29/9/12

"MAS MIEDO QUE A UNA LANCHA MOROS"

De pequeño oía con cierta asiduidad, en boca de los mayores, una frase bastante significativa, pero que, con el paso de los años se ha ido diluyendo en nuestro vocabulario:

“Más miedo que a una lancha moros”


Yo, como había escuchado, a hurtadillas, en alguna ocasión, aquellas terribles historias que se contaban en voz baja sobre las tropas marroquíes del general Franco, pensaba que el origen de dicha frase provenía de su desembarco durante la guerra civil, pero, hete aquí, que indagando en la red de redes, llegué al estudio historiográfico titulado “Consecuencias materiales y espirituales de la acción corsaria berberisca contra las Islas Canarias”, escrito por Luis Alberto Anaya Hernández, licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid, en el que explica claramente su origen:

Desde mediados del siglo XV hasta finales del XVI los habitantes de Canarias (más bien sus conquistadores) saquearon las costas africanas buscando el botín material y sobre todo humano: esclavos negros apresados o comprados a su vez por los berberiscos en el África subsahariana y destinados al trabajo en las plantaciones azucareras isleñas. Pero a partir de 1569 las cañas se vuelven lanzas, cuando el corsario marroquí Calafat de Salé ataca y ocupa Lanzarote. Desde esta fecha y hasta 1618, la isla sería saqueada en otras tres ocasiones. Además, Fuerteventura sería ocupada en 1593 y La Gomera en 1618. En total unos 2.000 isleños serían capturados y llevados a Berbería en estas invasiones.


De ahí el pánico que producía entre la población isleña el simple avistamiento de embarcaciones berberiscas, dando pie, por ello, a la frase de marras.

Miguel Ángel G. Yanes

25/9/12

EL MOTORISTA LOCO DE LA MILI

Habré dicho, en incontables ocasiones, que fui motero allá por mis años jóvenes, lo que me ha dado pie para escribir cantidad de anécdotas relativas al mundillo de las dos ruedas, pero creo que ésta no la he relatado públicamente.

Nunca supe, a ciencia cierta, si la historia era verídica o tan sólo formaba parte de lo que podríamos denominar "leyendas de la mili", pero tal como me la contaron, la contaré yo:


Primer día en el Centro de Instrucción de Reclutas (Rabasa-Alicante): toque de diana; revuelo tremendo de mozos levantándose a toda prisa, tropezando los unos con los otros para hacerse un mínimo espacio junto a las literas, donde ponerse la ropa de faena, calzarse botas, apretarse cinturón y trinchas y encasquetarse la gorra de rigor; salir a la carrera y, atendiendo a los desaforados gritos de un sargento, formar militarmente frente a la entrada del barracón.

Cuando la tropa ya estaba lista, y el suboficial se disponía a dar novedades al teniente al mando... un recluta, con los brazos extendidos, los puños cerrados en el aire como si agarra un invisible manillar e imitando con la boca el petardeo de una moto, abandona la formación y se da un garbeo, frente a la atónita mirada de los presentes que no podían dar crédito a lo que veían.

- ¡Recluta!... ¡Vuelve inmediatamente a la formación! Bramó desencajado el sargento de turno.

Pero aquél motorista, como quien oye llover, acelerando su imaginaria moto siguió corriendo sin parar por el patio para jolgorio de la tropa que, una vez superada la sorpresa inicial, se partía de la risa.

- ¡¡¡Silencio!!! Volvió a gritar la agria voz del sargento. ¡No quiero oir ni una mosca!

Fue entonces cuando el teniente tomó cartas en el asunto. Mandó llamar al servicio de vigilancia de la Policía Militar, y dos soldados gigantescos, tocados con sendos cascos blancos y porras a juego, después de algunos quiebros y carreras, lograron detener al ruidoso recluta que, al verse sujeto, derrapaba sin cesar a su alrededor. Desaparecieron con él camino del Cuerpo de Guardia y por ende de los calabozos.

