22/5/20

LA PESETA


La peseta, desaparecida moneda española, vigente en este 'pís' desde 1868 (año en en el que sustituyó al escudo) hasta 1999, fue desbancada por el euro -moneda oficial de la Unión Europea- aunque continuó circulando en paralelo hasta febrero de 2002 en que fue totalmente defenestrada, tuvo una vida larga y azarosa que merece la pena recordar.


Etimológicamente la palabra peseta proviene del catalán, siendo diminutivo de 'peça' (pieza), lo que en castellano viene a significar algo así como 'pequeña pieza' o 'piececita'. La primera peseta acuñada fue de plata, pesaba 5 gramos y equivalía a 4 reales (también de plata) que circulaban en España desde el siglo XIV, mientras que los escudos eran de oro, a excepción de los años anteriores a la implantación de la peseta en que fueron acuñados en plata (1864 a 1868).

Escudo de oro

La entrada en vigor de la peseta como única moneda nacional tuvo lugar merced a un decreto del Gobierno Provisional tras el derrocamiento de Isabel II. Hasta ese momento  existían en circulación en España, 21 unidades monetarias diferentes.

Puerta del Sol - Madrid (29-09-1868) 
El pueblo español grita por primera vez: ¡Abajo Los Borbones!

Para acuñar esta primera peseta se eligio como imagen a la Hispania (una matrona recostada sobre los Pirineos) que ya aparecía en las monedas romanas de la época del emperador Adriano, como homenaje a dicho territorio, hoy España.


Fue durante la Guerra Civil cuando el gobierno de la II República se vio obligado a sustituir la peseta de plata por otra de una aleación de latón, lo que confería a la moneda su típico color dorado, motivo por el que fue conocida como 'rubia'


En 1937, el régimen franquista retiró de la circulación todas las monedas fabricadas con metales preciosos y acuñó monedas de peseta imitando el dieseño del dinar yugoslavo. 


Las monedas fraccionarias o divisionarias de la nueva peseta, que hasta la II República habían sido de cobre fueron hechas de aluminio: la de 10 céntimos (perra gorda) y la de 5 céntimos ('perra chica').  

 
Ambos términos obedecen a que el pueblo confundió el león que venía grabado en las primeras emisiones con un perro. Posteriormente, ya durante la dictadura del general Franco, sería sustituída la imagen del león por la de un jinete a caballo, pero los ciudadanos seguirían llámadolas 'perras' hasta su desaparición definitiva: en 1959 la de 5 céntimos y en 1983 la de 10 céntimos.



También hubo una moneda de 25 céntimos ('real') y otra de 50 céntimos ('media peseta' o 'dos reales') ambas con un agujero en medio.



Y por supuesto la moneda oficial: la de una peseta, con la cara de Franco y posteriormente con la de Juan Carlos I hasta la llegada del euro.


Por otro lado las monedas múltiplos de la peseta fueron muchas y variadas, siendo las más comunes, a partir de la Guerra Civil, las siguientes:  

 
5 pesetas ('duro')

25 pesetas

50 pesetas

100 pesetas

200 pesetas

En los años 40 se emitió una moneda de 2,5 pesetas ('medio duro') del mismo color que la de una peseta pero con un diámetro mayor, su movimiento fue bastante escaso dado lo corto de su emisión. Aun así, a principios de los años 60 aparecía alguna de vez en cuando.


En 1988 vio la luz una moneda de 500 pesetas en la que aparecían las efigies de los reyes: Juan Carlos I  y Sofía como conmemoración del XXV aniversario de su matrimonio, reservada solo a coleccionistas.


Y en 1996 se emitió una moneda de 2.000 pesetas acuñada en plata, pero su circulación fue bastante escasa, reservándose también para coleccionistas.


Tras 133 años siendo la moneda oficial, la peseta, 'pela' o 'cala' pero ya no 'rubia' (había pasado a ser una 'lenteja' gris - una de las monedas más pequeñas del mundo) desapareció de España, de nuestras vidas y de nuestros bolsillos el 28 de febrero de 2002, siendo sustituída por el euro, equivalente a 166,386 pesetas

 La peseta acuñada a partir de 1989 tenía un díametro de solo 14 mm.

Aunque el problema fue que, en la conversión, los listos de turno (que en este 'pís' son legión) equipararon la moneda de 100 pesetas con el 'puto euro', con lo que los precios se disparataron y nuestros bolsillos encogieron aterrados. De un día para otro todo lo que costaba 100 pesetas pasó a costar 166,386. ¡Casi 67 pesetas más!


Yo, donde más claro lo vi fue en el corte de pelo. De pagar 1.000 pesetas por servicio, pasaron a cobrarme de golpe 10 euros, o lo que es lo mismo ¡¡¡1.636 pesetas!!! obviando los céntimos.


A estas fechas del año 2020, la economía del pueblo llano aún no se ha recuperado del estacazo. Y por mucho que se nos llene la boca al decir que somos 'europedos', digo 'europeos', nunca alcanzaremos económicamente a los países punteros de Europa, porque por mucho que nos apuremos, ellos siguen avanzando.


Creo que jamás recuperaremos esos 40 años de franquismo. Y ahora con esto del coronavirus, ya ni les cuento. Ojalá me equivoque.

Miguel Ángel G. Yanes

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