30/5/20

INCONGRUENCIAS CANARIAS


Miguel Ángel G. Yanes

EL ÉXODO DE LOS RICOS

El éxodo de los venezolanos más 'vip' a España 

De izquierda a derecha: Astrid Klisans y Carlos Baute, Lilia López y...
De izquierda a derecha: Astrid Klisans y Carlos Baute, Lilia López y Lilia X. Guzmán de Frutos y Margarita Vargas.  

El Gobierno español ha llamado a consultas a su embajador en Caracas por las "enésimas declaraciones de Maduro contra España" y el "bautismo del ex presidente Felipe González como persona 'non grata'". La medida no es baladí: "es el paso anterior a la ruptura de relaciones". La comunidad venezolana en España ve el incremento de la 'hostilidad bilateral' con preocupación. 

En los últimos años, "muchas de las grandes fortunas del país latinoamericano han decidido mudarse a España", donde viven una existencia más discreta que en su país de origen, fuera de la lupa chavista. "Algunos son muy conocidos, como la esposa de Luis Alfonso de Borbón, Margarita Vargas, y otros menos, como los Betancourt, los Trebbau o los Cohen.

"Margarita Vargas es hija del banquero Víctor Vargas, el multimillonario dueño del Banco Occidental de Descuento (BOD), la quinta entidad financiera más importante de Venezuela"

Víctor Vargas

Aunque las relaciones de los Vargas con el chavismo son impecables, "en 2012 la esposa de Luis Alfonso y su familia decidieron comprarse una lujosa casa a las afueras de Madrid para residir definitivamente en la capital", donde gozan de todas las comodidades. 

El cantante Carlos Baute vive en España desde hace años, y "ha convertido a su esposa, la arquitecta Astrid Klisans (proveniente de una adinerada familia venezolana), en otra madrileña más". Baute no ha tenido pelos en la lengua y ha mostrado su desacuerdo con el régimen chavista siempre que ha podido, lo que le ha valido la respuesta de Nicolás Maduro en alguna ocasión.

Otros compatriotas están llevando a cabo el éxodo de una forma más discreta. "Salomon Cohen, sus 6 hijos y sus más de 20 nietos forman parte de una de las empresas familiares más destacadas de Venezuela, el grupo Sambil", que divide su actividad entre proyectos residenciales, oficinas, hoteles y centros comerciales.

Salomón Cohen

"El clan se ha hecho con el antiguo centro comercial Avenida M-40", donde planea abrir su primer centro comercial fuera de Latinoamérica, un gran outlet que abrirá en pocos meses. 

"Queremos montar cuatro o cinco en las principales ciudades de España: Barcelona, Bilbao, Valencia y Sevilla", explicaba en un artículo reciente el delegado de Sambil en España, todo como paso previo a su salto al resto de Europa. La ambiciosa expansión se llevará a cabo desde sus nuevas oficinas, instaladas en Madrid. "Ya expatriaron el capital, ahora le seguirá la familia".

Los Cohen no son los únicos. "Algunos han detectado un interés creciente de las grandes fortunas venezolanas por invertir en España". El magnate de los medios "Gustavo Cisneros, que ya intentó hacerse con La Sexta, comienza a abandonar sus negocios en el país bolivariano y a mostrar su interés por España"

Gustavo Cisneros

"El propietario de Venevisión alterna desde hace meses su residencia entre Madrid, donde posee una casa, Miami y La Romana (en República Dominicana)". Goza de 'nacionalidad española' por sus antepasados palentinos y ya ha mostrado su "interés por entrar en alguna de las televisiones autonómicas españolas, como Telemadrid o Canal Sur".

"Aunque si alguien está invirtiendo en España ése es el clan de los Bolichicos", el nombre con el que se conoce en Venezuela a Alejandro Betancourt, Domingo Guzmán, Pedro Trebbau y otros miembros de una misma familia y antiguos compañeros de colegio que hicieron negocios juntos en la Venezuela chavista. "En España se hicieron conocidos por la relación de la madre de Alejandro, Lilia López, con el torero Palomo Linares", pero su desembarco fue mucho más allá. 

A través de su empresa, Derwick Associates, se hicieron, a mitad de precio, con la exclusiva finca de caza El Alamín (Toledo), anterior propiedad de Díaz Ferrán. También tienen varias propiedades en el barrio de Salamanca. Tras la tormenta de la prensa del corazón, "ahora residen en Madrid de forma discreta, aunque a todo tren". Sin chavismos.

El clan de los Bolichicos, acusado de diversas estafas empresariales

FUENTE: elmundo.es
Cote Villar
Cuando las ratas se apresuran a abandonar el barco es síntoma de hundimiento inminente: saben de antemano lo que va a suceder. Pero no ha sido así en el caso de Venezuela, han pasado los años y el chavismo resiste.

NOTA ACLARATORIA:  Dada la antigüedad del artículo, es menester hacer constar por mi parte el fallecimiento de Salomón Cohen, acaecido en Caracas el 24 de junio de 2018 (q.e.p.d.).