Cuentan que cuando lo sacaron de la celda para llevarlo a revisión psiquiátrica al hospital, arrancó la moto imaginaría y no volvió a bajarse de ella. Cualquier trayecto, por corto que fuera, lo hacía con los abrazos en alto, los puños firmemente apretados y efectuando ruidos con la boca.

A la postre, dictaminaron que estaba como un cencerro y terminaron licenciándolo. Regresó al cuartel a recoger sus pertenencias a bordo de la moto fantasma y, vestido ya de paisano, los deleitó a todos
efectuando una magnífica serie de "caballitos" por el paseo principal del cuartel hasta que, al alcanzar el arco de la entrada, donde rezaba, como era de rigor: "Todo por la patria"; aparcó la máquina junto al centinela y le dijo por bajines:

- Aquí te dejo la moto para otro que venga.


Miguel Ángel G. Yanes


21/9/12

LA TROPA DEL PERIODISMO

Adjunto, a continuación, un interesante artículo de Guillermo Busutil, que ha llegado a este blog merced a la referencia facilitada por el amigo Juan Luis Jaén Urueña, a quien se lo agradezco públicamente.

Como casi siempre, me he permitido la libertad de insertar unas imagenes rapiñadas de la Red. Si a alguien le molesta, que lo diga y las quito.

La tropa del periodismo

Cada día desayuno con el parte de bajas. Hombres y mujeres. Maduros y jóvenes. Soldados a los que la metralla de la crisis les revienta el vientre o les amputa el futuro. Son las víctimas de una guerra económica de la que el alto mando desconoce el frente. Ese campo de batalla impreso en un mapa de cálculo excel en el que despliegan estrategias teóricas y la vieja consigna de que para salvar a un país a veces es necesario sacrificar a miles de héroes. Carne de cañón, sombras invisibles con trauma postcombate, olvidadas en la penumbra rancia de los albergues que nunca visitan los generales. Cada día desayuno café amargo, recuerdo «Senderos de Gloria» de Stanley Kubrick y me duelo por dentro con el parte de bajas. Especialmente con las de aquellos profesionales que un día se alistaron voluntarios en la prensa. A muchos no los conozco. A algunos les pongo firma y rostro. Otros son amigos con los que compartí instrucción, trincheras, sueños y noches en las que sacudirse la pérdida de la inocencia y el hedor de las batallas. Da igual que sean veteranos o reclutas, tropa, sargentos o capitanes. Todos, plumillas, locutores, fotógrafos, productores, técnicos, editores e incluso comerciales, son compañeros de armas. Ver sus nombres en el parte de bajas, comprobar que cada vez quedan menos medios de comunicación, que cada vez es más difícil encontrar informaciones y opiniones contrastadas, rigurosas y con aliento humano, me produce pena y un sueño intranquilo.


Hubo un tiempo en el que el periodismo le discutía a la literatura el prestigio de contar historias y en sus páginas volanderas la ciudadanía lectora encontraba las huellas del coraje de los profesionales que exploraban las fronteras de la verdad y de la mentira, que le registraban los bolsillos a la realidad y mantenían la libertad con palabras talladas entre la calle, el plomo y las deshoras de la vocación. Llegó la democracia que hizo florecer cabeceras que nos acercaban los sueños utópicos de la política, el lenguaje de la cultura y los reportajes que destacaban el heroísmo anónimo de las cosas cotidianas. En aquellos años, uno sabía que podía hablar en confianza con las páginas de su periódico o las voces de sus emisoras de radio. Hasta que la prensa se transformó en un negocio al que sólo le importaban las cuentas de resultados y compartir sobremesa y copas con el poder. Desde entonces, los medios vendieron el alma a las diferentes políticas que nada más llegar al gobierno pretendían controlar la información. El cambio dio pie a la aparición de los becarios explotados sin tutela, a las editoriales que respaldaban o cuestionaban a los líderes, a las medidas impuestas, a los personalismos de excelentes profesionales que se creyeron dioses y guías espirituales. Un camino que priorizó las promociones de regalo y la publicidad sobre la calidad de los contenidos informativos, la sumisión al poder sobre el talante independiente y crítico, la censura encubierta, el trueque de veteranos por la peonada de los jóvenes sin memoria ni experiencia, hasta alcanzar este momento donde los periodistas que resistimos tenemos la sensación de que nadie quedará para contar lo qué hay detrás de esta guerra, en la que sólo cuenta la victoria del Estado por encima de todo.

