,
Y se embriaga cantando el camino de la cruz;
Y el Espíritu que le sigue en su peregrinaje
Llora al verle alegre cual pájaro de los bosques.


Todos aquellos que él quiere lo observan con temor,
O bien, enardeciéndose con su tranquilidad,
Buscan al que sabrá arrancarle una queja,
Y hacen sobre El el ensayo de su ferocidad.


En el pan y el vino destinados a su boca
Mezclan la ceniza con los impuros escupitajos;
Con hipocresía arrojan lo que él toca,
Y se acusan de haber puesto sus pies sobre sus pasos.


Su mujer va clamando en las plazas públicas:
“Puesto que él me encuentra bastante bella para adorarme,
Yo desempeñaré el cometido de los ídolos antiguos,
Y como ellos yo quiero hacerme redorar;


¡Y me embriagaré de nardo, de incienso, de mirra,
De genuflexiones, de viandas y de vinos,
Para saber si yo puedo de un corazón que me admira
Usurpar riendo los homenajes divinos!


Y, cuando me hastíe de estas farsas impías,
Posaré sobre él mi frágil y fuerte mano;
Y mis uñas, parecidas a garras de arpías,
Sabrán hasta su corazón abrirse un camino.


Como un pájaro muy joven que tiembla y que palpita,
Yo arrancaré ese corazón enrojecido de su seno,
Y, para saciar mi bestia favorita,
Yo se lo arrojaré al suelo con desdén!”


Hacia el Cielo, donde su mirada alcanza un trono espléndido,
El Poeta sereno eleva sus brazos piadosos,
Y los amplios destellos de su espíritu lúcido
Le ocultan el aspecto de los pueblos furiosos:


-“Bendito seas, mi Dios, que dais el sufrimiento
Como divino remedio a nuestras impurezas
Y cual la mejor y la más pura esencia
Que prepara los fuertes para las santas voluptuosidades!


Yo sé que reservarás un lugar para el Poeta
En las filas bienaventuradas de las Santas Legiones,
Y que lo invitarás para la eterna fiesta
De los Tronos, de las Virtudes, de las Dominaciones.


Yo sé que el dolor es la nobleza única
Donde no morderán jamás la tierra y los infiernos,
Y que es menester para trenzar mi corona mística
Imponer todos los tiempos y todos los universos.


Pero las joyas perdidas de la antigua Palmira,
Los metales desconocidos, las perlas del mar,
Por vuestra mano engastados, no serían suficientes
Para esa hermosa Diadema resplandeciente y diáfana;


Porque no será hecho más que de pura luz,
Tomada en el hogar santo de los rayos primitivos,
Y del que los ojos mortales, en su esplendor entero,
No son sino espejos oscurecidos y dolientes!”

Charles Baudelaire
( 1821 - 1867)

28/11/17

OTROS POETAS MALDITOS

Días atrás colgué en este blog un artículo de Enrique Villagrasa en el que hacía referencia a los Poetas Malditos, término acuñado por el poeta francés Paul Verlaine y que le sirvió de título para un libro de ensayo publicado por primera vez en 1884 ("Les Poètes maudits", en el original), en el que englobaba a estos seis autores:

Marceline Desbordes-Valmore
(1756 - 1859)

Auguste Villiers de Lisle-Adam
(1838 - 1889)

Stéphane Mallarmé
(1842 - 1898)

Pauvre Lelian
 (Anagrama del propio Paul Verlaine)
(1844 - 1896)
 
Tristan Corbiére
(1845 - 1975)

Arthur Rimbaud
 (1854 - 1891)

 

El término "Poetas Malditos" fue tomado por Verlaine de uno de los poemas de Charles Baudelaire titulado "Bendición*", introductorio de su poemario "Las Flores del mal".

Argumentaba Paul Verlaine que el propio genio creador de los autores fue el causante de la maldición, ya que, la mayoría de sus coetáneos fueron incapaces de entender su obra, lo que los llevó a desligarse de la sociedad y, renegando de sus múltiples normas, optar por una vida bohemia y un arte libre y provocativo, lo que a la postre los empujaría hacia el lenguaje críptico del hermetismo, aislándolos aún más; lo que degeneró en vidas trágicas y de tendencias autodestructivas.


