21/10/16

EL CASO LEGANÉS

Afortunadamente, aún existen amigos que regalan libros, algo muy de agradecer en estos tiempos.

El amigo Tasito ha tenido la deferencia de regalarme uno: "El Caso Leganés", relativo al polémico tema de las muertes por sedación acaecidas en el Hospital Severo Ochoa de dicha población madrileña; toda una infamia urdida contra el coordinador del servicio de urgencias, el doctor Luis Montes Mieza
 
Luis Montes Mieza

Una denuncia anónima, interpuesta en el año 2005, lo acusó a él y a otros 14 médicos de dicho centro de haber cometido “400 homicidios” en el servicio de urgencias. 

El consejero de Sanidad, Manuel Lamela (Partido Popular), dando pábulo a la denuncia, destituyó a cinco jefes y tres supervisores y el caso llegó a los tribunales. Tres años después, la Audiencia Provincial de Madrid no solo archivó el caso, sino que sentenció que no hubo mala praxis médica. Pero mientras tanto, la vida social, laboral y familiar de los encauzados se vio seriamente dañada, su honorabilidad puesta en entredicho y se les cargó con un sambenito de "asesinos", por parte de los medios de comunicación que, en absoluto merecían.

Manuel Lamela

Es por ello que, Luis Montes, en un intento de lavar su imagen, publica en colaboración con Oriol Güell (redactor del periódico El País), "El Caso Leganés" en el que, con todo lujo de detalles, da su versión del asunto.

Una vez leída la obra y escandalizado por las patrañas y la manipulación informativa llevada a cabo por los "cavernícolas de siempre", quiero mostrar públicamente mi apoyo y consideración a un personaje tan valiente como éste.


Copio aquí un párrafo en el que Luis Montes detalla y razona la actuación a seguir con los enfermos terminales, durante su mandato, en las urgencias del Severo Ochoa de Leganés:

Si alguien va a morir, nuestra obligación como médicos es que él y su familia pasen el proceso en las mejores condiciones posibles. Se han dicho muchas mentiras sobre la asistencia al enfermo terminal y los cuidados paliativos. Pero la cosa es mucho más sencilla y va más allá de la propia medicina. Es un compromiso personal con tu papel en la sociedad. Estás al cargo de una población de cientos de miles de personas que nacen, enferman, se curan y mueren en el hospital. Te debes a ellos, y con los recursos de que disponemos, no hay razón alguna para que la gente sufra un segundo más de lo necesario. El dolor no dignifica, ni glorifica la vida, ni ninguna de esas tesis de los sectores ultra conservadores. El sufrimiento, la angustia de un enfermo que se está muriendo, es un estado sumamente doloroso, no sólo para él sino también para la familia. Y si está en tu mano evitarlo como médico, no hacer nada, es una crueldad deleznable. 

Texto extraído de la página 22 de libro titulado "El Caso Leganés" (Ed. Aguilar)

 

Miguel Ángel G. Yanes

17/10/16

EL IDIOMA CASTELLANO (POEMA)



Señores un servidor:
Pedro Pérez Baticola,
cual la Academia Española,
«limpia, fija y da esplendor».

Pero yo lo hago mejor;
y no son ganas de hablar,
pues les voy a demostrar
que es preciso meter mano
al idioma castellano
donde hay mucho que arreglar.

¿Me quieren decir por qué,
en tamaño y en esencia,
hay esa gran diferencia
entre un buque y un buqué?

¿Por el acento? Pues yo,
por esa insignificancia,
no concibo la distancia
de un presidio a presidió.

Ni de tomas a Tomás,
de un paleto a paletó
ni de topo a que topó
ni de colas a Colás.

Mas dejemos el acento
que convierte, como ves,
las ingles en un inglés
y vamos con otro cuento.

¿A ustedes no les asombra
que diciendo chico y chica,
majo y maja, rico y rica
no digamos hombre y hombra?

Y la frase tan oída
del marido y la mujer
¿por qué no tiene que ser
el marido y la marida?

El sexo a hablar nos obliga
a cada cual como digo;
si es hombre, me voy contigo;
si es mujer, me voy contiga.

¿Por qué llamamos tortero
al que elabora una torta
y al sastre que ternos corta
no le llamamos ternero?

Como tampoco imagino
ni el diccionario me explica
por qué al que gorros fabrica
no se le llama gorrino.

¿Por qué las Josefas son
por Pepitas conocidas,
como si fueran salidas
de las tripas de un melón?

