25/12/14

LA ANÉCDOTA DE LA FERRETERÍA

A veces los cables de la vida se enredan de una manera extraña y en los momentos más inesperados. Sin ir más lejos, hace unos días, al acudir a la cercana ferretería a por unos útiles para el alumbrado navideño, me aconteció algo peculiar:


Había una señora, apoyada en el mostrador, hablando con uno de los dependientes, y aunque su voz me resultó harto familiar, no pude "cazarla" hasta que no giró la cabeza y estuvo de perfil. Era una antigua compañera de trabajo a la que hacía al menos siete u ocho años que no veía.

Solicitó una serie de metros de plástico transparente que, el muchacho que la atendía, iba desenrollando de una enorme bobina al tiempo que iba midiendo con una vara numerada.


Así que decidí gastar una broma, recordando esas series televisivas tan en boga, en las que se emplean tales plásticos para evitar las salpicaduras de sangre, y pregunté:

- ¿Eso no será para cometer un crimen?

Ella se giró de inmediato con un gesto adusto, presta a responder a mi impertinencia, pero en vez de ello, una tenue sonrisa cubrió su rostro con algo de tristeza, y se acercó a darme un cariñoso abrazo, diciéndome a continuación:

- Compañero, no sabes cuánto me emocionó lo que escribiste sobre mi hermano.


 

Respondiendo a su afecto, le pregunté confuso:  

- ¿Quién es tu hermano?

- Era -me dijo- ya falleció... Pepe Machín.

Se me hizo un nudo en la garganta. Desconocía que mi amigo Pepe tuviera una hermana, pero que, encima, hubiera sido compañera mía durante treinta y tantos años, y no me enterara, ya clamaba al cielo.

Miguel Ángel G. Yanes






22/12/14

EL GORDO

El pasado mes de mayo falleció en la ciudad de Monterrey, a los 48 años de edad, el ciudadano mexicano Manuel Uribe Garza, considerado el hombre más gordo del mundo, ya que, aunque por último su peso había descendido hasta los 394 kilos, llegó a alcanzar los 560; batiendo otro de esos estúpidos récord marcados por el Guiness.


Manuel Uribe, quien sufría una obesidad mórbida que comenzó a manifestarse a partir de los 20 años, vivía postrado permanentemente en una cama dada la imposibilidad de desplazarse por si mismo, lo que agravó  su precaria salud, provocándole múltiples dolencias que terminaron segándole la vida. El certificado médico apuntó como causa final de su muerte, insuficiencia renal y fallo cardirrespiratorio.

Hoy, 22 de diciembre, cuando todo el mundo espera con expectación que "El Gordo de Navidad" les resuelva la vida, me ha venido a la memoria este ciudadano, cuya única posibilidad de liberación fue dejar atrás su inmenso cuerpo físico, y con él, a todos los que amaba, y al qué, en esta primera navidad de la ausencia, llorarán los suyos (como lloramos todos a los que ya han partido) simulando acaso que un cisco diminuto se coló en nuestros ojos; todo ello para no hacernos más daño del estrictamente necesario.

 Una furtiva lágrima

De todas formas, aunque hay un latinazgo que lo expresa con rotundidad, quiero decirlo en castellano:

Aquellos que amamos..."llamados o no llamados, siempre estarán presentes".

¡Brinden con ellos! 

Miguel Ángel G. Yanes

21/12/14

PEQUEÑA PIROMANÍA NAVIDEÑA

He descubierto que padezco una piromanía ocasional: una recidiva navideña que me empuja a pegarle fuego a ese Papá Nöel que trepa por el balcón de la vecina.


Menos mal que logro refrenarme a tiempo.

Miguel Ángel G. Yanes

20/12/14

OTRA COSA SERÁ...

Ayer me fui a comer con el amigo Paco Navarro a un restaurante de aquí (la capital de la isla picuda) al que hacía año y medio que no entraba a raíz de un tropezón que ahora les cuento:

Acudí a comer, en su momento, en compañía de mi mujer, mi hija, el marido de ésta y una pareja de amigos. Decidimos hacerlo en plan picoteo, por lo que cada uno se decantó por un plato de la extensa carta. Yo opté por los calamares a la andaluza, pero a la hora de tomarnos la comanda, el camarero me aconsejó:


- Yo pediría los calamares en salsa, que están exquisitos.

