(A Christian y Marga)
Recién arada y limpia
La rubia arena forma
Caballones minúsculos
Donde una mano siembra,
Golpe a golpe, gaviotas:
Escuadrones minúsculos
Que, estáticos, aguardan
En formación perfecta
La llamada del alba.
Otro dios más pequeño
Va sembrando sombrillas
Paralelas al mar.
Fulge la luz… De pronto,
La inaprensible línea
Del horizonte arde,
Y una rotunda algarabía
De graznidos eleva
Blancas legiones
Prestas a conquistar
Un territorio azul.
La larga curva de la bahía siente
El tembloroso beso de la espuma
E imperceptiblemente se estremece.
Un ejército alado se dispone a partir.
Miguel Ángel G. Yanes
Miguel Ángel G. Yanes
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