31/10/17

LA CORRECCIÓN

Tengo un vicio con el que disfruto bastante porque mantiene activas a las pocas neuronas que aún me quedan: jugar con las palabras. Suelo cambiar las letras de sitio, añadirle unas, quitarle otras, cometer adrede monstruosas faltas de ortografía y crear palabras disparatadas que hacen clamar al cielo a los puristas del lenguaje patrio.

A diario, mientras laboro en las lides culinarias, las practico con Pichi: un periquito inglés (amarillo y cabezón) que vive en una jaula azul en la cocina de casa, sobre la caja del pan duro.
 

Aunque ustedes no lo crean, Pichi habla como si fuera un loro. Al parecer de cada mil pericos, hay uno como éste que tiene esa "facilidad de palabra". Al menos así figura en una estadística que rula por la Red.

Exactamente no sé la cantidad de palabros que maneja en ese diminuto cerebro, pero a mí me encanta decirle barbaridades gramaticales, aunque casi nunca repite las barrabasadas que intento enseñarle, sino la letanía que ya sabe.


Cuando a veces grita: 

- ¡Duque!  (Es el nombre del perro de mi hija).

Yo le digo siempre en voz alta, sin importarme un rábano que los vecinos piensen que estoy como una cabra:

- ¡Te he "decido", "cienes" y "cienes" de veces, que Duque se ha "fuído"  y no ha "gorvido".  

Aunque hasta la fecha no ha aprendido ninguna de esas palabras, yo sigo erre que erre.


Otras veces dice: 
 
- ¡Oye!... ¡Ven aquí!

A lo que yo respondo: 

- "¡Mierdatamente!" o "¡Irso fasto!".

Pues resulta que ese vicio a veces me puede, y largo mis engendros lingüisticos sin fijarme bien en quién se halla a mi lado. Y entonces ocurre como esta mañana, en la que, tomando el cafelito en el bar de costumbre, al escuchar por la tele una de las múltiples tonterías que dicen los políticos, se me escapó aquello de...

- ¡Vaya una "rebuznancia"!


Y un señor que estaba junto a mí, se apresuró a puntualizar:

- Perdone que lo corrija, pero se dice "rebundancia".

- ¡Gracias! 
Respondí sin atreverme a decirle que la palabra correcta es redundancia. Y es que, interpretando nuestro papel, los tontos de pueblo, aunque no nos importa que se rían de nosotros, tenemos muy acusada la vergüenza ajena. 

Francisco Rabal, interpretando el papel de Azarías en la película
"Los santos inocentes", basada en la novela homónima de Miguel Delibes.
redundancia
Del lat. redundantia.
1. f. Demasiada abundancia de cualquier cosa o en cualquier línea.
2. f. Repetición o uso excesivo de una palabra o concepto.
3. f. Cierta repetición de la información contenida en un mensaje, que permite, a pesar de la pérdida de una parte de este, reconstruir su contenido. 
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Miguel Ángel G. Yanes

29/10/17

JORNADA DE "DERECHOS"



"Es un día histórico para el país. El Senado ha estado trabajando."

El Jueves


¿Puede un demócrata aplaudir el 155 como si fuera un triunfo cuando sólo representa uno de los mayores fracasos de nuestra historia?

Rubén Sánchez



Es normal que los senadores del PP aplaudan: van a gobernar en Catalunya siendo la sexta fuerza política.

Anacleto Panceto



Mucho criticar a Rajoy pero ahora mismo hay 500.000 parados menos en España.

Kim Jong-un

Miguel Ángel G. Yanes

28/10/17

GALICIA Y EL FUEGO

 




Tras 10 terribles días de incendios incontrolados que han arrasado diversas zonas de Galicia, en los que han ardido más de 35.000 hectáreas, y que se han cobrado la vida de tres personas, Medio Rural da por extinguido el último de ellos en Noceda en Cervantes, provincia de Lugo. 





Según arrojan los datos de las últimas estadísticas, siete de cada diez incendios que se producen en España, se sufren en Galicia: ¡¡¡Un 70%!!!...Una barbaridad más allá de toda lógica.