 

Mal futuro tiene una sociedad en la que aumenta la sangría de despidos en la prensa, la destrucción de empleo en otros sectores y los recortes en sanidad, servicios sociales, cultura y educación. Otro frente, éste último, que amanece mañana con colegios sin dinero para luz, agua o limpieza; con miles de profesores despedidos; con padres indignados por el intento de que les cobren las fiambreras en los comedores escolares; con la universitarios de Madrid, de Las Palmas y de otras capitales protestando en las aperturas de curso, encerrados en facultades o llamando a la movilización por el aumento de las tasas, la paralización de los proyectos de investigación y las desigualdades en el acceso a la educación que ha creado este gobierno. El mismo al que parece preocuparle poco su destrucción de bienes públicos y derechos que tardaron muchas décadas en conseguirse; que cada día nos devalúa un poco más a los ciudadanos y obvia que la formación, el conocimiento, la cultura y el periodismo son los mecanismos que iluminan el futuro y logran que un pueblo progrese.



Cada día se producen numerosas bajas de periodistas. Sólo nos quedan francotiradores y algunos soldados que se esfuerzan, con poco sueldo y esperanzas de sobrevivir, en quitarle las máscaras a la máscara de la realidad, en decirnos que España es una gitana de plástico encima de las televisiones de Alemania. Que a este paso, sin periodismo, la democracia carecerá de conciencia, de voz, de rebeldía y libertad.

laopinióndemalaga.es
Cuaderno de mano
Guillermo Busutil

Me solidarizo abiertamente con sus razonamientos y denuncias, aunque, por otra parte observo (es un jodido vicio que tengo) que en el texto se le ha colado un gazapo: Donde pone "televisiones de Alemania", debe decir "televisores de Alemania" porque se está refiriendo a los aparatos, no al medio. Además de ser una imagen del pasado, puesto que, sobre las actuales pantallas TFT, LCD o LED, ni el toro ni la gitana tienen ya espacio donde sostenerse.



15/9/12

"HACIENDO FAMILIA"

El otro día me llevaron, a regañadientes, a un centro comercial de esos que te obligan a hacer un periplo completo por sus instalaciones. Entras por una puerta, y después de recorrerlo absolutamente todo (como si se tratara de una pista americana) sales, igual de agotado, justo por el mismo sitio que entraste; con lo cual, te haya gustado o no, has tenido que tragártelo entero. A mí, dicho sea de paso, se me indigesta bastante, sobre todo cuando paso por la sección de alfombras, donde, ya sean sintéticas o de lana, de cáñamo o arpillera, o bien pieles curtidas de ovejas o de reses, no sé si por el polvo acumulado, o por el olor en sí, me provocan incluso ganas de vomitar.


Intentaba atravesar tal sitio a la mayor brevedad, sin parecer indiscreto en exceso, cuando, un crío que apenas alcanzaría los siete u ocho años, reparando en la curiosa forma de una montaña de pieles naturales, preguntó a voz en grito:

- ¡Mamá! ¿Esto qué es?

Y la madre, haciendo caso omiso a la pregunta, dijo:

- Tu abuela tenía una igual, pero el imbécil de tu tío la tiró.

- ¿Por qué? Preguntó el chico.

- ¡Porque es gilipollas!

