22/5/09

MERDELLÓN

He leído recientemente que el Ayuntamiento de Málaga ha decido multar a las personas que deambulen por la ciudad en ropa de baño. No voy a entrar en la idoneidad o no de la medida, pero si quiero abundar en la palabra con la que designan por aquellos lares a dichos individuos: "merdellones".

Nada más leer esta palabreja, se abrió ese compartimiento secreto que mi memoria suele tener atascado y apareció la imagen de mi padre, recriminándonos a mis hermanos y a mí, en tono cariñoso, por el hecho de regresar de la calle sucios de tierra hasta los ojos, como era de rigor. "Vaya una pandilla de merdellones", nos decía. Han pasado más de cuarenta años y no sé en que momento tal palabra desapareció de nuestro vocabulario, por lo que, haberla recuperado ha sido una pequeña alegría.

No existe acuerdo sobre el origen de la palabra "merdellón". Si bien la tradición popular explica que proviene de "merde de gens" (mierda de gente) refiriéndose a una frase que, los franceses que recalaban en el puerto malagueño, allá por los siglos XVIII y XIX, utilizaban para designar a la gente pobre y sucia que deambulaba por los muelles.

Por otro lado, la versión oficial que da la Real Academia Española a través de la 22ª edición de su diccionario, la hace derivar del italiano antiguo "merdellone": merdoso, criado que sirve con desaseo. Si bien su pronunciación "mer-del-lone" se aleja más de la nuestra que la francesa en la propuesta popular. También existe la posibilidad de que llegara a las Islas por boca de marineros normandos en tiempos de la conquista, o tal vez, siglos más tarde, de marineros andaluces que arribaran también a nuestras costas. De una u otra manera, así como nos quedaron "creyón" o "folelé", también pudo quedarnos "merdellón" ¿O no?

Miguel Ángel G. Yanes

13/5/09

MISTERIOS DE LA LUNA

Escribo desde Canarias, concretamente desde la isla de Tenerife.



Con relación a lo expuesto por dani, Mayo 4th, 2009 9:35 pm, en http://www.fenomenosparanormales.org/misterios-de-la-luna/, he de confirmar que, con fecha 6 de julio de 1982, encontrándonos mi novia (hoy mi esposa) y yo, en lo alto de una loma contemplando un eclipse de luna llena, observamos lo mismo que él detalla. En mitad del eclipse, una luz se desplazó desde La Luna a La Tierra en cuestión de segundos y, posteriormente, hizo el viaje a la inversa con la misma rapidez (me queda la duda de que fuera el mismo objeto u otro diferente) Además, justo en el instante en que el eclipse finalizaba, un punto luminoso que hasta entonces pensé que era una estrella, se puso también en movimiento dirigiéndose de la misma forma hacia La Luna.



Desconozco cuales pueden ser los adelantos técnicos que los gobiernos nos ocultan, pero un objeto que recorre 384.000 kms. en unos segundos, me rompe los esquemas.

Miguel Ángel G. Yanes

1/5/09

CARTA ABIERTA A CÉSAR RODRÍGUEZ PLACERES


Dada la actual situación de acoso y derribo que denuncias hacia el Centro de la Cultura Popular Canaria, algún amigo que me conoce bien, francamente intrigado, ha llegado a preguntarme por qué nunca me he identificado con el CCPC. Si es que yo estaba en contra.

¡No! No estoy en contra ¡Dios me libre! Creo que se ha hecho una importantísima labor rescatando nuestras raíces culturales y concienciando a gran parte de nuestro pueblo de su verdadera identidad. Pero cada uno conoce los pequeños detalles que le afectan.


Fíjate bien en lo que voy a contarte:

Allá por los tiempos de Maricastaña; no recuerdo si fue en 1984 ó 1985 (mira si ha llovido desde entonces) presenté un trabajo a un certamen de Poesía convocado por el Centro y me vine a enterar de que había sido publicado, de relance, años más tarde, ojeando el escaparate de una librería. Ni siquiera tuvieron el detalle, ni vía telefónica, ni epistolar, ni a voz en grito, de ponerse en contacto conmigo para decirme, al menos, que ya estaba en la calle. Por descontado que, con anterioridad, tampoco se me informó de la fecha de su presentación oficial, si es que la hubo; tal vez, pensé, porque al englobar a varios autores en el mismo tomo, la presencia de alguno poco conocido no era demasiado necesaria.

Como comprenderás, a partir de ahí, me pareció tan poco serio que me desentendí por completo, hasta la fecha... ¡Miento! Cierta noche acudí a la presentación de un libro de mi amiga Mª Nieves Samblás, pero fue sólo eso, algo circunstancial, y nunca más volví.


Será porque mis abuelos me educaron con sus antiguos cánones, pero si esos detalles fallan, falla lo elemental. A veces he pensado si habré sido rencoroso, pero no, no tengo ningún sentimiento de culpa. La seriedad es para mí una importante seña, y así como la otorgo a los demás, la exijo. Sin embargo, no quiero que esto, que ha quedado en anécdota, desvirtúe un ápice mi apreciación de la excelente labor que, durante estos años, ha desarrollado el Centro de la Cultura Popular Canaria, le pese a quien le pese. Y es por ello que quiero decantarme públicamente a favor de su supervivencia.

Miguel Ángel G. Yanes