Tal denominación se fue aplicando a otros autores anteriores y posteriores a la recopilación efectuada por Verlaine, lo que ha generado una extensa pláyade de "poetas malditos" que abarca los siglos XVIII, XIX y XX, entre los que cabe destacar:

Thomas Chatterton 
(1752-1770)

Alfred de Vigny 
(1779-1863)

John Keats 
(1795-1821)

Nikolaus Lenau 
(1802-1850)

Aloysius Bertrand 
(1807-1821)

Gérard de Nerval 
(1808-1855)

Edgar Allan Poe 
(1809-1849) 

Petrus Borel 
(1809-1859)

Charles Baudelaire 
(1821-1867)

Charles Cros 
(1842-1888)

Conde de Lautréamont 
(1846-1870)

 Guy de Maupassant 
(1850-1893)

Germain Nouveau 
(1851-1920)

  Innokienti Ánnienski
(1855-1909)

Jules Laforgue
(1860-1887)

Émile Nelligan
(1879-1941)

Serguéi Yesenin
(1895-1925)

Antonin Artaud
(1896-1948)

Federico García Lorca
(1898-1936)

Armand Robin
(1912-1961)

Gilberte H. Dallas
(1918-1960)

Charles Bukowski
(1920 -1994)

Roger Milliot
(1927-1968)

Jean-Pierre Duprey
(1930-1959)

Alejandra Pizarnik
(1936-1972) 

Rodolfo Fogwill
(1941-2010)

Raúl Gómez Jattin
(1945-1997)

Eduardo Haro Ibars
(1948-1988)

Leopoldo Mª Panero
(1948-2014)

(*) Pensaba incluir el poema aquí, pero dada su extensión lo reflejaré en la próxima entrada. 

27/11/17

PUEBLOS SUMERGIDOS

La pertinaz sequía que asola la península ibérica hace aflorar pueblos sumergidos al disminuir drásticamente el nivel de las aguas en diferentes embalses, dando la oportunidad a los que no los conocieron, de poder verlos, y a los que sí, de rememorarlos y añorarlos.
 

Miguel Ángel G. Yanes

24/11/17

FREDDY MERCURY & QUEEN (VÍDEO)


Vigesimoséptimo aniversario del fallecimiento de Farrokh Bulsara, nacido en Zanzíbar (archipiélago del Océano Índico) en 1946 y popularmente conocido como Freddy Mercury: cantante, músico y compositor; fundador, vocalista y "alma máter" del grupo británico de rock Queen.

Sirva rememorar esta actuación, como homenaje personal a su memoria, por parte de uno de sus seguidores incondicionales.

Miguel Ángel G. Yanes

21/11/17

PAREJA

No pretendo que seamos “felices para siempre”; 
lo que quiero es que, tomados de la mano, 
nos miremos a los ojos y entendamos 
que vamos a tener días buenos, días malos, 
días mejores, días peores y días terribles, 
pero que al final, siempre estaremos juntos.

  Miguel Ángel G. Yanes

19/11/17

CAMUFLAJE


Si hubiera tenido los ojos cerrados, 
quizás habría pasado inadvertido.

Miguel Ángel G. Yanes

17/11/17

RETRATOS LITERARIOS Y VINO CREADOR

Un recorrido por el alcohol y la literatura de la mano de Javier Barreiro


Con casi 91 años, los cumplirá en noviembre, el poeta y novelista José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1926) da cuenta en 464 páginas, de 103 lúcidos y honestos retratos literarios de otros tantos personajes de la cultura hispánica en Examen de ingenios (Seix Barral): tanto artistas como escritores, a los que él conoció y de los que fue y es amigo: prescinde de los pertenecientes a promociones posteriores a la suya, según dice en la nota explicativa del libro. Es toda una vida y más lo que hay en estas páginas escritas con total generosidad, que es como bien dice el autor al terminar de hablar de Julio Cortazar: “La generosidad es el único egoísmo legítimo.”

José Manuel Caballero Bonald

Así pues, desde Azorín a Juan Gelman pasando por León Felipe, Guillén, Aleixandre, Cunqueiro, Oteiza, Alberti, Panero, Paz, Viola, Hierro, Guerra, Cardenal, Valente, Barral, Gil de Biedma, Marsé, Agujetas, Gala, Gamoneda y Quiñones, entre otros muchos, quedan todos pergeñados por el ingenio de este Caballero Bonald, de enorme talento narrador a la vez que poético, donde expone anécdotas personales entre retratista y retratado, hasta momentos clave de una situación cultural vivida. Excelente memoria la suya, donde da cuenta, no sin retranca en algunos casos, de todo lo que vale la pena contar de lo vivido. Siempre desde su punto de vista y para mayor gloria suya: o sea, de ambos.