29/5/20

PALABRITA SAGRADA


"Palabrita del niño Jesús José Mari"

¡Claro, claro!... las única manos cualificadas y pulcras son las de sus correligionarios. Ésas que nunca se han llenado de mierda ¿verdad?:

Miguel Ángel G. Yanes

COMPONER CON GAIA

El problema de la libertad en tiempos del coronavirus

La pandemia actual es el signo de que la naturaleza se ha vuelto un agente histórico, que está forzando a la humanidad a entrar en una senda de decrecimiento.

Remise de chevreuils au ruisseau du Plaisir-Fontaine (Gustave Courbet, 1866)

"Un día, de repente, estábamos en el futuro. El futuro era esto. Y todo por culpa de un misterioso virus que aparentemente tiene el poder mágico de transportarnos en el tiempo".

"Por fin vivimos en ese futuro que tantas veces se nos había ofrecido como espectáculo", y que pintaba cada vez más negro, del color de nuestras peores pesadillas, desde que "el capitalismo se había alzado como triunfador incontestable en las luchas sociales modernas, estableciéndose como único mundo posible".

Pues bien, ahora, "desde este futuro que por fin se ha vuelto presente, podemos entender que ese futuro pasado que la sociedad pre-pandemia proyectaba como su sombra no era en absoluto 'distópico', sino perfectamente 'tópico'". Es decir, que era una extensión, una profundización de ciertas tendencias propias a nuestra sociedad normal: "era el destino específico y el único horizonte posible de la sociedad neoliberal".

Es cierto que las circunstancias han cambiado. "Ahora, como habitantes de la radiante sociedad futura, estamos en cuarentena", confinados en nuestros habitáculos, separados indefinidamente sin posibilidad de tener encuentros con otros cuerpos y de participar físicamente en algún tipo de sociabilidad. "Solo nos quedan las redes sociales virtuales, que son la reconstrucción capitalista descarnada de esos mismos vínculos espontáneos que el capitalismo ha ido destruyendo".


Pero esto también significa que cierto proyecto civilizatorio se está realizando plenamente: por fin somos plenamente 'Individuos', y por fin solo hay "individuos aislados en el espacio público", siempre a una distancia prudente unos de otros, en la "prototípica relación policial de hostilidad común".

Aunque la realización de la idea liberal por excelencia también implica "la supresión de cualquier libertad política", y ya no son los derechos humanos, pero tampoco entes capitalistas del tipo Facebook o Tinder, ni las tecnologías que los permiten existir como teléfonos móviles u ordenadores portátiles, sino que "es el Estado mismo, quien fabrica individuos por decreto de excepción".

"La situación actual muestra que el supuesto conflicto liberal entre el individuo y el Estado es el 'falso conflicto por excelencia', pues son exactamente las dos caras de la misma moneda capitalista". Lejos de interrumpirlo, en un primer aspecto, "la pandemia no haces ino realizar a la perfección y llevar a sus últimas consecuencias el proyecto civilizatorio moderno". 

EL FUTURO ERA LA GUERRA
 

"La supresión total de las libertades públicas en el futuro se explica porque hemos entrado en una nueva guerra, y esto no es ninguna metáfora".

'El futuro era la guerra', ahora empezamos a verlo claramente. Y nuestra civilización, como de nuevo dejaban entrever las pesadillas de ficción con las que se nos mantenía entretenidos, no hacía más que "prepararnos para la guerra"

Esta guerra, es cierto, no se desarrolla entre naciones ni entre clases: "es una guerra de nuevo tipo, todavía más bizarra y anómala que la guerra inmediatamente precedente contra el terrorismo", y que es preciso tratar de comprender para orientarse en la situación.

"En esta nueva guerra inmunológica las relaciones de clase se mantienen, según el lugar que se ocupe en el campo de batalla". Están los que se sitúan en la vanguardia, en el frente más avanzado y con más riesgos, los 'heroicos soldados de élite de la sanidad'.


Esta vanguardia tiene su aspecto intelectual y estratégico, encarnado por los 'representantes avanzados de la ciencia oficial' que estudian al invisible y monstruoso enemigo, e investigan posibles armas definitivas en forma de vacunas.

"Luego está la masa anónima y proletaria de soldados de la producción y distribución, igualmente heroica, e igualmente expuesta al riesgo de contagio".

En medio se sitúan los que podemos llamar 'enlaces', los nuevos individuos que forman la única población de las calles desiertas, y que "vinculan el frente de la producción con el del consumo". La retaguardia del consumo, por último, es la más privilegiada y menos expuesta.

"El Estado de excepción o de alarma, que en realidad es un Estado de guerra, solo pide a los soldados del 'frente del consumo' que se mantengan en casa entretenidos como buenamente puedan", que jaleen de vez en cuando a quienes se encuentran en los puestos más cercanos a la línea de combate, y que dejen a los especialistas el resto.


