31/12/13

LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL

¡La expectración era máxima!... Todos mirábamos con avidez hacia el fondo del túnel y... ¡sí!... parecía ser cierto lo que auguraban a diario los dirigentes gubernativos: ¡Había una luz!... Un diminuto destello, allá a lo lejos, parecía alumbrarar por fin algún futuro. 

Gritamos, lloramos, aplaudimos... y la mayoría echamos a correr, a trompicones, hacia aquella salida que brillaba en la distancia, poniendo fin a la oscuridad de este eterno Presente Popular. 

Pero algo extraño sucedía... A medida que avanzábamos hacia ella, la luz no acrecentaba su tamaño como era menester; seguía igual... incluso parecía oscilar levemente a un lado y a otro. 

Una terrible sospecha frenó en seco nuestra alocada carrera... ¿Qué demonios...? Y entonces pudimos ver la realidad:


¡Un negrito!.... era un muchacho de color, con el cuerpo cubierto de cortes y laceraciones qué, linterna en mano, regresaba triste y desencantado, tras constatar en una exploración infructuosa, que todo lo que le habían contado era una puñetera mentira, y que por allí no había puerta alguna que condujera al paraíso. 

Así supimos que aquello no era un túnel, sino una oscura cueva sin salida: la cueva del Capitalismo... o de  Alí-Babá, que viene a ser lo mismo (y perdonen el ripio).

Miguel Ángel G. Yanes

27/12/13

EL DUEÑO DE LA LAVADORA

Hay dos parroquianos con los que coincido a diario en el bar de costumbre a la hora del café matutino, y que, a través de sus anécdotas, comentarios, experiencias, chistes... le dan mucho juego a este ciudadano a la hora de ponerse a escribir: Gervasio y Antonio; apenas un pelín mayores en edad que quien suscribe, pero lo suficiente para que preste siempre la debida atención a sus razonamientos y vivencias que, día a día, nutren esa necesidad mía de contar cosas (propias o ajenas) en un desesperado intento de hacerlas llegar a otros, a los que, mayoritariamente, no conozco.

Pues justo ayer, día de nochebuena, tras comentar, de pasada, las "tonticias" de la prensa escrita, el amigo Antonio nos obsequió con una anécdota de una época en la que se dedicó a la reparación de lavadoras.



Contó qué la empresa para la que trabajaba lo envió a un determinado domicilio. Así que, agarrando sus bártulos, se personó allí decidido a subsanar la avería, cosa que hizo en breve, presentándole a continuación la factura por la labor realizada al propietario; ante la cuál, el individuo en cuestión, visiblemente enfadado le espetó:

- ¡¿Cómo que le pague la factura?!... ¡¡¡¿Usted sabe quién soy yo?!!! *

Y entonces, el amigo Gervasio, adelantándose al relato de Antonio, se mandó el golpe de la mañana, contestando de improviso:

- ¡Sí!... ¡El dueño de la lavadora!

(*) Venía a ser el inspector jefe de no sé que puñetas de unidad policial, íntimo amigo del patrón de Antonio, que se había olvidado de comunicárselo.

Miguel Ángel G. Yanes

23/12/13

RAÍCES


Nos guste o no, nuestras raíces están imbricadas en el norte de África, aunque hayamos vivido casi siempre mostrándole la espalda; tal vez por el hecho incuestionable de que los antiguos pobladores isleños desconocían la navegación.


Tuve el honor de conocer a “Hupalupa” cuando habitaba con su esposa Amparo Higuera y sus hijos, Ruymán, Yaiza y Chaxiraxi. en la Finca La Pasada en Barranco Hondo (Tenerife). 

Debió ser allá por la década de los 80 del pasado siglo, habida cuenta de que había regresado de cumplir el servicio militar en tierras peninsulares, a finales de los años 70.

Finca La Pasada - Bco. Hondo (Tenerife)

Yo mantenía buena amistad con su cuñado Fermín, ya afamado pianista, y cuando recalaba por casa, solíamos acercarnos a la finca, que quedaba relativamente cercana y de la que tengo alguna imagen que podría tildar de surrealista: como la de un magnífico piano de cola en mitad del salón y un par de gallinas correteando bajo él.