Javier Barreiro

En estas andaba cuando aparece Alcohol y Literatura (Menoscuarto) del aragonés Javier Barreiro (Zaragoza, 1953), quien en sus 280 páginas de valiosa erudición nos da cuenta también de los artistas, hombres y mujeres, también novelistas y poetas, que han profesado en dipsomanía y es curioso que de los pocos vivos de los que habla cita a Caballero Bonald y no lo deja bien parado como persona, aunque Barreiro si cita en la extensa bibliografía dos libros de Caballero Bonald sobre el tema que le ocupa: Lo que sabemos del vino (1967) y Breviario del vino (1967) y habla de su brillante prosa y de sus excelentes libros de memorias. Lo cortes no quita lo valiente, supongo: “Otros autores no catalanes cercanos al grupo y a la editorial de Carlos Barral, muy buenos amigos del trago, fueron el madrileño Juan García Hortelano, a quien ya se citó, al asturiano Ángel González y el jerezano José Manuel Caballero Bonald, autor de dos excelentes libros de memorias, Tiempo de guerras perdidas (1995) y La costumbre de vivir (2001), de rutilante prosa, pero que sobrellevan el peso de la inmensa y magmática vanidad de su autor, siempre minusvalorando sutilmente –no a la zafia manera de Baroja- a cualquier contemporáneo que pudiera disputarle la gloria. A la justa fama de su escritura le acompañó la de gran bebedor que, además, sabía soslayar o enmascarar los peligros de las copas. Que se le notaba poco, vamos.”


Ángel González

Javier Barreiro es un reconocido estudioso de la literatura y de la cultura popular, del tango en especial, entre otra muchas cosas, y en este libro que me ha entretenido también me ha descubierto a escritores que desconocía, pues a la vez que habla de su afición al trago expone las mejores obras de cada cual, y va desde los orígenes de la vid hasta las desaparecidas tabernas de nuestros tiempos jóvenes. Así, por sus brillantes páginas desfilan los contemporáneos, la bohemia española, los hispanoamericanos, los norteamericanos, los británicos y todo lo que tenga que ver con la creación literaria y el alcohol, como el cine y la novela negra, por ejemplo. Nos explica la diferencia entre borracho y alcohólico de la mano de varios autores, me quedo con la del poeta W. H. Auden, quien para aclarar lo que no era explicaba que: “Un alcohólico cambia de personalidad con las copas; un borracho puede beber lo que quiera. Yo soy un borracho”. Y hablando de poetas, de todos es conocida su dipsomanía generalizando, que siempre es malo generalizar, el ensayista aragonés escribe: “Para los poetas, por lo menos en los tiempos en que había poetas, el alcohol es como el aire que respiran.”

W. H. Auden

Creo que Javier ha escrito un excelente ensayo sobre el vino y el quehacer demiurgo, con una fantástica bibliografía, 9 páginas, y con casi un millar de personajes, en 14 páginas de índice onomástico, pululando por esas páginas admirables: desde Enrique Gómez Carrillo a Caroline Blackwood, pasando por Alejandro Sawa, Mariano de Cavia, José Gutiérrez Solana, Manuel Machado, Eduardo Alonso, Dámaso Alonso, Manuel Halcón, Leopoldo Panero, Eladio Cabañero, Pedro Garfias, José María Álvarez, José López Ruiz, Alfonso Grosso, Gabriel Ferrater, Alfonso Costafreda, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Ana María Matute, Juan Benet, Fernando Quiñones, Fernando Marías, Rabelais, Ernest Theodor Amadeus Hoffmann, Gérard de Nerval, Baudelaire, Verlaine y Rimbaud, entro otros muchos más.

Los poetas malditos:
De pie y de izquierda a derecha: Bonnier, Blémont y Aicard.
Sentados: Verlaine, Rimbaud, Valade, d'Hervilly y Pelletan*.
(Faltan: Mallarmé, Cobière, Villiers, Valmore y Baudelaire fallecido en 1867) 

Eso sí, no se piensen ustedes, en dichas páginas hay mucha vida alegre y de moral distraída, pero vida vivida, y por supuesto borrachería; pero también, hay muchísimo altruismo y gran compañerismo etílico, y admirables bondades personales; y hasta ellas, las páginas, llegan los ecos del ruido y la bulla de los bares, de los hoteles y de las tabernas del mundo conocido; y también las tabernas de su ciudad, Zaragoza, ya desparecidas como tales. No dejen de leerlo, se divertirán aprendiendo. ¡Que arte el de este Javier Barreiro, cuánta retranca, a quien conocí en un bar de Tarragona, dónde pues, y nos presentó una profesora de Literatura y común amiga, como no podía ser de otra forma!


Creo que ambos libros, Examen de ingenios como Alcohol y Literatura tiene algo o mucho en común pues son semblanzas de vidas que resultan epopeyas brillantes, tragicómicas las más de las veces, en un juego de contradicciones y aderezadas ellas con maravillosas extravagancias y otras lindezas. Y es que un libro si es bueno, te debe llevar a otro u otros muchos, como es el caso. ¡No dejen de leerlos, por favor!

FUENTE: librujula.com
Enrique Villagrasa


(*) Pelletan (fíjense que no iba vestido de negro como el resto) es el único de los integrantes de la fotografía que no era poeta sino periodista, aunque con posterioridad se dedicaría a la política, llegando a ser Ministro de Marina de Francia entre los años 1902 a 1905.