Miguel Ángel G. Yanes

26/10/17

EL PERFIL

A diario disfruto con las fotografías que, con esa magia especial del blanco y negro, el periódio El Día publica en su primera página. Son imágenes enviadas por los lectores, de las que, entiendo, tras una determinada criba, se seleccionan las mejores.

No soy ningún experto en estas lides, pero considero que son fotografías de gran calidad, al menos las de los últimos días:  

"El Teide contemplado desde el interior de una gruta" 
Fotografía de José Manuel Piñas Pisaca

"Montaña Roja vista a través de los pilares del Hotel Médano" 
Fotografía de Gerardo Oronoz Alonso

"Un charco marino del norte de la isla"
Fotografía de José Domínguez

Observando esta última me ha ocurrido algo curioso: de repente me pareció ver rasgos humanos en la cresta pétrea de la montaña. Giré la foto y, efectivamente. Al menos para mí (triple ico: neurótico, paranoico y esquizofrénico) existe, efectivamente, un rostro de perfil.


Juzguen ustedes mismos. Fíjense bien en la parte derecha de la foto, y si también lo ven, amárrense los machos, porque según dicen "los entendidos" (bien entendidos ¡eh!) este tipo de percepciones o pareidolias, obedecen a un fenómeno psicológico, donde un estímulo vago y aleatorio (habitualmente una imagen) es percibido de forma errónea por el cerebro como una forma reconocible.

Miguel Ángel G. Yanes

24/10/17

EL PERIPLO

 1ª Etapa

Sesentón ya, y con una permanente y jodedora lumbociática que se agudiza con los años, sobre todo cuando el índice de humedad ambiental es elevado, me veo en la obligación, para poder moverme con cierta soltura, de ser consumidor habitual de analgésicos y antiinflamatorios.
 

En vista del evidente deterioro que a diario va sufriendo mi motilidad, he decidido hacerle caso a mi esposa "por una vez y sin que sirva de precedente" (es broma) y tras más de una década de desidia por mi parte, volver a plantearle este problema a mi médico de cabecera.

Solicitada cita en mi centro de salud, gestionado por el Servicio Canario de Ídem, se me efectúa una exploración física, a la vista de la cual, la doctora que tengo asignada me extiende dos volantes: uno para Radiología y otro para Traumatología. Hasta aquí, todo bien.


El asunto comienza a complicarse cuando acudo al mostrador de recepción para que me confirmen ambas citas. Con la primera no hay problema: me la asignan para el lunes de la semana siguiente. Pero para la segunda, la señorita que me atiende, me dice:

- Para la consulta de Traumatología, sólo hay cita en el mes de diciembre...

- ¡Vale! -la interrumpo- 

- ...de 2018 -puntualiza- 

- ¡¿Cómo?!... ¡15 meses más tarde!... Ya me dirá usted, a esas alturas, qué validez tendrá la radiografía.

- De todas formas, si quedara algún hueco libre antes de esa fecha, le avisarán telefónicamente. 

- ¡Sí! Lo mismo me dijeron con respecto a la consulta de Oftalmología que solicité en abril y me asignaron para febrero del próximo año. Ahí sigue pendiente.


2ª Etapa

Ni adrede: la mañana en la que he de acudir a hacerme las radiografías, amanece nublada y húmeda, lo que acentúa mi problemática hasta el punto de impedirme casi caminar, obligándome a tomar el transporte público para llegar al centro convenido.


Cojeando visiblemente y deteniéndome a menudo para paliar el dolor que me produce mover la pierna derecha, me acerco a recepción, donde una joven muy amable (todo hay que decirlo) me indica que la unidad de Radiología se encuentra en el sótano, para acceder a la cual existen dos opciones: escalera y ascensor.

En vista de que el ascensor tarda bastante, y que la hora de la cita se me echa encima, opto por la escalera. Otro mostrador y otra señorita.

- ¿Qué desea? - me pregunta- 
Le entrego el volante; lo lee con detenimiento y me dice:


- Hay un error. La petición es para dos radiografías diferentes: una lumbosacra y otra de cadera, pero en su centro de salud solo solicitaron cita para una de ellas. Suba usted a la planta principal y solicite cita previa para que se la incluyan.