"La situación actual muestra que el supuesto conflicto liberal entre el individuo y el Estado es el falso conflicto por excelencia, pues son exactamente las dos caras de la misma moneda capitalista". Si la guerra contra el virus no es en absoluto una lucha de clases sino que "mantiene y purifica las relaciones de clase habituales bajo la vigilancia del Estado de guerra", tampoco es una guerra entre naciones.

En el límite, "estamos viendo que ciertos equilibrios de poder geopolíticos se desplazan (China), pero de una manera más bien paulatina y sin grandes aspavientos", como efectos colaterales de la guerra, y no lo que es central en ella.

Ahora bien, del mismo modo que "la nueva estructura de clases que pone en juego la guerra contra la pandemia reduce las relaciones de producción y consumo a un mínimo de supervivencia", también prohíbe cualquier viaje y desplazamiento que no sea estrictamente necesario. "En el nuevo orden de la movilización inmunológica ya no somos turistas ni ciudadanos del mundo, sino como mucho habitantes de nuestra calle o nuestro barrio, en un brutal salto cualitativo de lo global a lo local".

EL JUBILEO DE LA VIDA
 

En el futuro que habitamos, "el ritmo de nuestra producción y consumo se está reduciendo tan drásticamente como la amplitud del círculo que dibujan los movimientos de nuestras vidas".

Esto quiere decir que "la terapia de shock de la pandemia está consiguiendo algo que ninguna campaña ecologista había conseguido": que entremos por fin en "una dinámica de decrecimiento, sin la cual, es preciso recordar, nos dirigíamos de cabeza y a toda velocidad al colapso".

Y los efectos felices de este decrecimiento empiezan a sentirse alrededor nuestro: donde antes solo gruñían los coches, pájaros cantan de nuevo en el corazón de las grandes ciudades, los cielos eternamente oscurecidos por el humo de las fábricas se despejan, el agua de ríos y canales vuelve a ser transparente, jabalíes se asoman a las avenidas desiertas.

"La vida no humana comienza muy lentamente a celebrar su jubileo". Y en este punto, "la realidad se mezcla con los deseos utópicos más profundos de nuestro tiempo", que se expresan impacientemente en forma de 'fake news', con imágenes de delfines juguetones, elefantes borrachos y cervatillos despreocupados "invadiendo un mundo humano en cuarentena".

Animales recuperando el espacio que les hemos robado

"Es cierto que, mientras la vida no humana comienza a recuperar el aliento, muchas vidas humanas que ya tenían dificultades para seguir respirando dejan de hacerlo definitivamente, lo que es absolutamente terrible y forma parte de las calamidades y desastres de la guerra".

Pero a pesar de ello la probidad obliga, aun a riesgo de ser acusado de traidor en las propias filas, a "reconocer las virtudes del enemigo. Es un hecho que también está funcionando como una especie de extraño aliado ecológico".

¿Quién es ese temible enemigo, al que nuestra civilización declara la guerra, esa forma de vida absolutamente inocente que nos enferma y nos mata, pero que al mismo tiempo está reequilibrando la balanza de la vida terrestre? 

Hannah Arendt diferencia el pensamiento científico que se pregunta por el 'q' de las cosas, es decir, por su objetividad sin sentido, del pensamiento filosófico que se pregunta por el 'quién', es decir, por la significación de los acontecimientos. Desde ese punto de vista, ¿qué significa este nuevo virus?

Hannah Arendt

Respondamos directamente: "la pandemia actual es el signo de que la naturaleza se ha vuelto un agente histórico, con el que hay que contar de aquí en adelante".

Ese es el significado fundamental de lo que está ocurriendo: "nuestra civilización capitalista, aun siendo perfectamente consciente de que marchaba a toda velocidad hacia el desastre ecológico, era incapaz de revolucionarse, ni siquiera de reformarse de una manera mínimamente convincente; y solo la irrupción de una fuerza viva sin intención ni voluntad está consiguiendo forzar esta transformación".

"Ese ser vivo extrahumano ha provocado la interrupción y el volantazo necesario que la civilización moderna, con toda su impotente soberbia, era completamente incapaz de dar". En este sentido, a pesar de que le declaremos la guerra, "el virus nos está ayudando profundamente y a largo plazo, y nos está dando una lección que sería muy importante escuchar". 

NO ESTAMOS SOLOS, NO PODEMOS SOLOS
 
Un mar de inmundicias

"Esa lección tiene que ver tanto con reconocer que no estamos solos como que no podemos solos". Pero eso no significa que ahora vayamos a encontrar a Dios en la soledad de nuestras vidas confinadas o a otra especie inteligente en los confines siderales de la expansión capitalista. "Es en esta Tierra misma que habitamos donde no estamos solos, y el virus es, en efecto, la expresión de que existe una inteligencia terrestre mucho más amplia que nuestra humana conciencia narcisista y unilateral. No nos referimos a algo místico o esotérico, sino simplemente a la inteligencia de la vida como un todo".