Recuerdo también una pareja de pastores alemanes y una perra bóxer (cuidadísimos los primeros, libres de ir a donde les apeteciera, y amarrada con una cadena, y desaseada, la pobre bóxer, tan noble y cariñosa... claro, a saber cuanto tiempo que nadie le hacía una caricia.)


- Es tonta - dijo alguien.

- ¡Coño! No va a ser tonta si se la están comiendo las garrapatas - respondí. 


Así que cuando nadie miraba, aprovechamos para rociarla de arriba abajo con el insecticida de los pastores alemanes (¡lo gastamos!), y los chupópteros comenzaron a caer como una lluvia de garbanzos en remojo. Algo que la pobre perra agradeció meneando insistentemente aquel muñón de rabo y lamiéndonos las manos sin parar.

En aquella época la finca subsistía básicamente gracias a la vaquería, aunque también poseía granja avícola, múltiples mangos y aguacateros que, escalonadamente cantero tras cantero, descendían hacia la lejana autopista del sur y otra serie de cultivos de menor entidad.

Por aquel entonces yo vivía en la Casa La Altura, en la parte más alta de Tabaiba, justo donde acababa la carretera y empezaban los terrenos, ya en aquella época, resecos y baldíos; enfocado todo a  la puñetera especulación urbanística.

Cierto día fui invitado a visitar la gran cueva ubicada en una ladera del barranco que surcaba la finca: "santa sanctorum" y lugar de reunión del "Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario" (MPAIAC) organización independentista de la que "Hupalupa" era responsable de cultura. Allí vi por primera vez la gran bandera tricolor de las siete estrellas verdes, tendida sobre los toneles de la bodega vitivinícola familiar.


Hay un detalle adicional que sirve para fijar, más aún si cabe, ese cúmulo de imágenes en mi memoria: una mantis religiosa (insecto ya dificilísimo de ver en estos lares por mor de los insecticidas) que, a la entrada de la gruta parecía recibirnos con su típica postura de oración profana. Hacía más de 20 años que no veía un bicho de aquellos.

"Hupalupa" había participado, en 1975, en la fundación de Solidaridad Canaria desde donde edita y difunde las listas de nombres guanches. Será miembro fundador del sindicato Confederación Canaria de Trabajadores (CCT), y militará en el (PRAIC) y en el Frente Popular por la Independencia de las Islas Canarias (FREPIC-AWAÑAK), formando parte también del Centro Canario de Estudios, Amistad y Solidaridad entre los pueblos del África "Amílcar Cabral", fundando la Revista del Oeste de África (ROA). 
 

(*) Tuve la mala cabeza de prestar, a una persona irresponsable, ese libro magnífico, y lo perdí.

Miguel Ángel G. Yanes

21/12/13

EL CHAPARRÓN

Hace bastantes días que me había propuesto manifestarme sobre el informe de la última Evaluación Internacional de Estudiantes, facilitado por la OCDE en lo que a este país berejenal se refiere, pero el "blando" del disco duro de mi ordenador se rajó de repente, asustado tal vez por la que se le venía encima, y me dejó colgado. Intenté salvar la situación instalando el sistema operativo en el disco auxiliar pero... ¡naranjas de la China! Hube de echarme a la calle para buscarle urgentemente un sustituto; así que, armado de chubasquero y paraguas, porque a las cinco en punto de la tarde, a San Pedro debió reventársele alguna importante cañería allá arriba, y caía la de Dios es Cristo. 

Para colmo, como el "TEMEA", había pronosticado un "cuasi" diluvio universal, la inmensa mayoría de los comercios estaban cerrados a cal y canto.