Me entrega "el papel" con un apunte que dice: "reasignar cita" y allá que subo. Me dirijo de nuevo a la amable señorita de recepción que me indica una dependencia adjunta, donde he de sacar un número para que me asignen la cita previa. Cojo "el númerito" de marras y me siento a esperar hasta que me toque. A todas estas, la hora concertada, ya ha pasado.

Me atiende un señorito que, nada más ver la nota de su colega, refunfuña:

- ¿Y en que agenda está? Necesito saberlo... Baje usted nuevamente y dígale a la compañera que le detalle la agenda.


Prometo que pensaba hacerlo, pero al pisar el primer escalón (había gente esperando el ascensor), un nuevo trallazo del nervio ciático me hizo encoger el pie y detenerme. En ese impasse pensé:

"Tengo que bajar otra vez, volver a subir, coger número de nuevo, esperar a que me atiendan y volver a bajar, cuando es un problema que han generado ellos. Y me tienen a mí del tingo al tango, moviéndome a duras penas para intentar solucionarlo. ¿Es que no existe comunicación interna, telefónica o informática?... ¿Y quién me asegura que este periplo mío va a terminar ahí?"

Así que, en un arranque de ¿justa cólera? giré sobre mis talones, diciendo en voz alta:


- ¡¡¡A hacer puñetas!!!

Y ante el asombro de la pobre señorita amable, rompí el volante en trozos, lo tire a la papelera de la entrada y, cojeando como pude, regresé a casa.

- ¡Ya estoy mayor para que me tomen el pelo! 

Reflexión

No digo que me atendieran mal, el trato en todo momento fue correcto, pero la gestión... ¡por favor!


Parece que, inconscientemente, intentaran darle la razón al gobierno del PP en su puñetero empeño por demostrar la inviabilidad de la Seguridad Social, para así privatizarla (es lo que buscan desde que llegaron al poder) y vendérsela sin cortapisas a sus amigotes y conocidos.

Miguel Ángel G. Yanes

23/10/17

LA MUERTE DE PABLO NERUDA

“El certificado de defunción de Pablo Neruda no refleja la realidad de su fallecimiento. No murió de cáncer” 

El profesor murciano Aurelio Luna anuncia que el equipo internacional de forenses ha detectado en los restos del poeta un elemento que podría ser una bacteria cultivada en laboratorio

Pablo Neruda, seudónimo del poeta chileno Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto
(1904 - 1973)

“Lo que es rotundamente cierto, al 100 por ciento, es que el certificado de defunción de Pablo Neruda no refleja la realidad del fallecimiento. No murió de cáncer”. Así de claro se ha manifestado el forense y profesor de la Universidad de Murcia (UMU) Aurelio Luna.

Luna forma parte del grupo de forenses que han analizado los restos del poeta chileno y premio Nobel de Literatura Pablo Neruda y que han llegado a la conclusión de que no falleció de cáncer, tal y como se informó inicialmente, lo que abre la posibilidad a otras hipótesis, como el envenenamiento. 

Traslado de los restos mortales de Pablo Neruda

Los expertos, que se reunieron esta semana en Santiago de Chile para debatir sobre las posibles causas de la defunción de Neruda, han entregado un documento con sus conclusiones al juez Mario Carroza, que se encuentra al frente de la investigación sobre la muerte del poeta, que falleció durante la dictadura de Augusto Pinochet.

"Los estudios relacionados con el índice de masa corporal mediante el uso del diámetro de su cinturón nos permite excluir al 100% la existencia de caquexia", ha dicho el profesor español Aurelio Luna, que forma parte de la pesquisa. Luna ha explicado que la causa de la muerte de uno los personajes más destacados del siglo XX no fue la "caquexia" (alteración profunda del organismo caracterizada por la desnutrición, el deterioro orgánico y el gran debilitamiento físico).

Augusto José Ramón Pinochet Ugarte
(1915 - 2006)

Los forenses han detectado un elemento que podría corresponder a una bacteria cultivada en laboratorio, lo que será sometido a otro estudio cuyos resultados se conocerán en un plazo de entre seis meses y un año. "Con los resultados que tenemos ahora no podemos ni excluir ni afirmar la naturaleza, natural o violenta, de la muerte de Pablo Neruda", ha añadido.