"Se trata de ese tipo de inteligencia subterránea que se manifiesta abiertamente en todo los procesos de creación y procreación". Pensemos en los ejemplos más simples: cuando una mujer embarazada está cerca de dar a luz, se dibuja en su vientre "una línea vertical que une el pubis con los pechos, al mismo tiempo que se oscurecen los pezones", marcando así el camino que el recién nacido casi ciego tendrá que recorrer para conseguir su alimento.

"Esa especie de milagroso tatuaje espontáneo no es trazado ni por la conciencia humana de la mujer ni por Dios, sino por la inteligencia inconsciente e inmanente de la vida misma, la misma que ha producido el entramado de todo lo vivo, y que nos ha creado también a nosotros".

"Componer con Gaia implica desertar de nuestra 'civilización-guerra' que revela su rostro definitivo en estos momentos, para apoyarnos mutuamente y componernos mediante nuestras acciones con la inteligencia de todo lo vivo".


En relación a la inteligencia humana, habría que pensar esta inteligencia de la vida de un modo homólogo a como "Spinoza pensó a Dios", es decir, sin ninguna analogía. "A esa inteligencia no le importa lo más mínimo el destino singular de la humanidad, pues solo se interesa por la vida en su conjunto".

"En tiempos de catástrofes, Isabelle Stengers llama 'Gaia' a esa inteligencia no humana, de acuerdo con la hipótesis propuesta por Lovelock y Margulis en los años 70". Stengers también nos da la clave estratégica fundamental de nuestra situación:

“Luchar contra Gaia no tiene sentido, se trata de aprender a componer con ella. Componer con el capitalismo no tiene sentido, se trata de luchar contra su dominio".

QUÉ SIGNIFICA COMPONER CON GAIA
   
Isabelle Stengers

Evidentemente, "componer con Gaia, en nuestra situación, no quiere decir ayudar a que el virus se extienda o a que más personas se contagien, para que al final el capitalismo perezca junto a la especie humana entera".

Quiere decir "aprender a comprender y respetar a esta inteligencia de la vida que se ha manifestado espectacularmente con el virus, y sin la cual no somos capaces ni de sobrevivir ni de cuidar mínimamente el planeta en que vivimos"

"Componer con Gaia tiene que ver con aprender a limitarnos, a autolimitarnos en todos los sentidos para dejar espacio libre, abierto y salvaje a esa vida no humana que merced al virus ha empezado a campar de nuevo un poco a sus anchas por el mundo".

"Componer con Gaia quiere decir, por tanto, no abandonar ya nunca la dinámica del decrecimiento a la que el virus nos ha forzado, y luchar con todas las fuerzas contra toda tentativa del capitalismo por recuperar el control de la situación y retomar la senda suicida del crecimiento indiscriminado".

Cementerio de trenes en Uyuni (Bolivia)

"Aprender a componer con Gaia, en fin, es la única manera de honrar verdaderamente a héroes y víctimas de esta extraña guerra", y de que todo esto acabe por tener algún sentido.

"Pero componer con Gaia supone antes que nada entender que es completamente absurdo tratar a un virus como a un enemigo militar".

"Y eso implica, en un momento u otro, desertar de la continua guerra en curso", desertar de nuestra 'civilización-guerra' que revela su rostro definitivo en estos momentos, para "apoyarnos mutuamente y componernos mediante nuestras acciones con la inteligencia de todo lo vivo".

Ahora bien, como los movimientos libertarios siempre supieron ―y hoy en día se vuelve dramáticamente acuciante― "la desobediencia exige una responsabilidad infinitamente mayor que la obediencia".


"Desde esta necesidad de una deserción absolutamente responsable de la guerra en curso, se plantean, entonces, toda una serie de cuestiones prácticas, que solo la inteligencia colectiva será capaz de resolver":

¿Cómo des-estatalizar, cómo des-jerarquizar, cómo des-autorizar, cómo des-policiar nuestras vidas y al mismo tiempo cuidarnos y protegernos del virus?

¿Cómo reencontrarnos?

¿Cómo transformar el desierto urbano en el que estamos confinados en un mundo vivo?

¿Cómo descubrir una libertad nueva, propia a una cultura del decrecimiento?

¿Qué uso alternativo dar a esos grandes centros comerciales que ya nunca más abrirán, a esos cementerios de las finanzas?


¿Qué nuevo arte inventar, con toda la chatarra inútil de la civilización industrial?

¿Cómo, en lugar de desplazarnos a la playa, descubrirla bajo los adoquines?

¿Cómo crear en las plazas de nuestras ciudades huertos de albaricoques, donde antes solo había monumentos al imperialismo?

¿Cómo conseguir que nuestros jardines se vuelvan bosques?

Eso sí, para responder a esas preguntas la inteligencia colectiva ya nunca más estará sola: "la Vida asiste con expectación a nuestras evoluciones desde el otro lado de la barrera".