Cruzando calles casi desérticas, vacías incluso de tráfico, con la excepción de unos pocos viandantes que, como yo -oscuros fantasmas de la tarde- se atrevieron a salir con la que estaba cayendo. Observé que eran gente acostumbrada a aquellas lides, ciudadanos de países dónde no se teme a la lluvia, de tan persistente y cotidiana que resulta: rusos y rusas, rumanos y rumanas, escandinavos y escandinavas... y por contra, este chicharrero, tan poco acostumbrado a caudales celestes (era potente y continuado el chaparrón que caía) al amparo de un frágil tejado individual, dando tumbos para evitarle a los pies charcos y torrenteras, atravesó de lado a lado la silente ciudad, arrullada por el golpeteo rítimico del agua, a la busca y captura de un resucitador de ordenadores.

Miguel Ángel G. Yanes

15/12/13

GANDINGA

Cuando la abuela Melania se enfurecía con alguien (y había que fastidiarla mucho para que se enfadara de veras), rechinando los dientes, decía por bajines:

- ¡Le sacaría la gandinga!

Era una frase hecha, una forma de hablar en sentido figurado, pero a mí, desde pequeñito, y sin que nadie me lo explicara, me quedó bien claro que "la gandinga", tenía que ser algo que se hallaba muy oculto en nuestro interior, y que sin ella, seguramente, no podríamos vivir.



Es esta una palabra que los canarios ya no usamos. Cayó en ese olvido mayúsculo, en ese pozo sin fondo donde, casi sin darnos cuenta, vamos arrojando nuestra magnífica diversidad lingüística en aras de la simplicidad, la prisa y la maldita globalización. Y no sé yo si también por cierta vergüenza mal entendida de utilizar el vocabulario de nuestros mayores. Craso y gravísimo error por nuestra parte, porque, inconscientemente, no sólo hacemos un desprecio, sino que contribuímos a empobrecer el lenguaje.

Buscando la palabra en cuestión, en el Diccionario de la Lengua de la R.A.E. he encontrado la siguiente reseña:

gandinga.

1. f. Mineral menudo y lavado.
2. f. Mál. Pasa de inferior calidad.
3. f. Sev. Despojos de reses.
4. f. Cuba y P. Rico. Guiso que se prepara con las asaduras o entrañas del puerco, papas y abundante salsa con tomate y especias varias.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Al punto vi que Melania hacia referencia a la tercera acepción: "sacarle las entrañas a alguien (y no era a una res precisamente) que le estaba haciendo la puñeta".


Así que no andaba yo muy desencaminado. Gandinga venían a ser entrañas, vísceras, órganos, asaduras, mondongos...

Miguel Ángel G. Yanes


12/12/13

¡QUE LLUEVA, QUE LLUEVA...!

Pero como decían los viejos:

"Que llueva constante pero serenito, para que no haiga* destrozos".



 
El agua es una bendición para esta tierra.

La pena es que no existan las necesarias infraestructuras para aprovechar ese ingente caudal que se pierde en el mar. Un territorio como el nuestro, tan necesitado del líquido elemento, no se puede permitir ese lujo.

Ante el tórrido aguacero que contemplo al amparo del cristal, la memoria todavía me trae a los labios aquel cántico infantil:

¡Que llueva, que llueva!
La virgen de la cueva
Los pajaritos cantan
Las nubes se levantan
¡Que sí! ¡Que no!
Que caiga un chaparrón
Con azúcar y turrón.

(*) No está mal dicho sino en desuso. Es castellano antiguo.

Miguel Ángel G. Yanes
 

11/12/13

JOSÉ LUIS LEÓN - MOULIN ROUGE (VÍDEO)

Quiero hacerles partícipes de esta maravillosa melodía, ejecutada magistralmente por José Luis León, a quién había perdido la pista hace más de 30 años, cuando frecuentabamos la casa de nuestro común amigo Fermín Higuera, uno en aras de la música y otro de la poesía.

Lo hallé, inesperadamente, haciendo las delicias del público con su arpa, en la terraza de la Cafetería El Águila de Santa Cruz de Tenerife, una mañana de domingo, de esos pocos domingos en los que me atrevo a bajar al centro. Fue todo un deleite para los sentidos poder disfrutar de un desayuno al aire libre y asistir, a un tiempo, a aquel recital inesperado. Y una honda alegría para el espíritu, saludarlo después de tanto tiempo.