- ¡Vale!... pues tráigalos - le dije.

Pero al ponerlos sobre la mesa, un tufo extraño me llegó a la nariz, y como la genética tiene esas cosas, mi hija hizo un mohín al unísono, indicándome con el índice que aquello no era comestible. Por lo que llamé al "garzón" y le rogué que los retirara.

Entiendo que la culpa no era suya, pero el cocinero sí que debía saber cuántos días llevaba aquella vianda en el caldero.


La verdad es que me quedé rascado, no sólo por haber quedado mal con mis invitados, sino como cliente asiduo de aquel sitio, al que le hacen una recomendación y se la dan con queso. Aunque el resto de la comida estaba en perfectas condiciones, aquello me jodió el almuerzo.

Mi mujer me pelea a menudo porque, llevado de la confianza, no suelo revisar las cuentas cuando pago, pero en aquella ocasión me asaltó una sospecha y sí lo hice:

¡Nos habían cobrado lo podrido!


Reclamé, pagué lo que era justo, no dejé propina y dije para mí:

- Hasta luego, Lucas.

Pues hete aquí qué, después de tanto tiempo, decidí probar suerte de nuevo, y allá que fuimos, Paco y yo, camino de una mesa.

Comimos, bebimos, charlamos largo y tendido, y pasamos, en suma, un agradable rato.


Sólo me resta calificar el restaurante tras la nueva visita:
  • La atención.- CORRECTA
  • El vino (del país).- EXCELENTE, aunque con muchos grados
  • La comida.- ESCASA
  • La cuenta (sin postre y sin café).- UNA CLAVADA
"HAY QUE VER LO QUE HA CAMBIADO EL CUENTO"

Ni era éste, ni era chino,  pero lo de "tan dao",  lo clava.

No quiero dar el nombre del negocio para no hacer sangre, pero mientras me acuerde (y todavía tengo buena memoria) por allí no vuelvo, al menos a "tapiñar"... otra cosa será, a echar un vino.

Miguel Ángel G. Yanes

19/12/14

LUZ PROPIA

Este jueves, las páginas culturales del periódico El Día brillaron con luz propia, merced a dos interesantísimos artículos:

Uno de ellos, sobre todo por la emoción que destila, escrito por Jorge Dávila y dedicado a la escultora chicharrera María Belén Morales, con la que, según palabras del propio periodista, la sociedad canaria habría saldado una importantísima deuda, concediéndole el primer premio que otorga el Círculo de Bellas Artes de Tenerife y que, a partir de ahora, tendrá carácter anual.
 
María Belén Morales

Trasluce Dávila su admiración por ella, no sólo como la gran artista que es, sino como persona, resaltando por encima de todo, su modestia y su sinceridad; al tiempo que hace hincapié en la justicia de este premio a sus más de 50 años de actividad creadora y compromiso cultural.

Por otra parte, en el artículo titulado "El sueño revivido de Westerdahl", Raúl Gorroño plantea la idea del escritor orotavense Ayoze Suárez de retomar un antiguo proyecto de la Facción Surrealista de Tenerife, propuesto por Eduardo Westerdahl y Alberto Sartorius hace ya 80 años:

"La Residencia Canaria de Cultura Internacional"

Una residencia pensada para fines culturales y de intercambio entre diferentes países, y cuya construcción se pensó efectuar en las cercanías del Hotel Taoro del Puerto de la Cruz, pero por diversos avatares del destino (entre ellos la fatídica guerra civil) el proyecto fue abandonado por completo; si bien, en 1964, siendo presidente del cabildo el portuense Isidoro Luz Cárpenter, se intentó darle un nuevo empujón, pero esta vez tampoco cuajaría.

Por ahora, el Instituto de Estudios Hispánicos y el Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl del Puerto de la Cruz, así como determinadas personalidades del norte de la isla, apoyan la propuesta de Ayoze Suárez de retomar el asunto, aunque, al parecer, la ubicación ya no podrá ser la misma proyectada en principio.