¿Por qué el de Cuenca no es cuenco,
bodoque el que va de boda,
y al que los árboles poda
no se le llama podenco?

Cometa está mal escrito
y por eso no me peta;
¿hay en el cielo un cometa
que cometa algún delito?

Y no habrá quien no conciba
que llamarle firmamento
al cielo, es un esperpento;
¿quién va a firmar allá arriba?

¿Y es posible que persona
alguna acepte el criterio
de que llamen monasterio
donde no hay ninguna mona?

De igual manera me quejo
al ver que un libro es un tomo;
será un tomo si lo tomo
y si no lo tomo, un dejo.

De largo sacan largueza
en lugar de larguedad;
y de corto, cortedad,
en vez de sacar corteza.

Si el que bebe es bebedor,
el sitio es el bebedero,
y hay que llamar comedero
a lo que hoy es comedor.

Comedor será quien coma,
como es bebedor quien bebe:
y de esta manera debe
modificarse el idioma.

¿Y vuestra vista no mira
lo mismo que yo lo miro,
que quien descerreja un tiro
dispara, pero no tira?

Este verbo y más de mil
en nuestro idioma es un barro;
tira el que tira del carro,
no quien dispara un fusil.

Si se le llama mirón
al que está mirando mucho,
cuando ladre mucho un chucho,
hay que llamarle ladrón;

porque la sílaba –on
indica aumento, y extraño
que a un ramo de gran tamaño
no se le llame Ramón.

Y, por la misma razón,
si los que estáis escuchando
un buen rato estáis pasando,
estáis pasando un ratón.

¿Y no es tremenda gansada
en los teatros que sea
denominada platea
lo que nunca platea nada?

De la cárcel al rector
se le llama carcelero;
luego a quien es director
de una prisión, ¡por favor!
Hay que llamar prisionero.

Ya basta para quedar
convencido el más profano
que el idioma castellano
tiene mucho que arreglar.

Aquí se acaba la historia.
Si ahora, para terminar,
unas palmadas me dan,
ustedes no extrañarán
que les llame palmatorias.



Pablo Parellada Morales - ”Melitón González”
(1855 - 1944)
Miguel Ángel G. Yanes


14/10/16

LA POESÍA ESCAPA DE LOS LIBROS

La poesía escapa de los libros para sacar a patadas a la gente de su zona de indolencia y de confort 

Una nueva generación de poetas españoles ha puesto patas arriba la poesía en el intento de menoscabar la cultura social de nuestro tiempo y las democracias parlamentarias que le dan fuelle

Pintadas de Neorrabioso. / FERRAN BARBER
Pintadas de Neorrabioso en los contenedores.

Antes que el resultado de una estrategia organizada, el “asalto poético” al sistema procede de un movimiento heterogéneo y espontáneo que ha surgido en respuesta a la (mala) situación del país. Unas jornadas celebradas en La Casa Invisible de Málaga este fin de semana tratarán de arrojar alguna luz acerca de las posibles alianzas que podrían establecerse entre esta legión de creadores al servicio de lo público y los movimientos sociales. El nombre del encuentro deja perfectamente claro cuáles son los móviles que alientan a sus organizadores: “la poesía y la lucha por una voz común”. ¿Quiénes son estos poetas críticos que se han propuesto utilizar sus creaciones para abrir alguna brecha en el sistema? 

Tontos útiles

FOTO: ANA LAGO
FOTO: ANA LAGO

En algunos casos, aunque no siempre, estos nuevos poetas son la voz de quienes piensan que se ha traicionado el espíritu horizontal de inspiración anarquista que caracterizó en sus inicios al 15-M. En el discurso de algunos autores como el profesor universitario Felipe Zapico (León, 1960) queda sobradamente acreditado lo que piensan de las componendas y las concesiones: “Siempre señalando a tanto / tonto útil / sin darme cuenta de que yo también lo era”, escribió Zapico, en clara alusión al “decepcionante rumbo” que tomó el 15-M, paradigma de la “revolución traicionada”. “Lo he sido [...] cada vez que he recorrido / las calles gritando / sí se puede / no nos representan / no hay pan para tanto chorizo / o cualquiera de aquellos eslóganes / que creí espontáneos / arrebatadores / pero estaban diseñados con la máquina / de consignas / al igual que cuando repartían / rotuladores / para escribir / la revolución no será televisada / mientras redactaban los guiones de las /tertulias, los programas, las entrevistas”.