Miguel Ángel G. Yanes

9/12/13

SALVAJE DEFORESTACIÓN PLANETARIA

La Tierra ha perdido en 12 años el equivalente a tres españas de bosque

Un equipo de investigadores estadounidenses y de Google crea el primer mapa global de alta resolución de la superficie forestal perdida y ganada


Parte de la selva virgen del Amazonas talada y quemada. REUTERS

Un equipo de múltiples organizaciones, liderado por la Universidad de Maryland (UMD), en College Park, Prince George, Estados Unidos, ha creado el primer mapa global de alta resolución de la superficie forestal.


Sus autores informan de una pérdida mundial de 2,3 millones de kilómetros cuadrados de bosque entre 2000 y 2012 y una ganancia de 800.000 kilómetros cuadrados de bosque nuevo, lo que significa que hay 1,5 millones de kilómetros cuadrados menos de superficie forestal que hace 12 años.


Este trabajo, publicado en la edición digital de este jueves de 'Science' y realizado por 15 investigadores universitarios del Gobierno estadounidense y de Google, permite entender mejor los cambios forestales humanos y naturalmente inducidos y las implicaciones locales y globales de estos cambios en los sistemas naturales y sociales, medioambientales, económicos y de otro tipo, según sus autores.


En general, los trópicos son el único dominio climático que muestra una tendencia, con un aumento de la pérdida de bosques de 2.101 kilometros cuadrados por año. La bien documentada reducción de la deforestación de Brasil en la última década fue más que compensada por el aumento de la pérdida de bosques en Indonesia, Malasia, Paraguay, Bolivia, Zambia, Angola y otros países.


A escala nacional, Paraguay, Malasia y Camboya registran las tasas más altas de pérdida de bosques, siendo el primero el país con la mayor proporción de bosques perdidos, lo que indica una dinámica e intensiva deforestación. Indonesia registró el mayor incremento en la pérdida de bosques, más del doble de su pérdida anual durante el periodo de estudio, con casi 20.000 kilómetros cuadrados en 2011-2012.

Brasil reduce su deforestación a la mitad


El estudio confirma que los esfuerzos por reducir los espacios despejados de selva de Brasil, que ha sido responsable de la mayor parte de la deforestación tropical en el mundo, han tenido un efecto significativo. Brasil mostró la mayor disminución en la pérdida anual de bosque por países, reduciendo a la mitad la pérdida anual media de bosque, desde un máximo de aproximadamente 40.000 kilómetros cuadrados en 2003-2004 a 20.000 kilómetros cuadrados en 2010-2011.


"Este es el primer mapa de cambio de los bosques que es globalmente consistente y relevante a nivel local", dice el líder del equipo y autor principal del artículo, Mateo Hansen, profesor de Ciencias Geográficas de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos.

Paraguay es el país con mayor proporción de bosques perdidos en 12 años


"Las pérdidas o ganancias de cubierta forestal determinan muchos aspectos importantes de un ecosistema, como la regulación del clima, el almacenamiento de carbono, la biodiversidad y el suministro de agua, pero hasta ahora no ha habido manera de obtener datos detallados y precisos, basados en información de los satélites y fácilmente disponibles sobre el cambio de la cubierta forestal a escala local y global", dijo Hansen. 


Esta base de datos, que se actualizará anualmente, calcula todas las perturbaciones forestales, ya sea por la tala, los incendios, enfermedades o tormentas. Con esta herramienta se mide la dinámica desde el ámbito local, al regional y a escala global, encontrando, por ejemplo, que los bosques subtropicales tienen las mayores tasas de cambio en gran parte debido a los usos intensivos del suelo forestal.

Indonesia registró el mayor aumento en la pérdida de bosques 


Los autores dicen que los conjuntos de datos globales de cambio de los bosques que han creado contienen información que puede proporcionar una manera "transparente, eficaz y coherente" de cuantificar los problemas ambientales críticos, como las causas de los cambios en la cantidad de bosque, el estado de los bosques naturales intactos del mundo, las amenazas a la biodiversidad por los cambios en la cubierta forestal, el carbono almacenado o emitido como resultado de las ganancias o pérdidas en la cubierta forestal en bosques administrados y no administrados y los efectos de los esfuerzos por detener o reducir la pérdida de bosques.