- ¡Ah!

   
No pudo decirle: porque estaba vieja, rota, manchada... ¡No, no! Ella tenía que seguir "haciendo familia".

Miguel Ángel G. Yanes
 

11/9/12

LUCHA, DOLOR, MUERTE... Y ESPERANZA (POEMA)


11/09/1973
(A Salvador Allende, in memoriam)

 Con el fusil,
caliente aún,
entre sus nobles manos,
malherido expulsaba
por cada poro
de su maltrecho cuerpo,
hasta la última gota
de furia,
de valor,
de rebeldía.

Aunque sus ojos,
envueltos ya
en la niebla
vidriosa de la muerte,
se aferraran
a un hálito de vida,
su helada frente
hervía
de rabia y de tristeza.

Un profundo dolor,
amplificado acaso
por la lluvia
de septiembre y el viento,
fue creciendo
en los rostros de un pueblo,
a punto ya,
de quedar sólo y huérfano.

Con un odio colérico
en sus vientres
de demoníaco acero,
sin piedad,
poderosos aviones
atacaron
el palacio y el alma
malherida y desnuda
de la patria.

   Mientras,
una voz militar
gritaba su victoria,
dejando en la hediondez
del barro
que las bombas alzaron,
 su maldita cosecha
de carne
ennegrecida:
Sucia mañana
de traidores infames.


Y a su paso quedó,
junto al cuerpo,
frío e inerte ya
del compañero,
bajo botas de horror,
 rota y ensangrentada,
la libertad...
¡la sagrada libertad
de los humildes!

 Pero no es 
ese cadáver de hombre
necesario,
de patriota, de luchador,
de presidente, 
 que contemplan absortos
los esbirros, 
 los rudos enemigos
de la paz,
de la verdad,
de la justicia...

Porque es luz inmortal,
sagrado pulso, 
  y fluye
 desde las propias
 entrañas
de los dioses,
y encarnará de nuevo
(que no les quepa duda)
en una mano firme
que los guíe:

Bajo furia y orgullo,
en esas calles
de un Santiago de Chile
masacrado,
 al calor de una tierra
que, colérica, tiembla,
ahora mismo,
en profundo silencio,
se está nutriendo
 de sangre y de cenizas.

Miguel Ángel G. Yanes

9/9/12

RAYANDO LO ESPERPÉNTICO

Aparte de la drástica subida del IVA en material escolar, la masificación de las aulas, los despidos aleatorios de profesionales interinos y los recortes en las ayudas, el gobierno de turno, insolidario a muerte con la clase trabajadora, en un claro intento por desmontar la educación pública (y con el objetivo solapado de devolverle a la Iglesia las riendas de la enseñanza) está tomando una serie de medidas que rayan lo esperpéntico. La más llamativa, por lo absurdo, es la de que los alumnos podrán llevar, desde sus casas, la comida en "tupper", tartera o fiambrera al comedor del colegio para, previo pago de una cantidad estipulada, poder sentarse a comer en dichas dependencias.


Habrá padres que no dispondrán de tiempo para cocinar, y le pondrán a sus hijos lo más fácil que les resulte; otros les prepararán un simple bocadillo, refrescos, jugos o bollería; algunos (si pueden permitírselo) les darán dinero para que se compren algo, con lo cual la alimentación de los escolares perderá en calidad y equilibrio nutricional. Y hasta los habrá que dependan de la solidaridad de sus compañeros, e incluso  quienes se queden sin comer. No lo duden.  

Supongo que nadie vigilará ni controlará lo que comen, así que, a la larga, será un verdadero desastre que terminará repercutiendo en la salud y en el bienestar de los alumnos.