Esta nueva poesía se ha modificado por partida doble. La primera transformación —la más obvia— tiene que ver con el contenido de los versos, ahora abiertamente políticos, cuando no panfletarios. El segundo y menos previsible de los cambios ha consistido en la búsqueda de soportes y canales de difusión no tradicionales. Se ha reemplazado la palabra escrita y el papel impreso por los recitales o los muros y hoy los versos salen al paso de la gente, mucho más para inquietarla y sacarla a patadas de su zona de indolencia y de confort que para complacerla con pildorazos de belleza lírica o ejercicios florales. El poeta catalán Cysko Muñoz se sirve, por ejemplo, de pizarras para divulgar algunos poemas. Los versos son posteriormente distribuidos en las redes mediante fotografías de sus acciones poéticas. Carecen a menudo de un contenido político pero el modo en que da a conocer su trabajo les confiere, per se, una dimensión social. Sacar la poesía hasta la calle expresa de una forma implícita el deseo del poeta de devolvérsela a la gente.

Sobre las paredes de las oficinas bancarias


Otro conocido ejemplo de los nuevos canales y soportes de los que la poesía se está sirviendo para salir al encuentro de la sociedad es el que proporciona el trabajo del poeta vasco Batania-Neorrabioso, quien durante mucho tiempo compatibilizó la publicación en las redes sociales con la divulgación de sus versos sobre los contenedores de basura y sobre las paredes de las oficinas de los bancos. Aunque Batania se declara ajeno a cualquiera de estos nuevos movimientos, ha terminado -probablemente a su pesar-, por convertirse en un santón de esta poesía social de nuevo cuño. Nadie duda en situarlo a la cabeza de la nómina de creadores más brillantes de esta generación de descastados, junto a otros nombres influyentes como Ana Pérez Cañamares, Antonio Orihuela, David González, Gsús Bonilla, Jorge Riechmann, Enrique Falcón, David Trashumante o el ya citado Felipe Zapico.

En última instancia, le han robado la poesía a los entornos académicos; la han desalojado de cualquiera de las torres de marfil donde eventualmente pudiera todavía resistir, arrogantemente ajena al desastre provocado por la recesión. Muchas veces, sin saberlo, se han inspirado en las clásicas estrategias del terrorismo poético formuladas por el ensayista norteamericano Hakim Bey a principios de los noventa. Entre sus pasquines del anarquismo ontológico (1990), Bey proponía servirse de “poemas garabateados en los lavabos del juzgado, de pequeños fetiches abandonados en parques y restaurantes; de arte impreso en fotocopias colocado bajo el limpiaparabrisas de los coches aparcados; de consignas en grandes caracteres pegadas sobre las paredes de los patios de recreo o de cartas anónimas enviadas a destinatarios conocidos o al azar”.


Y es que, premeditada o inconscientemente, algunos de estos poetas libertarios -sobre todo, los de los entornos más orales- conectan más con Bey, con los padres del realismo sucio o con iconos norteamericanos del “spoken word” como Gill Scott Heron que con los referentes de la poesía social del siglo pasado. A diferencia de algunos de estos últimos, la nueva generación de creadores no trabaja ya para “el partido”, sino en contra de todos los partidos. Un aforismo de Batania concreta la atmósfera política dentro de la que se desarrolla su trabajo: “El comunismo cree; el anarquismo crea”.

“El 15-M fue un revulsivo a cuyo remolque surgieron muchos libros de poesía reivindicativa. Durante el siglo XX, estaba todo mediatizado por “el partido”. Ahora se ha producido una fractura entre quienes simpatizan con la formación morada y quienes como yo, vamos por libre, o por la senda libertaria”, sostiene Zapico.


En cierto modo, este movimiento es a la poesía lo que el punk fue al rock sinfónico. De la misma forma que Sid Vicious descubrió que no era imprescindible saber tocar el bajo para subirse a un escenario, muchos han aprendido a armar sus rimas partiendo de la base de que lo importante es participar o lo que es lo mismo, hacer uso de la palabra. Visto así, la provocación es el poema, cuyos límites se confunden a menudo con el del propio recital, que adopta la forma de espectáculo.

La poesía es sexy

FOTO: DEMIAN ORTIZ
FOTO: DEMIAN ORTIZ

Una parte significativa de esta nueva poesía es deliberadamente anti académica y, a veces, también, fácil. Esto no es, a juicio de los poetas, necesariamente malo, especialmente si se considera que una de las finalidades del movimiento -si es que existe como tal- es extender el uso de la palabra o, mejor todavía, persuadir a la gente de que la poesía es sexy.