FUENTE: Público.es
EUROPA PRESS 
Madrid - 15/11/2013

COMENTARIOS:

juliano
Fruto de una economía capitalista salvaje que está acabando con todos los recursos del planeta, en beneficio de unos pocos.

 Madame X 

La defensa del medioambiente tiene que ser un tema crucial en los programas políticos, tanto a nivel nacional como internacional. La crisis no puede relegar los crímenes medioambientales a un segundo plano. Hay que defender a ultranza una economía sostenible y absolutamente respetuosa con la naturaleza. Lo contrario es suicida. 



Este planeta que nos dio la vida y nos sustenta, se llama Gaia y es un ser vivo. Pero como especie desnaturalizada que somos, devoramos a nuestra propia madre como Saturno a sus hijos. 

7/12/13

SOR (POEMA)

 

Otea la tarde
la monja, sin sol,
desde la atalaya
de su corazón.
Le tiembla en los labios,
pálido, el amor
que escondió a la sombra
de su vocación:

Renunciar a sí misma
y crujir de dolor
ofreciéndolo todo
al servicio del hombre
que sin tregua golpea
contra el pecho de Dios.

La llovizna suave
del atardecer
salpica sus ojos
cargados de miel,
y una gota de ámbar
rueda sin saber
en qué pliegue del alma
se podrá detener.

Miguel Ángel G. Yanes 

6/12/13

NELSON MANDELA (MADIBA)

Vaya. Llevamos una mala racha, en cuanto a la desaparición del universo físico, de significados personajes en los diversos campos de la actividad humana; pero es la ley de la vida y no queda más remedio que aceptarla.

 

Ayer, viernes 5 de diciembre de 2013, fallecía en su casa de Johanesburgo, el abogado y político sudafricano Nelson Mandela (Madiba) a los 95 años de edad; considerado uno de los personajes más importantes del siglo XX por su denonada lucha contra la segregación racial.

African National Congress flag

Fue líder del Umkhonto we Sizwe, brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA), creado por el Congreso de Sindicatos y el Partido Comunista sudafricanos. Arrestado por sabotaje en 1962, fue condenado a cadena perpetua, pasando 27 años en prisión; siendo liberado el 11 de febrero de 1990.


Tras su liberación, colaboró activamente con el entonces presidente de Sudáfrica, Frederik Willem de Klerk, en aras de lograr una democracia multirracial en Sudáfrica, hasta entonces regida únicamente por blancos. Por esta actividad conjunta, tanto Mandela como de Klerk fueron galardonados con el Premio Nóbel de la Paz en 1993, lo que sirvió de acicate para que, un año más tarde, Sudáfrica alcanzara las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. Ese mismo año, Nelson Mandela, cuya prioridad evidente era la reconciliación nacional, ganó las elecciones y fue elegido presidente para el periodo 1994-1999.



Miguel Ángel G. Yanes

4/12/13

FERNANDO ARGENTA

Fallece, a los 68 años, Fernando Argenta 
 Fernando Argenta, en una imagen de archivo. EFE


Hijo del afamado director de orquesta Ataúlfo Martín de Argenta y de la pianista Juanita Pallarés, fue una de las principales figuras de la divulgación musical de los últimos años, especialmente a través de los espacios "Clásicos populares" (RNE) y "El conciertazo" (TVE), de los que fue su creador, director y presentador. Cursó estudios musicales en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, actividad que compatibilizó con la Licenciatura en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. En su juventud formó parte del grupo de rock Micky y Los Tonys.


No tuve la suerte de conocerlo en persona, y a fé que me habría gustado. Era un hombre realmente carismático, un comunicador nato, culto, alegre y campechano, capaz de transmitir a la perfección su extrema devoción por la música.