FUENTE: elsaltodiario.com
El rumor de las multitudes
Jordi Carmona Hurtado
Filosofía – 23/04/2020

 
Supongo que desde la óptica del resto de seres que habitan el planeta, el verdadero virus debemos ser nosotros, los humanos, que no dejamos títere con cabeza.

LA MEJILLA DEL OBRERO


Miguel Ángel G. Yanes

LA VENEZUELIZACIÓN DE LA DERECHA ESPAÑOLA


Crisis de golpismo

Es inevitable pensar en los paralelismos existentes entre las formas de protesta de las élites españolas y las élites venezolanas, sus gritos de '¡libertad!' o sus denuncias de '¡dictadura!' resonando en las calles de Caracas o Madrid

Marcha de protesta contra Maduro el 2 de Febrero del 2019 en Caracas.
Alex Cabello Leiva

"Las manifestaciones de estos días contra la gestión del Gobierno de coalición español han tenido su 'zona cero' en el barrio de Salamanca de Madrid. Una revuelta de ricos que se produce en el barrio al que han ido a parar buena parte de los autodenominados 'exiliados políticos' venezolanos de mayor poder adquisitivo".

"Esta 'Little Venezuela' que marca la agenda mediática y política sobre lo que se publica y opina en España en relación con su país de origen pero que empieza también a participar en la política española, cada vez con más peso". La cara más visible es la del padre de Leopoldo López ejerciendo como eurodiputado del Partido Popular (PP), pero los 'vínculos entre la derecha española y la derecha venezolana' no empiezan ni acaban en López Gil o el PP. Hay toda una red de relaciones no tan públicas, todavía por investigar, que "extienden sus tentáculos por las altas esferas del poder mediático y económico".


Aunque también se encuentra a otros niveles, propiciada por la presencia creciente de "una comunidad venezolana, mayoritariamente opositora", en contacto con la población española, que está situando en el imaginario colectivo la idea de una “Venezuela apocalíptica sumida en el caos por culpa de un gobierno dictatorial”. Una exageración, a todas luces, pero que se asume acríticamente ante la falta de contraste con otra versión. Para quienes conocemos la realidad venezolana, "se trata de una disociación entre la realidad y la lectura política" que, por desgracia, estamos empezando también a vivir en el Estado español. "España va camino de ser Venezuela, pero son 'las élites' las que nos van a llevar a un clima político como el venezolano".

EE.UU. presiona al Gobierno de España



En sus ataques contra la Revolución Bolivariana, "Washington ha actuado de forma unilateral y ha intentado, mediante presiones públicas y notorias, que su campaña de 'máxima presión' también sea asumida por el bloque europeo y, en especial, por España". Un primer signo de estas presiones bajo la administración Trump fue "el reconocimiento del Gobierno de España a la presidencia sin fundamento institucional de Juan Guaidó a inicios de 2019", conminando incluso al presidente Nicolás Maduro a convocar elecciones en un plazo determinado de días. Pero ya ha pasado un año y "Nicolás Maduro sigue en Miraflores para desesperación de EE.UU. y sonrojo de la diplomacia española".

La triangulación de las élites

Muchas de las grandes fortunas venezolanas se afincan en Madrid

Pero hay otro elemento fundamental para el éxito de la derrota del 'chavismo' y pasa por la "vinculación entre las élites españolas y las élites latinoamericano-caribeñas", lo que nos remite a la triangulación 'Washington-Madrid-Caracas'. Estos días de protestas se está evidenciando de manera nítida, sobre todo en las redes sociales.

Julián Macías, especialista en analizar el comportamiento en redes, ha realizado unos cuantos hilos en Twitter demostrando cómo "la ultraderecha española está coordinada con la ultraderecha venezolana para difundir de manera masiva determinados mensajes de los medios opositores, tanto de España como de Venezuela". Lo hacen desde cuentas automatizadas, los conocidos como 'bots' que, teóricamente, están prohibidas en esa plataforma pero que, no obstante, son un arma protagonista de "la 'ciberguerra' que se está llevando a cabo contra la izquierda a escala mundial". 


"Mensajes que piden desde una invasión militar a Venezuela hasta la dimisión de Pedro Sánchez o acusan a Evo Morales de haber sido un dictador". Toda una suerte de 'fake news' que se difunden, además, con total impunidad. La parte estadounidense es la que lleva la batuta, "desde los consejos de Steve Bannon, ex asesor de Trump y actual gurú comunicacional de la ultraderecha mundial", pasando por la gestión de las cuentas de la mayoría de los líderes de la oposición venezolana a través de servidores de EE.UU., o el sometimiento al atlantismo de los 'think tanks' que marcan línea entre las 'élites' de España sobre "cómo actuar hacia América Latina y el Caribe, como la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) presidida por José María Aznar".

Pero las redes virtuales no dejan de reflejar las respectivas "redes de poder nacional y su imbricación internacional" que funciona desde hace muchos años en el mundo real. "El activismo de Aznar, Felipe González y Santiago Abascal o, lo que es lo mismo, el apoyo del PP, buena parte del PSOE y Vox a la línea que marca EE.UU. sobre Venezuela y a sus aliados de clase de la oposición venezolana, es notorio".