Atendiendo a otro tipo de cosas, ruego encarecidamente a mis amigas enseñantes (generalizo en femenino porque son mayoría con respecto a ellos, a los que también aludo) que, en lo posible, no se presten a medidas absurdas y desproporcionadas como éstas, dictadas en un determinado centro, no sé si por la dirección o por quién:

* La entrega, a principio de curso, de 3 paquetes de folios por alumno (¿Van a ponerse a vender folios en el Rastro o es que los niños van a escribir novelas?)


* La compra de 3 bolígrafos de "tinta borrable" por cabeza, al "módico precio" de unos 3 euros cada uno. (¡Coño! ¿Y qué pasa con los lápices y las gomas de borrar de toda la vida? Yo suponía que en épocas de vacas flacas habría que optar por lo más económico, pero veo que no; por lo visto hay que seguirle el juego al consumismo)

A todas éstas, estoy hablando de preescolar ¡que tiene delito! No vean ustedes en cursos superiores, multiplicado por varios hijos y con el añadido de libros, mochilas, chándales, etc. Todo ello con el tremendo problema de liquidez que arrastran las familias tras años de crisis, agravada, en la actualidad, por esa ráfaga de cañonazos-impuestos con la que, el gobierno, dispara sin cesar contra la línea de flotación de nuestra economía.


Un país dónde se rapiñan los presupuestos de sus principales pilares, atentando contra el futuro sanitario, educacional y cultural de la población, para sacar adelante a la Banca, a la Casa Real, a la Iglesia, a la Aristócracia, y a otros parásitos y chupópteros de diversa índole, va de cabeza a la ruina económica y social.

Señores de las dos manos derechas, tómense un respiro para pensar; caigan en la cuenta de que todas las revoluciones empezaron siempre de la misma forma: cuando los poderes fácticos oprimieron tantísimo a los pobres, que éstos, sin nada ya que perder, se lanzaron a la calle desesperadamente. Así que, los que tengan barba póngala en remojo, y los que no, pongan otra cosa, porque si la cólera del pueblo se desata... ¡no se salva ni dios!


Miguel Ángel G. Yanes

7/9/12

AMAGO DE ELECTROCUCIÓN (POEMA)


No era la lámpara de Aladino, ¡no!
Era lámpara eléctrica de mesilla de noche
E iluminaba el cuarto de mi infancia,
Al que un ventanuco junto al techo apenas
Dejaba llegar la luz hasta la cama.

Era tarde de invierno, la recuerdo
Con esa oscuridad de nubarrones.

Amenazaba lluvia, tal vez hielo.
Hacía mucho que ya no granizaba.
Era una calma tensa, húmeda, quieta,
Densa y pesada, a punto casi
De desplomarse de golpe y aplastarnos.

Era ritual sagrado en mi familia
Dormir la larga siesta con pijama.

Después del cotidiano zafarrancho
De recoger la mesa y la cocina,
El silencio reinaba desde el patio
Al rincón más profundo de los cuartos,
Roto tan sólo por los pájaros
Y el apagado ronquido del abuelo.

Me obligaban a ello, pero nunca
Conseguía dormirme a media tarde.

Así que cuando todos parecían descansar,
Echaba mano, raudo, a mis tebeos
Y pasaba ese rato, convertido
En Jabato o en Trueno, siempre en lucha
Con malvados villanos y asesinos,
Protegiendo a los pobres y a los débiles
De dragones, de lobos y de amos.

Aunque esa tarde oscura lo impedía.
Por lo que decidí encender la vieja lámpara.

Pero se negó en redondo a iluminarme.
Agarré con la zurda su pie helado
De brillante metal, y con la diestra
Intenté hacer girar, haciendo fuerza,
Su cansada bombilla por si acaso
Estuviese la rosca un tanto floja.

Pero aquel intento de obligarla a lucir
A toda costa, no fue muy buena idea.

En el acto, con sus ciento diez voltios
Y no sé qué montón de amperios vino,
Con su furia maldita, la corriente,
A recorrerme con prepotencia el cuerpo:
Desde las uñas de mis pies helados
A las erizadas agujas del cabello.