De izquierda a derecha: Domingo López Torres, Benjamín Peret, Eduardo Westerdahl, Jacqueline Breton, André Breton, Agustín Espinosa, José María de la Rosa y Domingo Pérez Minik. (Foto de A. Benítez - 1934)

A pesar de los múltiples inconvenientes actuales, la validez y la vigencia de la idea siguen manteniéndose intactas. Una de las basas fundamentales sería aprovechar la bondad del clima, lo que, con total seguridad, empujaría a los intelectuales del norte de Europa, sobre todo en invierno, a venir a las Islas. La Residencia sería un complemento fundamental a otras actuaciones pendientes de acometer en el Puerto de la Cruz, tales como la reforma del Parque San Francisco, la definitiva ubicación del Museo Westerdahl, o la fundación Pedro Garel, lo que volvería a dar renombre a la ciudad, no sólo en el plano turístico, sino situándola como un referente de cultura a nivel internacional.

Miguel Ángel G. Yanes

QUÉ MAGNÍFICA PREÑEZ

La Banca gana 7.500 millones en nueve meses

José María Roldán, presidente de la patronal bancaria AEB. EFE
José María Roldán, presidente de la patronal bancaria AEB. EFE

¡Oigan!... Hay que ver que magnífica preñez la de la banca española: nueve meses justitos para parir 7.500 milloncitos de euritos. Lo que viene a significar un 11% más que en el mismo periodo del año anterior.

Miren la carita de satisfacción que se le ha quedado al fulano... y la de "gilipollitas" que se nos ha quedado a la inmensa mayoría de los ciudadanos al contemplar cómo ganan: haciendo "trampitas", socializando las pérdidas y privatizando los beneficios.  


Está más claro que el agua que los bancos han dejado atrás la crisis (de hecho nunca la atravesaron, se limitaron a bordearla pisando sobre nuestras hundidas cabezas) pero lo que resulta de todo punto inadmisible, inmoral incluso, es que el presidente del gobierno diga, públicamente, que este país ha superado ya su crisis económica. 

¡Oiga, Don Marrano Mariano! (tengo que cambiarr este jodido teclado) ¿cómo es que no se le cae la cara de vergüenza al decir tamaña memez, con la que está cayendo sobre el pueblo llano? ¿O es que cuando habla usted de "España", se refiere sólo a los dueños del cotarro: BANCA, CEC, CEOE, ICEX... y a los demás que nos den por #ulo?


Yo no sé si mis conciudadanos (me refiero a los de a pie) estarán de acuerdo con mis apreciaciones o no, pero quiero dejar constancia de un dato significativo, del que no toda la prensa se hace eco:

"En el mismo periodo, la economía nacional cayó un 1,2% y se destruyeron 198.000 empleos más!

Miguel Ángel G. Yanes

18/12/14

EL VUELO DE LA GOLONDRINA

Ha llegado a mis manos "El vuelo de la golondrina", el último poemario de mi estimada amiga, Mª Cleofé Linares Quesada, quién ha tenido la gentileza de enviarme un ejemplar, habida cuenta de que, a raíz de mi suicidio virtual en las redes sociales, no consiguió localizarme, en su momento, para el acto de su presentación.

 La golondrina (Salvador Dalí - 1957)

Agradezco de todo corazón este detalle. Ella sabe que lo valoro no sólo en la medida de nuestra amistad, sino en ese pulso, en esa vibración que hace tañer el alma con una magia antigua. Y los poemas de este nuevo libro tienen ese encanto y ese poder: estremecer las fibras, las físicas y las espirituales, con un exceso de ternura, de soledad, de esperanza, de luz... de Poesía.

Bonnes Fortunes (Encre-Zen)

Amiga: ¡gracias por este hermoso regalo! Lo reeleré con la calma necesaria en estos casos: cuando el silencio pese más que cualquier cosa, y pueda sentir revolotear a mi alrededor, los delicados elfos de tus versos.

¡Buena fortuna!