FUENTE: ctxt.es
Arantxa Tirado / William Serafino
23/05/2020

Ciértamente es notorio, público y descarado el apoyo español a la ultraderecha venezolana siguiendo las directrices de  'la voz de su amo': el todopoderoso multimillonario norteamericano Donald Trump.

Pobre pueblo estadounidense. Le toca cargar con cada cardo que "pa' qué".

28/5/20

TODAVÍA NO


Miguel Ángel G. Yanes

ESPAÑA INCENDIADA


El coronel Diego Pérez de los Cobos en una imagen de archivo. EFE 

Todo lo sucedido alrededor del cese del coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos huele mal y debería "llamar a la prudencia antes de precipitarse realizando declaraciones incendiarias".

Sin embargo, "el clima de crispación, el partidismo y el poder de los sondeos electorales por encima de los informes sanitarios propicia todo lo contrario", echando más gasolina a una pira que está  "quemando viva a esta España nuestra".

Con los datos que tenemos hoy en día, "el primer error lo cometió el Gobierno". Una vez más, y "durante la crisis sanitaria este tipo de torpezas se acumulan, la comunicación hizo aguas por todos lados."



La 'falta de transparencia' en este asunto tan sensible ha generado una hostilidad que no hacía falta ser muy inteligente de anticipar. No es de recibo que se anuncie la destitución de Pérez de los Cobos sin más explicación que una pérdida de confianza," por mucho que se trata de un cargo que requiere de ésta. Es preciso detallar qué ha motivado esa pérdida de confianza, y no se hizo.

Las especulaciones al respecto se dispararon, toda vez que "uno de los últimos cometidos de Pérez Cobos fue la investigación de la relación entre la gestión del COVID-19 por parte del Gobierno y el permiso para la celebración de la manifestación del 8-M".

"Sin conocer más datos, careciendo de información, en lugar de reclamar más transparencia, las derechas se lanzaron a exigir la dimisión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska".

Fernando Grande Marlaska

El mercurio reventó el termómetro político que, a fin de cuentas, es el que está marcando el clima social. "El cese de Pérez Cobos y la posterior dimisión del número dos de la Guardia Civil precipitaron el alud de descalificaciones, improperios y salidas del tiesto por parte de la oposición". 

Ni una sola solicitud de mayor transparencia: "parecían tener toda la información (ella y sus altavoces mediáticos)".

La situación, lejos de mejorar, empeoraría. "Ayer, se revelaban 'errores de bulto y parcialidad' en el informe sobre el 8-M que las derechas habían utilizado para agredir al Gobierno". Según la oposición, que este informe cargara de culpa al Gobierno y a Fernando Simón era la causa del cese.

Fernando Simón

Conocido el informe, observamos que "contiene errores tan garrafales como indicar que la OMS declaró la pandemia el 30 de enero, cuando en realidad lo hizo el 11 de marzo, tres días después del 8-M".

No parece un informe muy objetivo por parte de la Guardia Civil que, con una relación de errores en su confección, concluye que "a partir del 5 de marzo de 2020 no se debería haber realizado ninguna manifestación".

 No obstante el mismo 7 de marzo, un día antes de la manifestación feminista, "la directora de Salud Pública de la OMS (Organización Mundial de la Salud), María Neira, daba su visto bueno para la celebración".

María Neira

La revelación de todos estos 'errores' en ese informe no ha cambiado ninguna de las posturas. Desde el Gobierno continúan instalados en una versión de cambios en la Guardia Civil para impulsar su organización, y las derechas hacen caso omiso al informe torticero.

Si éstas lo tomaran en consideración,"su discurso para seguir desgastando al Gobierno se vendría abajo". Ni siquiera hoy, un día después de conocer los hechos, cambiarán su discurso durante la Sesión de Control al Gobierno.

"Si a ello sumamos la torpeza del Ejecutivo de aprobar el tercer tramo de la equiparación salarial de Policía Nacional y Guardia Civil, con una subida retroactiva de hasta un 20%, justo ahora, "lo que parece una cortina de humo -en el mejor de los casos, en el peor, una compra de silencio-, tenemos un 'totum revolutum' de despropósitos".

'Totum revolutum'

 Todo nos conduce al mismo punto: a "una España incendiada en la que quienes deberían estar remando en la misma dirección, toman los remos y se atizan con ellos".

"Mientras, el incendio avanza y, enzarzados en peleas de patio de colegio por culpa de unos y otros, llegará un punto en el que las cenizas nos cieguen del todo y obstruyan por completo nuestras vías respiratorias"...

"pero de esta crisis iba a salir 'un mundo mejor'", decían algunas personas.