Y atrapado quedé, como una mosca
Con las patas metidas en la miel.

Grité y grité, al sentir que no era dueño
De mover ambas manos a mi antojo,
Que una cuerda invisible las ataba
Y un extraño temblor me sacudía
Como una fiebre helada que quemara
Mi corazón, mis labios, mis sentidos.

La siesta familiar saltó en pedazos
Y acudieron de golpe a socorrerme.

La primera en llegar, como hacía siempre,
Fue mi abuela Melania. Vano intento:
Tirando de mis hombros con ahínco
quedó presa conmigo de aquel genio
Furioso e invisible de la lámpara.

El abuelo gritó. Su voz metálica
Sacudió las paredes de la casa.

Acto seguido cesó el temblor y pude
Librarme de una vez del maleficio,
Al igual que la abuela, en un instante
Que para mí fue mágico y acaso
Para el resto de la familia; todos
Sin excepción, lloraban y reían.

Me abrazaron, me besaron, me apretujaron…
Y en cuanto pude, huí de su vorágine.

Intenté borrar el susto de mi cara
En el chorro de agua del lavabo,
Pero apareció, de pronto, en el espejo
El rostro de otro niño, pálido,
Despeinado, de cárdenos labios
Y ojos desorbitados, al que no conocía.

Más asustado aún de lo que estaba,
Eché a correr como alma que se llevara el diablo.

Más tarde supe que no había sido el grito
Rotundo del abuelo, quién había puesto fin
A aquel suceso ya de por si dramático,
Sino el atento oído de Doña Aurelia,
Casera y vecina al mismo tiempo,
A la que Dios tenga para siempre en La Gloria
(si es que tales cosas aún existen)

 Y a la agilidad de su mente y su mano...
Retirando “los plomos” al instante.

Miguel Ángel G. Yanes

6/9/12

EL AMIGO FIDEL

Al hilo de lo acaecido el pasado jueves al amigo Fidel Cañas, a quién, a las seis de la mañana, un caco callejero atracó, a punta de cuchillo, en las inmediaciones del Parque de las Indias, quisiera hacer un par de reflexiones.


En primer lugar destacar el valor (y la temeridad) de Fidel al enfrentarse al agresor a pecho descubierto, lo que conllevó qué, aunque pudiera atizarle unos buenos mamporros, acabara llevándose siete pinchazos: cinco en el pecho y dos en un muslo, amén de un dedo fracturado en una mano y una muñeca que requirió atención quirúrgica, en la otra, con claro riesgo de haber perdido la vida en la refriega.

Quiero hacer hincapié también en la desesperación del "chorizo", que se abalanzó sobre la primera persona que se echó a la calle, sin fijarse bien en estatura y volumen. Ya le decía yo a Fidel, que si el que se resisitió hubiera sido yo (que soy un "firringallo" de sesenta y picos kilos) en lugar de siete puñaladas, me habría llevado catorce, siempre y cuando no me hubiera despachado antes, claro está.


A todas éstas, y con la que está cayendo sobre nuestra economía, se observa un movimiento, "sostenuto e in crescendo" de la delincuencia callejera, amplificada por el alto índice de paro, las restricciones de las ayudas gubernativas, la destructuración familiar y un largo etcétera, que lleva a muchos a delinquir, no ya para comer (que alguno habrá) sino para vicios caros, a los que se engancharon en época de la bonanza económica y que, ahora, no se pueden costear. Esta nueva hornada de desesperados hay que sumarla a la ya larga lista de delincuentes habituales. Y... ¡sigan bailando!

Así que, como esto se está saliendo de madre y, las autoridades, ante la manifiesta inseguridad ciudadana, no lo solucionan, habrá que plantearse la necesidad de hacer lo del amigo Fidel: defenderse, enfrentarse a ellos, aún con grave riesgo para nuestra integridad física, intentarlo al menos. O eso, o permitirles que nos roben cuando les venga en gana, porque está claro que si les resulta fácil hacerlo, vendrán a por más.