Miguel Ángel G. Yanes

17/12/14

ESE FRÍO CÓSMICO

Lo único que me da un pelín de grima con respecto a la muerte, es el frío; el que ha de sentirse cuando uno se desprende y abandona esta esfera: ese frío cósmico que debe llenar los espacios siderares sin remedio.

Es por ello que, a veces, me planteo el infierno (esa estación terminal de la conciencia) como una alternativa mucho más acogedora, más cercana a este plano, tal vez por el hecho de irradiar un calor del que carece el cielo.

Pero... ¡coñó!... ahora que lo pienso, si ya no tendré cuerpo con el que percibir las sensaciones físicas, ¿con qué carajo voy a sentir el frío... o el calor?


¡Nada, nada! No me hagan mucho caso. Son divagaciones propias de una mente aún... calenturienta.

Quizás sea por eso.

Miguel Ángel G. Yanes

16/12/14

ALERGIA A LAS CORONAS

Detenido frente el semáforo de peatones, al principio de la Avenida de Venezuela (Santa Cruz de Tenerife), he visto pasar frente a mí un coche fúnebre atestado de coronas, lo que me ha dado pie a escribir esta entrada.

¡Por favor! cuando me muera no me envíen coronas. Antimonárquico visceral, soy alérgico a todas ellas... a excepción de las nórdicas ¡claro está! (sigo hablando de coronas, no de mujeres, que también): suecas, noruegas, danesas, islandesas; ya que, obviando a Finlandia que, no sé bien si por ser una etnia diferente y poseer distinta raíz idiomática, por simples cuestiones económicas, o por llevarle la contraria al resto, han sucumbido a la presión de la Unión Europea, terminando por adoptar el euro como moneda nacional.

¡Que Thor los coja confesados!

A mí me gustaría más que, en lugar de gastarse el dinero (los euros... ¡los putos euros!) en coronas de flores, después de "hacerme humo", lo emplearan en una buena comida y bebida en mi memoria; y que me reservaran un sitio porque, aunque no me vean, andaré por allí... ¡je, je!


Ahora que lo pienso: a lo mejor me gustaría también que sonara la Meditación de Thais de Massenet.

Con las cenizas, mi hija ya sabe lo que debe hacer.


Nota: Hago constar que Islandia y Noruega no forman parte de la UE; el resto de países nórdico, sí; aunque sea Finlandia el único que ha entrado por el aro de la moneda única.

Miguel Ángel G. Yanes

14/12/14

DOS LIBROS REVOLUCIONARIOS

"La abolición del trabajo" y "Voladura controlada"

En "El ruido eterno", el fabuloso libro de Alex Ross, hay una anécdota deliciosa, cuando en 1984, en los Cursos de Verano de Darmstadt, el búnker de la vanguardia musical contemporánea, el gran compositor estadounidense Morton Feldman soltó esta bomba de efecto retardado: “Las personas que pensáis que son radicales podrían ser en realidad conservadoras; las personas que pensáis que son conservadoras podrían ser en realidad radicales”. Ross añade: “Y empezó a tararear la Quinta de Sibelius”.



Otro tanto sucede con algunos libros cuyo peligro difícilmente se alcanza a ver desde el título. Los libros más revolucionarios (en el sentido estricto de la palabra) que he tenido la fortuna de leer este año han sido dos breves, lúcidos y flexibles volúmenes. El primero, La abolición del trabajo, de Bob Black, es puro músculo cerebral, una auténtica santabárbara del sentido común que pulveriza no sólo principios sagrados del capitalismo sino también varias tesis básicas del marxismo. Black, un paladín del pensamiento libertario estadounidense, desmenuza hasta sus últimas consecuencias el mundo laboral, extrayendo perlas tan jugosas como la idea de que el “tiempo libre” del operario se opone consecuentemente al “tiempo de la esclavitud”. El trabajo, tal y como se concibe en la sociedad contemporánea, no es más que una condena degradante: 

"La disciplina es lo que la fábrica, la oficina y la tienda comparten con la cárcel, la escuela y el hospital psiquiátrico". Es algo históricamente nuevo y horrible. Va más allá de las capacidades de los dictadores demoníacos de antaño como Nerón, Gengis Khan e Iván el Terrible. Pese a sus malas intenciones, ellos no tenían la maquinaria para controlar a sus súbditos tan completamente como los déspotas modernos. La disciplina es el modo de control moderno, especialmente diabólico, es una irrupción novedosa que debe ser detenida a la primera oportunidad.