Fui fiel seguidor de su programa vespertino "Clásicos populares", que presentaba de la mano de su compañera Araceli González Campa, y que salió a las ondas a través de Radio Nacional de España durante 32 años consecutivos. Solía escucharlo a diario al coincidir (por lo de la "horita" menos en Canarias) con mi salida del centro de trabajo. Era todo un placer y un excelente relax, tras la tediosa jornada laboral, conducir de regreso a casa, no sólo oyendo obras o retazos de lo más granado de la música clásica, sino atendiendo a las eruditas explicaciones de este hombre, sazonadas siempre con un agudo sentido del humor. La verdad es que hacía que el programa resultara siempre de lo más agradable.


Careciendo de la tradición centroeuropea, muchos ciudadanos de este país, sin un mínimo de cultura musical, le debemos a Fernando Argenta el haber llegado a interesarnos por la música clásica; por lo que quiero dejar públicamente patente mi más profundo agradecimiento.

Que allí donde su espíritu habite no falte jamás la mágica emoción de la harmonía.


Miguel Ángel G. Yanes

3/12/13

SIN MIEDO

Sin miedo: de la crisis, la política y la respuesta social

Arcadi Oliveres 
Profesor de Economía Aplicada de la Autónoma de Barcelona
y presidente de Justícia i Pau

Dentro de la serie Más Madera que viene editando desde hace unos meses Icaria editorial, ha aparecido recientemente un libro de conversaciones entre Teresa Forcades y Esther Vivas con el título de Sin miedo: de la crisis, la política y la respuesta social.


Teresa Forcades

Médico, teóloga y monja benedictina, conocida por su posicionamiento feminista y sus manifestaciones críticas contra las multinacionales farmaceúticas y el sistema social en general.



Esther Vivas 

Activista española, autora de diversos libros y publicaciones sobre movimientos sociales y consumo responsable.


Me parece apreciar tres elementos importantes fruto de una riquísima conversación entre dos mujeres conocidas como pensadoras, luchadoras y activas militantes.

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Dividiré mi reflexión en tres partes. Primero, el libro lleva a cabo un análisis exhaustivo de la crisis de este sistema desastroso llamado “capitalismo”, una de sus crisis más profundas y que a mí me gustaría que fuese la definitiva. Una crisis que ha tenido consecuencias sociales muy graves. No hay que olvidar que en determinados casos incluso algunas personas han llegado al suicidio. Hay otros elementos nefastos que lo acompañan como una deuda impagable por parte del Estado español, medidas de ajuste antisociales, diferencias cada vez mayores entre ricos y pobres, aumento de la pobreza en Catalunya y el Estado español. Este es el análisis de la crisis en el que profundizan ambas autoras.



La crisis económica, y esta sería la segunda parte de mi reflexión, incorpora, asimismo, profundos déficits políticos. Teresa Forcades y Esther Vivas hablan de “la violencia del Estado” y en algún caso se atreven a hablar de “terrorismo de Estado”. Y creo que no se equivocan. Hacen referencia a una política sometida completamente al poder financiero, con importantes dosis de corrupción y “puertas giratorias”. En el libro aparece el interesantísimo debate entre lo que sería legal y lo que sería legítimo. Evidentemente, optando por lo legítimo y no por lo legal. Vale la pena hacer hincapié en las críticas que en la obra se hacen al actual modelo político y social de la Unión Europea, con importantes lagunas democráticas. Especialmente, cuando un tratado que tenía que ser constitucional fue convertido en un Tratado de Lisboa que solo necesita de los votos parlamentarios y disminuye, consecuentemente, los niveles de participación. Una maniobra que se llevó a cabo cuando desde las instancias políticas se percibió de forma clara que una parte importante de la población europea no lo quería. Segunda parte de la obra, pues, interesante crítica a la situación política.