Los que escriben ahora no son cuatro intelectuales de la gauche divine haciendo suya la voz del paria porque la intelligentsia, tal y como se entendía, ha muerto. Hoy los poetas son los parias; los poetas son tú. Y lo que es más importante aún, “la poesía ya no es un vehículo para hablar de la miseria, sino para operar sobre ella”, asegura David Trashumante, heterónimo del riojano David Moreno Hernández (Logroño, 1978), uno de los autores presentes en las citadas jornadas sobre poesía y movimientos sociales que se celebran en la Casa Invisible de Málaga este fin de semana.


Uno de los organizadores del encuentro, Alejandro Ruiz, cree que sería ingenuo pensar que un fenómeno tan minoritario tiene la capacidad precisa para provocar transformaciones significativas del sistema. “A pesar de ello, estamos convencidos de que los poetas podemos colaborar con los movimientos sociales investigando los procesos subjetivos que conducen al cambio dentro de una persona”, asegura.

“Por ilustrarlo de un modo más concreto, la idea no es denunciar sólo la injusticia que sufren los afectados por las hipotecas de la PAH, sino poetizar su experiencia personal y el dolor que ello entraña. Muchas de las personas que acuden en busca de ayuda se avergüenzan de la pérdida de su vivienda porque lo perciben como un fracaso personal y sienten que tener que acudir a una casa de okupas en busca de ayuda les sitúa entre lo más bajo de la sociedad. La poesía convenientemente humanizada brinda herramientas para mostrarles las causas políticas de su descalabro y para que perciban oportunidades de implicarse en la lucha allá donde sólo veían roña. En tal sentido, entendemos la poesía como una forma de investigación, antes que de expresión”.

Bukowski conoce a Bertold Bretch


En palabras de David Trashumante, existe una clara conexión entre la llamada poesía de la conciencia crítica con la de la experiencia. Gente como Karmelo Iribarren o Roger Wolfe allanaron el terreno al desacralizar la lirica. “Cierto es que orillaban por sistema la política para poner el acento en sus experiencias individuales, pero el giro formal que dieron hacia el coloquialismo fue, por así decirlo, uno de los primeros pasos del proceso. La poesía dejó de retratar y proyectar lo excelso cuando se pobló de fracasados. 

A partir de ahí, otros creadores dieron una vuelta más de tuerca y se enfangaron cuando comenzaron, además, a interesarse por lo que sucedía en torno suyo”, afirma Trashumante. No existen fechas precisas de cuándo se dio este paso al frente, pero hay un acuerdo casi unánime acerca de que muchos de los poetas que frecuentan la llamada poesía de la conciencia crítica se reconocieron como grupo a través de Voces del Extremo, de Antonio Orihuela. Tanto a éste como a Falcón se les atribuye la paternidad más inmediata de este, por así decir, “niño bastardo”.


“A diferencia de lo que ocurría en los cincuenta, esta nueva generación de creadores procede de entornos rurales, de barrios marginales o, en todo caso, de estratos sociales humildes”, añade Trashumante. No escriben desde las alturas ni desde la empatía que les provoca el dolor de su pueblo porque ellos mismos forman parte de ese pueblo y de ese sufrimiento.

Desempleado y poeta

FOTO: FERRAN BARBER
FOTO: FERRAN BARBER

Este es el caso, por ejemplo, de Gsús Bonilla, un desempleado de larga duración, paleta de profesión, que ha encontrado en la poesía una forma de aliviar sus propias circunstancias personales. “Rememoro el silbido de la pelota de goma, el vacío de la cuenca del ojo [...]”, escribió Bonilla en Comida para perros, probablemente, el primer poemario español de la historia dedicado a la policía anti disturbios.

“Es el quinto año que llevo en el paro y cobro cuatrocientos euros. Ya he dejado incluso de sentir ira. He pasado del odio al pasotismo.
Pero obviamente, es complicado separar estas situaciones tan complejas que hemos vivido en propias carnes de tu propia producción literaria”, dice Bonilla.


El poeta colabora actualmente en un proyecto conocido como Caja de Resistencia, una revista semestral gestionada de manera asamblearia cuyo objetivo principal es reflejar, potenciar e impulsar la poesía crítica. Para ello, la revista ofrece tanto poemas en verso como propuestas de poesía visual y escénica, así como una sección dedicada a la reflexión teórica mediante conversaciones o ensayos. Uno de los padres del proyecto -Alberto García Teresa- es también el autor de la hasta ahora única tesis que trata de explicar este nuevo amanecer de la poesía crítica española. Si hay un libro que, a su juicio, marca un hito en el nacimiento de este género ese es Gallos de Bagdad (Fernando Beltrán).