El segundo opúsculo, no menos radical, es "Voladura controlada", de Octavio Cortés, un libro que bajo su apariencia de artilugio cómico y satírico esconde una diabólica serie de cargas explosivas capaz de partir en dos al lector desprevenido. La primera carga se esconde en el título que, en realidad, oculta un sintagma fragmentado: “Voladura controlada de la Estatua de la Libertad”. La segunda es una cita de Aldous Huxley, quien en una carta a George Orwell, fechada nada menos que en 1949 habla de que la infantilización y la hipnosis como instrumentos de control de masas es mucho más efectivos que la tortura, la cárcel o la simple violencia física. ¿Y qué otra cosa son los concursos televisivos, la moda, los videoclips, la literatura prefabricada, la autoayuda, el arte pop y la música pop?


Con mucha guasa y mucha mala leche, Cortés practica un corte quirúrgico radical de la superestructura dominante que abarca la política (“Nueve errores que suelen cometer los dictadores asesinos”), el fútbol (“Los tres tipos básicos de futbolistas gordos”), el refranero (“Dos consejos que a Vd. pueden parecer buenos, pero que son una auténtica mierda”), la cocina (“Ocho formas de comer spaghetti que harán de Vd. un hombre feliz”) o la educación (“Cuatro problemas de matemáticas extraídos de un libro de primaria que demuestran que estamos sometidos a prácticas de control mental, masivo, subliminal y de efectos irreversibles”) entre otras muchas áreas de pensamiento y de recreo.


Como se ve, sólo con los títulos, es un libro para descuajarse de risa, pero también puede ocurrir que las carcajadas se corten de repente ante fulminantes relámpagos de lucidez o ante extraordinarios raptos de poesía, como en el soberbio fragmento que remata las “Tres canciones que Vd. puede escuchar mientras va conduciendo durante una lluvia de meteoritos”. Igual que ciertas sinfonías de Sibelius, la prosa de Cortés parece amable, armónica y despreocupada en la superficie, un tranquilo paisaje de bosque finlandés que guarda abismos, diplodocus y terremotos de fondo.


Al final, después de un repaso dadaísta y brutal a nuestro triste mundo, Cortés propone un sano ejercicio de anarquismo simbólico invitandonos mediante “un atentado discreto” a derribar la Estatua de la Libertad, esa “vestal de piedra de cincuenta metros", envuelta en una neblina fluvial helada, blandiendo una antorcha y una tablilla pseudo mosaica. ¿Por qué? Porque la libertad que nos venden no es más que una ilusión, un fraude: “Se invita al preso a escoger el tipo de celda, se invita al perro a escoger el tipo de bozal, a Sócrates se le pregunta si quiere azúcar blanco, azúcar moreno o sacarina en su vaso de cicuta. A eso se reduce todo”. Un libro para romper cadenas ideológicas, para enviar mensajes de amor con golondrinas o para cortarse el cuello hoja tras hoja hasta que la sangre fluya desatada.

Sócrates y la cicuta


FUENTE: publico.es
Punto de fisión
David Torres
09/12/2014

13/12/14

ACERICO

Ésta que traigo hoy es una curiosa palabra poco utilizada en el lenguaje cotidiano, a no ser por el gremio de la costura, ya que, es un objeto que forma parte de la equipación de cualquier taller de confección. 

La primera referencia recuerdo que la hallé, jovencillo aún, en una novela cuyo título no consigo recordar, pero sí el hecho de haber recurrido al diccionario porque, aunque el sentido de la frase apuntaba a ello: "clavó su aguja en el acerico", quise asegurarme de que tan extraña palabreja identificaba el mismo artilugio que yo conocía con otros nombres.