FUENTE: publico.es
Posos de Anarquía
David Bollero
27/05/2020



Pues no acaba aquí el lío:

TAMBIÉN VUELVE EL ÁGUILA BICÉFALA



¿O no?
Miguel Ángel G. Yanes

A VUELTAS CON LA BANDERA

La izquierda, ante el reto de recuperar la bandera de España que ondea en su contra

La protesta contra el Gobierno se ha envuelto en la bandera constitucional. Los partidos progresistas tienen ante sí el desafío de recuperar un símbolo que se ondea en su contra y cuyas connotaciones históricas siempre suponen un escollo 

Vecinos del madrileño barrio de Salamanca se manifiestan contra el Gobierno, vigilados por un fuerte dispositivo policial, por su gestión en la crisis del coronavirus, este jueves en Madrid. EFE/Rodrigo Jiménez

"En los balcones, en las muñecas y hasta en las mascarillas". De solapa o largas como para cubrir una calle entera. Asidas a un asta u ondeando sobre la espalda. Banderas de todas las formas posibles han vestido las 'protestas contra el Gobierno surgidas en el barrio madrileño de Salamanca y extendidas al resto del país bajo el aliento de la derecha".

También de todos los colores, pues algunos ciudadanos respondieron a la 'marea de rojigualdas' sacando la 'tricolor republicana'. Y entre tanto cruce de banderas, surge un enredo para la izquierda española: "cómo convivir con un símbolo que se ondea en su contra". 

"Las banderas quedaron asociadas a regímenes políticos muy concretos y los símbolos siempre se impusieron desde arriba, nunca hubo un consenso, político, social y cultural, sobre los mismos", sostiene el historiador Juan Carlos Sánchez Illán.

Juan Carlos Sánchez Illán

Un contexto histórico que propicia, a día de hoy, la "apropiación indebida de determinados símbolos, particularmente de la bandera, el elemento movilizador por antonomasia"

"Una apropiación por parte del sector conservador y ultraderechista que se ha acrecentado durante los últimos años", asegura el historiador Diego Díaz, autor de 'Disputar las banderas' (Editorial Trea, 2019)

Tras una cierta normalización de la mano de los éxitos deportivos de la selección de fútbol, "con el procés las derechas se las han vuelto a apropiar de estos símbolos, las banderas siempre están en disputa", aclara.


Una rojigualda que no siempre ha sido anudada a los balcones desde el patriotismo, sino también desde el 'patrioterismo', "una inflamación del sentimiento nacionalista" que, según Sánchez Illán, "se asocia a momentos de crisis del Estado-nación, como, por ejemplo, estamos viendo frente al desafío del secesionismo de Catalunya".

"Parece que estamos en el país de prestado, que nos dejan estar", asegura Errejón sobre esta apropiación de la patria que deja a las fuerzas progresistas como una suerte de 'antiespaña'"

"A menudo la derecha ha patrimonializado los símbolos del país, exhibiéndolos contra la otra mitad", afirma el líder de Más País, Íñigo Errejón


"Sea por razones 'patrióticas' o 'patrioteras', el resultado para la izquierda es el mismo y no es otro que haberse quedado sin sitio entre el rojo y el amarillo del estandarte". Llegados a este punto, los hay proclives a recuperar el terreno perdido.

"No veo con malos ojos que se le arrebate a la derecha la exclusividad de determinados símbolos y determinadas banderas", comenta el líder de Compromís, Joan Baldoví. Pero, ¿cómo recuperarla? Una difícil pregunta para una izquierda que primeramente se cuestiona si acaso alguna vez la poseyó.

La rojigualda de Carrillo y González

El exalcalde de Madrid Tierno Galván junto a Fraga y Carillo.- EFE

Excluida de manera sistémica de la vida política, "cuando una coalición de izquierdas llegó al poder, tras las elecciones constituyentes de 28 de junio de 1931, tuvo que construir sus símbolos", afirma Sánchez Illán. Es por ello que sus partidos "no tienen que convivir con la rojigualda hasta la llegada de la transición".

"Nosotros aceptamos la bandera con ruido de sables y una pistola encima de la mesa", asegura el ex secretario general del Partido Comunista en Andalucía, Felipe Alcaraz
 
Aún aceptando a regañadientes para conseguir la legalización del partido, Santiago Carrillo "hizo más uso de la bandera rojigualda del que el posfranquismo le obligaba a hacer" en pos de dar al PCE una imagen de "partido moderado y con sentido de Estado", defiende Díaz.

Felipe Alcaraz

Al mismo tiempo, "el PSOE consiguió despojar a la rojigualda del águila imperial en 1981 y Felipe González hizo buen uso de ella" en la campaña que le llevaría a la Moncloa

"Gracias por levantar la bandera de la Constitución, esa bandera que ya hemos conquistado para todos y que ya es patrimonio de todos los españoles y no patrimonio de grupos sectarios", afirmó la noche del 28 de octubre de 1982 mientras saboreaba su victoria electoral en el balcón del Hotel Palace de Madrid.

"Para Errejón, tanto el PCE como el PSOE se quedaron 'entre dos aguas', aceptando estos colores heredados, pero sin disputarlos", desembocando en la situación que vivimos a día de hoy: "Sería una anomalía histórica que seamos la única izquierda del mundo que no tiene patria".