Y por último, la parte esperanzadora, la de una respuesta que ambas autoras señalan que debe de ser pacífica pero siempre radical, y ponen como ejemplo el Procés Constituent en Catalunya. Sin olvidar antecedentes como el de los indignados, dos años atrás, que nos brindaron un magnífico ejemplo de cómo empezar a cambiar las cosas. La obra hace referencia a un principio básico que tiene que regir cualquier alternativa que es la coherencia entre los medios y los fines. Por otro lado, se aborda una cuestión de gran actualidad: el nacionalismo y el debate sobre la independencia, considerando que este debe ser un movimiento de ruptura, no excluyente, en ningún caso de derechas y ni mucho menos egoísta. El libro termina con esa afirmación, que a mí tanto me gusta, de que “estamos dispuestos a hacer la revolución y cuando la tengamos hecha la volveremos a hacer”.

“El miedo, la resignación y la apatía son la gran victoria del capitalismo”


Extracto de la conversación entre Esther Vivas y Teresa Forcades contenida en Sin miedo

Esther Vivas

Sí. El miedo, la resignación y la apatía son la gran victoria del capitalismo. Convencernos de que no hay nada que hacer, que no hay alternativas, que no podemos cambiar las cosas es el gran triunfo de los que mandan. Pero, justamente, la gente está empezando a desafiar al poder. La profundidad de la crisis y la emergencia del movimiento de los indignados, y todo lo que ha significado, han hecho caer la máscara del sistema. Las definiciones oficiales de la realidad se han hundido. De golpe, muchos han descubierto que esto es Matrix, que vivimos en un gran engaño. El pensamiento neoliberal ha quedado fuertemente desacreditado, aunque sus valores de consumismo, egoísmo y competencia continúan muy arraigados. Para la mayoría de la población, aunque sea de forma intuitiva, queda claro que la crisis es responsabilidad del poder financiero, y de una clase política supeditada a sus intereses, y que ahora nos pasan a todos la factura. Ya no nos creemos sus mentiras. Vemos cómo el capitalismo acaba haciendo negocio con cada uno de los ámbitos de nuestra vida cotidiana y convierte el derecho a la vivienda, a la alimentación, a la sanidad, a la educación… en un privilegio.




En el Estado español, por ejemplo, cada día se producen 532 desahucios, mientras existen más de tres millones de viviendas vacías. A la gente se la echa de casa, se la deja hipotecada de por vida y la banca continúa ganando dinero a expensas del empobrecimiento y la miseria de las personas. Como se expresa en tantas manifestaciones: «No se entiende, gente sin casa y casas sin gente». El derecho a la vivienda se ha convertido en un negocio. Y lo mismo pasa con el derecho a la sanidad y a la educación. Se privatizan los servicios públicos para que unos pocos saquen beneficio a expensas de nuestros derechos. De hecho, el éxito del sector privado consiste en deteriorar el sector público, y así lo estamos viendo.

Y con el acceso a los alimentos pasa lo mismo: vivimos en un mundo de abundancia de la comida, donde se produce más, si cabe, que en cualquier otro período de la historia. Según la ONU, se cultiva suficiente como para alimentar a 12.000 millones de personas, y en el planeta somos 7.000 millones. Contamos, pues, con comestibles suficientes para todos pero, en cambio, casi una de cada siete personas en el mundo pasa hambre. Si no tienes dinero para pagar el precio cada día más caro de la comida o si no tienes acceso a la tierra, al agua y a las semillas para producirla, no comes. Los alimentos se han convertido en una mercancía.



Teresa Forcades

Vale la pena citar a Jean Ziegler, una voz crítica muy conocida. Algunos dicen que el derecho a tener acceso a los productos alimentarios básicos se ha convertido en una mercancía, y se presenta esta situación como si hubiera llegado por sí sola. Pero es importante señalar que esto ocurre a partir de los años noventa, después de la caída del Muro de Berlín y de la propagación de una globalización neoliberal sin freno; es en este momento cuando Goldman Sachs decide especular con productos alimentarios de primera necesidad, con materias que hasta entonces no habían entrado dentro de este mercado especulativo. La novedad fue empezar a especular con el arroz, con el trigo y con el mijo. Y eso quiso decir que se compraba de forma masiva esta producción, se retenía y se esperaba hasta que subieran los precios. Jean Ziegler califica esta manera de actuar de asesinato programado. Y asesinato programado, en números cuantificados, son 37 millones de personas; este ha sido el coste humano de esta especulación criminal que las leyes actuales condonan y protegen. 