El escritor, que entonces formaba parte del Comité Central del Partido Comunista de Chile, murió el 23 de septiembre de 1973, dos semanas después del golpe de Estado que derrocó al presidente socialista Salvador Allende.

Salvador Guillermo Allende Gossens
(1908 - 1973)

La versión del chófer

Manuel Araya, el chófer y asistente personal de Pablo Neruda, ha desmentido en reiteradas ocasiones la versión de que el motivo de su fallecimiento se debió a un cáncer y ha asegurado que fue "asesinado" por el régimen de Pinochet (1973-1990). Según Araya, Neruda habría recibido una "inyección mortífera" por parte de agentes del régimen mientras se encontraba en la Clínica Santa María, el mismo centro en el que murió nueve años después y en extrañas circunstancias el expresidente Eduardo Frei Montalva.

Manuel Araya Osorio

El poeta tenía un salvoconducto para viajar a México "por invitación del presidente Luis Echeverría, que lo mandó a buscar y le puso un avión a su disposición", ha indicado Araya. 

FUENTE: http://lacronicadelpajarito.com
22/10/2017

Más allá del cáncer de próstata que padecía, siempre se sospechó que tras la muerte de Pablo Neruda se escondía una mano negra. Qué casualidad que falleciera justo durante los primeros coletazos de la dictadura de Pinochet, máxime cuando era un significado dirigente del Partido Comunista, hasta el punto de que en 1969 había sido elegido precandidato a la presidencia de su país, aunque renunciaría en favor de su amigo Salvador Allende.

Tras el golpe de estado, el domicilio del poeta en Santiago de Chile fue saqueado y sus libros quemados:

A PABLO NERUDA, CON CHILE EN EL CORAZÓN


No dormiréis, malditos de la espada,
cuervos nocturnos de sangrientas uñas,
tristes cobardes de las sombras tristes,
violadores de muertos.

No dormiréis.

Su noble canto, su pasión abierta,
su estatura más alta que las cumbres,
con el cántico libre de su pueblo
os ahogarán un día.

No dormiréis.

Venid a ver su casa asesinada,
la miseria fecal de vuestro odio,
su inmenso corazón pisoteado,
su pura mano herida.

No dormiréis.

No dormiréis porque ninguno duerme.
No dormiréis porque su luz os ciega.
No dormiréis porque la muerte es sólo
vuestra victoria.

No dormiréis jamás porque estáis muertos. 

Rafael Alberti
(1902 - 1999)

22/10/17

EL ENUNCIADO


Todo estudiante sabe la importancia del enunciado en un problema, tanto en un ejercicio como en un examen. Un niño de tan sólo siete años acaba de aprender esta valiosa lección tras ver como un profesor le ha dado por mala una respuesta que, quizá, en sentido estricto podría ser buena.

El tuitero Ignacio Bárcena, padre del pequeño, ha publicado en un mensaje el ejercicio con este texto:

- Aquí va un ejercicio de "mates" de mi hijo (7 años). Yo creo que quien no lo ha entendido bien es el profesor.


En un principio podría parecer claro que el niño lo hizo mal, pero si volvemos a leer el enunciado… quizá cambiemos de opinión.

La clave está en la palabra “siguientes”. Con ella, el profesor se refería a la lista de números que exponía a continuación del enunciado. Sin embargo, el niño entendió que tenía que escribir los “siguientes” números a los expuestos. El número "siguiente" al 10 sería el 11, por ejemplo.

¿Cual habría sido la interpretación más correcta? ¿Hizo bien el profesor al dar el ejercicio por malo o el error fue suyo por un enunciado ambiguo? Las redes aún discuten sobre ello.

 
Que al niño lo mueva a confusión el enunciado es bastante lógico, pero que el profesor NO VIERA que el alumno le estaba respondiendo con los números siguientes a los propuestos, para poder aclarárselo posteriormente, clama al cielo. Alguna bombilla debe tener fundida.