En casa, cuando aún existía el adminículo al que me refiero, solía llamársele almohadilla o alfiletero, era un cojincito que se guardaba en la caja de la costura y  en el que solían clavarse, para que no se perdieran, alfileres, agujas, imperdibles (¡qué incongruencia!) y que, al parecer (eso lo aprendí más tarde) las costureras, a la hora de tomar medidas a sus clientes, lo usaban también prendido a la muñeca; pero jamás escuché llamarlo acerico, que, según el diccionario de la RAE, es su nombre correcto.


Miguel Ángel G. Yanes

acerico.
(Del dim. de *hazero 'almohada' y este del lat. vulg. *faciarĭus, der. de facĭes 'cara').

1. m. Almohada pequeña que se pone sobre las otras grandes de la cama para mayor comodidad.
2. m. Almohadilla que sirve para clavar en ella alfileres o agujas.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados

11/12/14

SERGIO MARTÍN O LO QUE NUNCA DEBE HACER UN PERIODISTA

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Sergio Martín

La noche del pasado viernes fue un momento triste para el oficio periodístico en nuestro país. Fue el día en que, en la cadena de información 24 horas de Rtve, se entrevistó por primera vez a Pablo Iglesias como líder de la fuerza política “emergente” que tiene de los nervios a medio país y parece que esperanzado al otro medio. La noche del viernes 5 de diciembre confirmé mis sospechas: en materia de periodismo, el presentador de la Noche en 24 horas es un verdadero impresentable.

¿Dónde está la fábrica de especímenes de este calado? ¿Para esto nos han valido a algunos tantos años de lucha reivindicando y defendiendo la dignidad del oficio periodístico? ¿Para que acabe apareciendo un niñato pendenciero que, en tan solo una hora, tire por la borda tanto esfuerzo de tantos durante tantos años por conseguir ser decentes y creíbles?
 Pablo Iglesias
 
Lo de la Noche en 24 horas del pasado viernes no fue una entrevista. Fue el pésimo y procaz interrogatorio que solo un advenedizo inseguro puede hacer, que solo un trepa dispuesto a abrirse paso a codazos puede perpetrar con tal de no dejar pasar la oportunidad de demostrar a sus peperos jefes que pueden confiar en él para cualquier trabajo sucio.

La factura de aquella entrevista fue impropia de una televisión pública. Al presunto periodista conductor de aquel bochornoso espectáculo le acompañaban cuatro incondicionales palmeros dispuestos todos ellos a merendarse al entrevistado: eran un antiguo reportero condenado por mentir, un melifluo decano de facultad que sueña con hacerse un nombrecito, un anciano llamado Papell que se dedicó a llamar anciano al economista Vicenç Navarro y el nunca suficientemente bien ponderado Graciano Palomo. Ni una sola mujer. Todos hombres y entregados a la causa, ¡viva la televisión pública! Y de propina, el otrora competente Pepe Hervás haciendo el papelón de su vida.


Vicenç Navarro

La actuación del tal Sergio Martín quedará para la historia como una de las mayores vergüenzas ocurridas en el periodismo español de los últimos tiempos. Si no fuera porque se trata de algo muy serio, podríamos sencillamente tomárnoslo a broma y punto. Como hace gran parte de la audiencia de 13TV, que la sintoniza para reírse un rato y relajarse viendo esos programas de humor que su empresa propietaria, la católica iglesia española, ofrece en forma de tertulias.

Ni con Mariló Montero. Nunca la televisión pública cayó tan bajo ni la actuación de un entrevistador alcanzó tales niveles de patetismo como en el caso del 24 horas del pasado viernes con Iglesias de invitado. Como internet está lleno de fragmentos que certifican este punto de vista, me limito aquí a citar algunos de los pasajes: “yo también soy trabajador de tve”, “estará usted de enhorabuena porque han excarcelado etarras”, “le voy a hacer preguntas que no sean previsibles”, Venezuela, el contrato de Errejón
 Íñigo Errejón

No fue una entrevista, sino un interrogatorio con tintes policiales y plagado de lugares comunes que sin duda sirvió para que el espectador, siempre mucho más inteligente de lo que los manipuladores se creen, sacara sus propias conclusiones. 