Supongo que ahora, en frío, al hacer balance, y ante las heridas recibidas y el riesgo corrido, cabe pensar que habría sido mejor dejarse robar y punto, pero... ¿y el orgullo de no haberse dejado avasallar?

Tengan por seguro que, al menos ése, no volverá a atracarlo.

Miguel Ángel G. Yanes

5/9/12

ACOSO AL PUEBLO INDÍGENA DE LOS AYOREOS

Los indígenas ayoreos, acorralados por una deforestación con sello español

Casa abandonada por los ayoreos / Survival

Los ayoreos son el último pueblo indígena aislado de América que hay fuera de la Amazonia. Viven en el Chaco, una enorme extensión de monte que se extiende desde Paraguay hasta Bolivia y Argentina. Ahora su supervivencia puede estar amenazada por la deforestación de la zona en la que una parte de ellos están escondidos. Todas las miradas apuntan como responsable a la empresa ganadera argentina Carlos Casado S.A., que lo "desmiente categóricamente".

Muchos miembros del pueblo indígena ayoreo han sido contactados, pero algunos permanecen escondidos en los bosques del oeste paraguayo. La ONG Survival Internacional muestra su preocupación porque "la desenfrenada destrucción del bosque en la región, gran parte de la cual es ilegal, les lleva a vivir en una constante huida".

La ONG denunció públicamente a principios de agosto que las autoridades paraguayas habían llevado a cabo una redada en la propiedad de Carlos Casado (filial argentina del Grupo San José) durante la cual pillaron in fraganti a trabajadores de la empresa mientras talaban sin autorización el bosque, construían edificios y diques e instalaban una alambrada en una gran parcela de bosque en el Chaco paraguayo de la que la empresa es propietaria.


La primera reacción del vicepresidente de la empresa, Diego E. León, fue asegurar que "en los 110 años de trayectoria del Carlos Casado S. A. en el Chaco se ha trabajado tradicionalmente en forma respetuosa con las autoridades de la Republica del Paraguay y con las comunidades que habitan en la zona, con quienes siempre se ha mantenido armoniosas relaciones".

Una vez que Survival Internacional sacó a la luz una carta remitida por la Secretaría del Ambiente de Paraguay a una organización ayoreo en la que se "confirma tanto que la empresa ha llevado a cabo trabajos de construcción de un embalse y de caminos, como que no tienen la licencia necesaria", cambió de argumentación.

Diego E. León pasó a interpretar que la citada misiva "no constituye una afirmación de los hechos", tan solo confirma que las acciones que se les atribuyen no tienen permisos ambientales. Reconoce que no han solicitado las autorizaciones, pero explica que no lo han hecho porque "tampoco hemos efectuado ningún tipo de desmonte o innovación de las mencionadas".

Su 'último refugio'


Survival ha documentado estos desmontes con fotografías y se refiere a estos trabajos como 'ilegales' y "preparativos de la destrucción a gran escala de la zona". Añade que aunque la empresa hubiese solicitado los permisos medioambientales requeridos legalmente "probablemente habrían sido denegados, ya que se sabe que hay miembros no contactados del pueblo indígena ayoreo que viven en el bosque".

"Se sabe que los indígenas ayoreos no contactados están allí escondidos, en esa rápidamente menguante isla de bosque que es su último refugio", denuncia. Al mismo tiempo, se hace eco de que el desmonte "ha indignado a los expertos locales" y, en concreto a GAT, una organización paraguaya que desde 1993 trabaja con los ayoreos ya contactados para asegurar la zona.

Organizaciones locales hablan de 'etnocidio'
 

"Somos testigos de un etnocidio en marcha. Este crimen es una tragedia humana, y una vergüenza para Paraguay frente a los ojos del mundo – y solo parará si los responsables son detenidos y castigados", denuncian, según Survival, Gladys Casaccia y Jorge Vera, de GAT.