Mención aparte entre los adalides de estos cambios merecen toda una generación de poetas conectados a la vertiente más oral de la creación. Concretamente, junto a la poesía de la conciencia crítica, han surgido dos tendencias nuevas que han enriquecido el panorama. Una de ellas son las “jam” y la otra, los llamados “slams” de poesía.


Los “slam” son un genero de literatura oral donde se mezcla la poesía y la interpretación en un formato de competición en el que los "slammers" o “poetas-concursantes” intentan ganarse al público con su texto, su voz y sus habilidades escénicas. Las actuaciones duran hasta tres minutos y el público interviene como jurado. Se trata de una suerte de espectáculo que cuenta con ligas estatales e internacionales tanto en Estados Unidos como en Europa.

En España, ya son veintiséis las ciudades adheridas al campeonato nacional de Poetry Slam. Los primeros se celebraron en 2001, en el Margarita Blue de Barcelona. A partir de 2010, esa misma ciudad comenzó a albergar una liga regular. En torno a estos circuitos han destacado ciertos poetas como Dante Alarido o Marçal Font i Espí, ganador de las ediciones de 2010-11 y 2011-12, además de campeón de España, en 2011, y semifinalista de la Coup du Monde de Paris, en 2012.


El punto de arranque de todas estas nuevas manifestaciones de la lírica fue la actividad poética de la generación beat, de la que a su vez surgieron, por ese mismo orden, el “spoken word” y más tarde, el hip hop. A diferencia de la poesía crítica, la producción de los slams y de los jams suele estar mucho menos politizada. Claro que el hecho de que concentren sus esfuerzos en darle visibilidad a la palabra ya le confiere, de por sí, una utilidad social.

Aparcando los prejuicios


Aunque por una vía diferente, también esta comunidad de creadores ha logrado abrirle un hueco a la poesía fuera de los espacios académicos y tradicionales. Además, estas diferentes líneas de trabajo no son necesariamente incompatibles, ni exigen una exclusividad inquebrantable. Muchos son los poetas que van saltando de unas a otras.

Así, por ejemplo, el mencionado Font i Espí, claramente bregado en el circuito de los slam, ha divulgado parte de su producción a través de las redes sociales o los libros, del mismo modo que una de las poetas de la conciencia crítica más influyentes del momento, Ana Pérez Cañamares (Santa Cruz de Tenerife, 1968), se ha servido a menudo de soportes diferentes al de la palabra escrita para dar a conocer sus poemas.

Ana Pérez Cañamares

Lo que comparten todos ellos es la atmósfera de su trabajo abiertamente hostil a lo académico y a menudo, también, una actitud personal libertaria que no todos proyectan en sus obras. “Ni con la poesía ni con el 15M, hemos conseguido derrocar al emperador”, asegura Pérez Cañamares. “Pero ahora sabemos que todos los emperadores están desnudos. Y eso significa que ya no tienen poder en nuestras conciencias.

Hemos empezado por el principio. Ese principio que olvidaban los que querían derrotar al emperador para poner otro o ponerse ellos. Ponedle a esto los calificativos que queráis. Yo, como estoy leyendo a Thoreau, lo llamaré "espíritu libre". No es una meta, es un humilde camino”, concluye la poeta canaria.

Henry David Thoreau
(1817 - 1862)

FUENTE: publico.es
Ferrán Barber - Barcelona
07/10/2016

7/10/16

AMANECER EN LA BAHÍA DE PALAMÓS (POEMA)


(A Christian y Marga)

Recién arada y limpia
La rubia arena forma
Caballones minúsculos
Donde una mano siembra,
Golpe a golpe, gaviotas:
Escuadrones minúsculos
Que, estáticos, aguardan
En formación perfecta
La llamada del alba.

Otro dios más pequeño
Va sembrando sombrillas
Paralelas al mar.

Fulge la luz… De pronto,
La inaprensible línea
Del horizonte arde,
Y una rotunda algarabía
De graznidos eleva
Blancas legiones
Prestas a conquistar
Un territorio azul.

La larga curva de la bahía siente
El tembloroso beso de la espuma
E imperceptiblemente se estremece.

Un ejército alado se dispone a partir.

Miguel Ángel G. Yanes