Queridos estudiantes de periodismo que me hacéis el honor de leer estas líneas: revisad el comportamiento de Sergio Martín durante la entrevista a Pablo Iglesias del pasado viernes, haced justo lo contrario cuando llegue el día en que os encontréis en una situación similar y… acertaréis de pleno.

FUENTE: publico.es
Las carga el diablo
Juan Tortosa
09/12/2014

9/12/14

EL LADRÓN DE PERIÓDICOS

Esta mañana, un pelín más tarde que de costumbre por avatares matutinos, bajé al bar a echar el cafelito de rigor y... ¡vacío total! 


Tras tres tristes (como el trabalenguas de los tigres) días de puente decembrino, es posible que los parroquianos hubieran perdido un ritmo que aún debían recuperar pues, por no estar, no estaba ni el periódico. Pensé que esa misma fractura del ritmo cotidiano, habría hecho olvidarse a Tasito de su compra, y no comenté nada. 

Tomé el café, pagué, me despedí, y allá que fui con la idea de visitar a mis antiguos "compis", Blanca y Manolo, en la cafetería en la que suelen desayunar; viaje inútil, porque no apareció ninguno de los dos. Creo que en vez de "puente" hicieron "acueducto", a no ser que la salud les haya jugado una trastada.



Cuando, ya de regreso a casa, pasé de nuevo por la puerta del bar de Tasito, me preguntó:

- ¡Míguel! ¿cuándo tú estuviste aquí todavía había periódico?

- ¡No! Pensé que te habías olvidado de comprarlo.

- Pues alguien se lo llevó aprovechando que yo estaba en la cocina. Aunque sospecho quién fue: ¡uno que tiene perrito!

- Pero si no lo viste llevárselo, y tampoco hay testigos, no debes acusarlo, aunque... tal vez, puedas conseguir que se delate él solo.

-¿Cómo?

- Cuando vuelva a entrar, coméntale que esa mañana, quien menos te esperabas, te levantó el periódico, y que lo sabes porque quedó grabado en la (inexistente) cámara de vigilancia. Una de dos: o el caco matutino se descubre a si mismo y se disculpa o no vuelve más (si tiene vergüenza, claro).

Miguel Ángel G. Yanes


8/12/14

ERNESTO CARDENAL, AÚN EN LA BRECHA

La FIL celebra los 90 años del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal

Ernesto Cardenal./Sáshenka Gutiérrez (EFE)

El peso de casi nueve décadas y los problemas para caminar no han impedido al poeta nicaragüense Ernesto Cardenal acudir a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara donde, con una lucidez envidiable y con su eterna boina negra y barba blanca, presentará su nuevo libro y festejará sus 90 años de amor a las poesía, a Dios y a la revolución.

Ordenado sacerdote a los cuarenta años, la religiosa ha sido una de las tres grandes vocaciones que han marcado su vida, aunque la poesía fue la primera y la más "natural".

"Desde muy pequeño, desde los seis años, hacía poemas que los sabía de memoria sin todavía poder escribir. Y sigo siendo poeta y eso fue lo que me llevó después del amor a las muchachas al amor a Dios y del amor a Dios al amor al pueblo, a la revolución, que es lo mismo también que decir Dios", contó.

Triunfo de la revolución sandinista (19 de julio de 1979)

Esa, la revolución, es la otra gran pasión que ha marcado la vida del poeta, que alcanzó fama de revolucionario desde los tiempos de la lucha sandinista contra la dictadura de Somoza, a finales de los años setenta.

En 1979, con la llegada al poder de los sandinistas, fue nombrado Ministro de Cultura, puesto que desempeño hasta 1988, cuando pasó a ocupar el cargo de director del Consejo Nacional de Cultura nicaragüense.

En los noventa abandonó su militancia sandinista por discrepancias en su seno a raíz de la división en dos sectores, los renovadores liderados por el escritor Sergio Ramírez y los ortodoxos por Daniel Ortega, actual presidente, para quien hoy solo tiene palabras críticas.