El director de Survival International, Stephen Corry, indica que Carlos Casado "ha actuado de manera ilegal, e irresponsable, al talar una zona de bosque que es parte de la tierra ancestral de los indígenas ayoreos".

Un estudio realizado por Survival señala que los ayoreos viven en pequeñas comunidades, cultivan calabazas, habas y melones en la tierra arenosa y cazan en el bosque. Las grandes tortugas, los cerdos salvajes y la abundante miel silvestre son comidas muy preciadas para ellos, de forma que la destrucción del bosque que habitan amenazaría seriamente su supervivencia.

Intento de engaño a los indígenas


Las denuncias locales sobre las supuestas intenciones destructivas de la empresa ganadera se remontan ya ha hace varios meses. En junio Survival International hizo público que habían intentado engañar a los ayoreos para que estos les permitieran construir una nueva carretera que habría partido el territorio de los indígenas por la mitad. La carretera habría recorrido el extremo norte de la propiedad de Carlos Casado.

La empresa está participada por el español Grupo San José, que, en declaraciones a ELMUNDO.es, se ha desvinculado de cualquier actividad que realice su filial, ya que "es una sociedad argentina en la que participamos como accionistas. La gestión diaria de la misma la lleva un equipo propio de Carlos Casado".

Stephen Corry, insiste, sin embargo, en la vinculación del Grupo San José con estos hechos: "Es asombroso descubrir que una de las empresas más grandes de España está envueltas en un comportamiento tan escandaloso (...) de seguir en sus trece, serán directamente responsables de la destrucción del corazón de la tierra de los ayoreos, una flagrante violación de la legislación paraguaya y de la normativa internacional".

Datos tomados del diario EL MUNDO (SOCIEDAD)
Natalia Puga - 02/09/12

1/9/12

ADIÓS CAJACANARIAS, ADIÓS

CajaCanarias ha sido fagocitada por CaixaBank, baluarte indiscutible de la economía catalana. Hemos perdido la entidad señera y carismática de nuestro archipiélago y, por ende, ese logotipo que nos identificaba y del que nos sentíamos bastante orgullosos. Así que, ahora, nuestro dinero se encuentra en otras manos y bajo otros símbolos. No sé si por ello, los canarios pasaremos a ser una especie de catalanes honoríficos en las co... provincias de ultramar (perdonen el lapsus, es que me puede el sentimiento nacionalista) o unos jilipuertas incapaces de gestionar su propia riqueza. Y no digo nada de lo que puede ocurrir con los empleados de la entidad... !Qué peligro!

Lo que está claro como el agua clara es el hecho de que, nada más llegar, con su filosofía catalana del ahorro bajo el brazo ("la pela, es la pela") lo primero que ha hecho la entidad fagocitadora, tras cambiar la cúpula directiva, ha sido eliminar una serie de cajeros automáticos desplazados que, CajaCanarias, en buena lid, había distribuído por barrios periféricos, centros comerciales, etc. para facilitarle el acceso a "su dinero" a los ciudadanos.


Resulta que, de un día para otro, donde antes había un cajero automático, ahora ni siquiera hay un rótulo, una indicación, una simple hoja que indique lo qué ha ocurrido con él, ni dónde se encuentra el más próximo. Supongo que también será una técnica de ahorro de tinta y de papel. Así que vayan preparándose, porque, me temo, que en vez de la isa y el arrorró, terminaremos bailando la sardana y cantando els segadors. ¡Ándense listos, pues!

Yo ya aprendí a decir eso de... ¡visca! ¡visca!... pero resulta un poco peligroso, dado que los canarios vocalizamos de igual forma la "v" y la "b", y la "s" y la "z" "; así que, una señora, estuvo a punto de arrearme un sopapo, pensando que me metía con sus ojos.

Miguel Ángel G. Yanes