26/10/17

EL PERFIL

A diario disfruto con las fotografías que, con esa magia especial del blanco y negro, el periódio El Día publica en su primera página. Son imágenes enviadas por los lectores, de las que, entiendo, tras una determinada criba, se seleccionan las mejores.

No soy ningún experto en estas lides, pero considero que son fotografías de gran calidad, al menos las de los últimos días:  

"El Teide contemplado desde el interior de una gruta" 
Fotografía de José Manuel Piñas Pisaca

"Montaña Roja vista a través de los pilares del Hotel Médano" 
Fotografía de Gerardo Oronoz Alonso

"Un charco marino del norte de la isla"
Fotografía de José Domínguez

Observando esta última me ha ocurrido algo curioso: de repente me pareció ver rasgos humanos en la cresta pétrea de la montaña. Giré la foto y, efectivamente. Al menos para mí (triple ico: neurótico, paranoico y esquizofrénico) existe, efectivamente, un rostro de perfil.


Juzguen ustedes mismos. Fíjense bien en la parte derecha de la foto, y si también lo ven, amárrense los machos, porque según dicen "los entendidos" (bien entendidos ¡eh!) este tipo de percepciones o pareidolias, obedecen a un fenómeno psicológico, donde un estímulo vago y aleatorio (habitualmente una imagen) es percibido de forma errónea por el cerebro como una forma reconocible.

Miguel Ángel G. Yanes

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