 Daniel Ortega

 Sergio Ramírez

"En Nicaragua tenemos una dictadura con un poder absoluto, no de un hombre, sino de un hombre y su mujer y sus hijos. Daniel Ortega y su esposa y sus hijos son dueños del país, son los únicos que mandan, mejor dicho, la esposa, la primera dama, es la única que manda, porque lo manda también  a él", dijo.

Sin embargo, para Sergio Ramírez solo tiene elogios, pues ha sido el autor que seleccionó los poemas que forman su último libro, "Noventa en los Noventa", una antología poética que celebra sus nueve décadas, que presentará mañana en la FIL y que lo hace sentirse "sumamente complacido, sumamente honrado".

"He publicado muchos libros pero este es de los mejores, el mejor libro que me han publicado, realmente es muy bonito. El mejor por la tipografía, por las fotografías, por la selección. Yo no he intervenido para nada en (la edición) este libro pero simplemente agradezco que me hagan este homenaje", contó.


Tras nueve décadas viendo cómo cambiaba el mundo, hoy Cardenal se confiesa mucho más preocupado por los problemas actuales y por eso cree que es necesario que se siga escribiendo poesía, que "contribuye" a que se solucionen los problemas.

"La poesía sirve para denunciar la injusticia, la desigualdad y llegará el momento en el que tengamos justicia e igualdad, la sociedad perfecta, tiene que llegar, no es nada difícil", apuntó.

El próximo domingo en la FIL y el día 13 en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana habrá una lectura pública de este libro.

Palacio de Bellas Artes - Ciudad de México

FUENTE: eldia.es
Agencia EFE
Guadalajara (México)
06/12/2014

7/12/14

YANTAR DE POBRES (POEMA)

 
María, madre, mujer de campo, tinerfeña,
Tendió el mantel de lino sobre la mesa y puso
Con cuidado exquisito su vajilla de barro,
Las servilletas de tela, los cubiertos...

Trajo el único pan amasado en la artesa
Por las manos antiguas de la abuela
Y horneado con leña de sarmientos
Secos y retorcidos de la poda otoñal.

Una jarra de vino con el borde
Desportillado, roto, como un labio
Sangrante que goteara, sobre un campo
De batalla de dureza granítica.

Y un lebrillo donde el gofio, escaldado
Con el hirviente líquido, humeaba
Con un adorno de cascos de cebolla
Y un chorreón de mojo de cilantro.

Luego vino el enorme caldero de aluminio
Con su caldo, sus papas, sus verduras…
Carne no había ¡claro! Y es que a los pobres
Su agujereado bolsillo no les daba.

Así y todo, como una piña unidos,
El hambre pasaba a duras penas
Entre aquella alegría de vivir
Que nunca supimos de donde procedía.

Al parecer había algo que celebrar, 
pero no teníamos muy claro
de que repuñetas se trataba.

 Miguel Ángel G. Yanes

5/12/14

FLEXURA

Siempre escuché llamar flexura a la parte del brazo opuesta al codo: ese hundimiento flexible donde te pinchan para efectuar una extracción de sangre.

Pues resulta que sí, que lo es, pero ése no viene a ser exactamente su nombre, ya que, la palabra flexura, según la definición de la RAE, viene a identificar un pliegue, curva o doblez; algo genérico que identifica cualquier parte del organismo que permita un ángulo determinado de flexión, ya sea  el codo, el intestino, el embrión en si, e incluso el pene del toro. Por lo que habría que ponerle "apellido" para saber con exactitud de qué se trata:

Flexura del codo.- Su nombre específico es sangradura.



Flexuras del intestino grueso.- Consta de dos: flexura cólica derecha o hepática del colon y flexura cólica izquierda o esplénica del colon.


Flexuras del embrión.- Referidas a las tres incurvaciones que durante su crecimiento se producen en el tubo neural: flexura cervical, flexura cefálica y flexura pontina.


Flexura del pene del toro.- En estado de reposo, el pene del toro presenta una doble inflexión sobre el escroto que recibe el nombre de flexura sigmoidea o S peniana

Miguel Ángel G. Yanes