Santiago Carrillo (PCE) y Felipe González (PSOE) en 1979

Tras estos primeros conatos durante la transición, "la relación de la izquierda con la bandera se fue enfriando, quedando reducida en la actualidad a una discreta convivencia y contados affairs que han sido recibidos con tibieza por el electorado", recuerda Díaz

La ostentosa aparición de Sánchez en 2015

"Como ejemplo reciente, ostentosa y sonada fue la aparición 'a la americana' de Pedro Sánchez en 2015", cuando se presentó oficialmente como nuevo candidato socialista a la presidencia con una gigantesca bandera de fondo. "Las propuestas recientes han sido fallidas, se han quedado en globos sonda. Esos movimientos nunca han calado hacia abajo", sentencia Díaz.

Pedro Sánchez, junto a una gran bandera rojigualda. EFE

No obstante, "para consuelo de una izquierda ateamente adicta a expiar sus pecados", el historiador reconoce que, más allá de la singularidad de tener dos banderas en pugna.

"No hay que creer que en España somos diferentes, en la mayor parte de los países la bandera es parte de la derecha"

En esa línea, aún reconociendo en Reino Unido o EEUU casos de mayor consenso en torno a símbolos como la bandera, Sánchez Illán recuerda que "curiosamente, la poderosa idea o mito de 'las dos Españas', tan gráficamente expresado por Antonio Machado, llegó a nuestra cultura a través de Francia", otro país que se suele esgrimir como ejemplo de unidad.  

Las dos España

Reconciliarse con la bandera

Los 'experimentos patrios fallidos' atisban un necesario paso previo: "antes de reconquistar, la izquierda ha de reconciliarse con una bandera que presenta muchos escollos" para su idiosincrasia. "Algunos nos sentimos más cómodos y más identificados con la bandera de nuestra comunidad autónoma", comenta Baldoví sobre la comprometida convivencia de la rojigualda con el resto de identidades nacionales presentes en el país.

Una dificultad extra para construir una 'identidad nacional' desde la izquierda que, reconoce Errejón, "tiene que ser compatible con la idea de que en España convivimos con pueblos con diferentes identidades nacionales"

Vecinos del madrileño barrio de Salamanca se manifiestan contra el Gobierno por su gestión en la crisis del coronavirus, este sábado en Madrid. EFE/ Mariscal 
Una circunstancia que se torna especialmente controvertida para la izquierda republicana en el marco actual, en el cual "la Casa Real se ve continuamente salpicada por la polémica". Alcaraz señala cómo estas circunstancias hacen que "mucha gente se identifique más con la tricolor y apunta que para con la rojigualda la reconciliación es muy difícil, aunque no imposible".

En su herencia de la dictadura, la bandera perdió el águila pero no la corona, quedando inevitablemente vinculada su aceptación a la de la monarquía

Para otros como el filósofo José Luis Villacañas, este reencuentro es más plausible y necesario, y está 'por encima de los símbolos', incluso para los propios republicanos., sostiene coincidiendo en ese punto con Errejón, quien, reconociendo una deuda pendiente con el pasado, prefiere "una discusión en el presente sobre qué España somos y qué España queremos ser".

José Luis Villacañas

Patria y justicia social

Abogando ambos por una recuperación de la patria, cada uno apuesta por una vía diferente. Villacañas sostiene que "la inmensa mayoría de los españoles mantiene con la bandera y los símbolos una relación de cierta tibieza que es razonable mantener", asegurando que "si entramos en una guerra de símbolos, la gente que vote progresista será menos".

Aunque tampoco aboga por una lucha abierta, Errejón otorga más importancia a los símbolos, entendiendo que la izquierda necesita de "emociones compartidas, canciones, banderas, nombres, hitos, fechas", en definitiva, cuestiones tangibles, para representar el interés general de la gente. Para el líder de Más País, esta recuperación no llegará con un debate teórico ni exclusivamente desde la política, sino con una "apropiación paulatina de la idea de España" en la que también participe la población y el mundo de la cultura.


Salvando sus diferencias, ambos insisten en "la importancia de vincular la patria con la justicia social". Señalan cómo "la crisis del coronavirus ha dejando patente la necesidad de un Estado que proteja a la población", abogando por que sean conceptos como este los que hagan a uno sentirse orgulloso de ser español. 

"La agresividad de las protestas reaccionarias conseguiría su objetivo si atemorizase al Gobierno o colocase al pueblo demócrata a la defensiva cuando hay, precisamente, condiciones para la ofensiva cultural y política por ser un país más igualitario, más justo y por tanto más severo", sentencia Errejón.

FUENTE: publico.es
Juan Corellano
Madrid - 24/05/2020

"Banderas, banderines, banderolas, banderillas... ¡bandidos!

Historias en las que siempre triunfa 'el bueno' entre comillas".

Rafael Amor ('Pequeño manual del reprimido')