Por esto, la magnitud de la crítica tiene que ser tal que no se pierda en los detalles y permita hacer un análisis sistemático y contundente, pero a la vez sin abrumar, porque sino parece que las dimensiones de esta injusticia estructural son tan grandes que estamos sobrepasados por las circunstancias. A veces he hablado de la metáfora bíblica de un gigante con pies de barro, y es una metáfora adecuada, porque en el momento actual la espectacularidad, la potencia y la capacidad de presionar de una serie de organismos internacionales y de sistemas son tan fuertes, que la persona puede tener la sensación de estar ante un poder gigantesco.

Y parece que sea necesaria la fuerza de un gigante para contraponerse. Y, sí, es verdad, si miras arriba y ves todo el oro y la parafernalia del poder produce mucha impresión, pero, siguiendo la metáfora bíblica, no se trata de mirar hacia arriba: se trata de mirar hacia abajo. Si miras hacia abajo, te das cuenta de dos cosas: primero, que el gigante, por más impresionante que parezca, en realidad tiene y siempre ha tenido los pies de barro; y, en segundo lugar, te das cuenta de que abajo hay una multitud con el potencial de realizar un cambio social. Tenemos que proponer un cambio de mirada, tenemos que mirar hacia abajo.



Esther Vivas

Muchas veces se tiende a mirar arriba, como si allá estuviera la respuesta a nuestros problemas. Cuando es, justamente, todo lo contrario. El problema, como bien dices, no es arriba sino abajo. No se trata de que alguien, un líder, como repetidamente señalan los medios, nos saque de este callejón sin salida. La clave, en mi opinión, recae en que la gente tome conciencia del porqué de la crisis, de quién gana y quién pierde con la situación actual, de las causas de la pobreza, saber que hay alternativas y que, como se decía en las plazas en el 15M, «juntas lo podemos todo». Aquí está nuestra fuerza.

En relación a lo que comentabas de la especulación con los alimentos, creo que es importante señalar los vínculos existentes entre la crisis económica y la crisis alimentaria, porque muchas veces parece que esta última se encuentre muy lejos de nosotros. En cambio, aquí, cada vez hay más gente que pasa hambre, y los mismos que nos han conducido a la presente bancarrota económica, que hicieron negocio con las hipotecas subprime, son los que ahora especulan con cereales básicos como el trigo, el arroz, el maíz y la soja. Porque, ¿qué es más seguro y estable que la comida, como negocio, cuando todos nos tenemos que alimentar diariamente para sobrevivir?



Los fondos de inversión, los bancos, los fondos de pensiones, compran y venden estas materias primas en los mercados de futuro, no en función de la oferta y la demanda real, sino para ganar dinero. Unas prácticas que generan el aumento del precio de los alimentos y los convierten, a menudo, en inaccesibles para amplias capas de la población, especialmente en los países del Sur. Y esto es lo que han hecho entidades financieras como Catalunya Caixa, con su depósito «100% natural», o el Banco Sabadell, con el fondo de inversión «BS Commodities».

Aquí es donde percibimos la violencia de un sistema que condena al hambre en un mundo donde abunda la comida, que expulsa a la gente de su casa, cuando hay miles de viviendas vacías, que nos excluye de la sanidad y de la educación pública, mientras aumentan las inversiones en el ámbito privado. A menudo, desde los medios de comunicación y del poder, se señala la violencia de aquellos que protestan en la calle, de quienes ocupan bancos, pisos vacíos, escuelas, supermercados, hospitales… pero estos tan solo reivindican una democracia de verdad. Lo que es extremamente violento es el sistema en el que vivimos, a pesar de nos quieran hacer creer todo lo contrario.



La desesperanza es la otra cara de la indignación. Y los datos del Instituto Nacional de Estadística así lo corroboran: 3.180 personas se suicidaron en el año 2011, un 0,7% más que el año anterior. El suicidio es ya la primera causa de muerte no natural en el Estado español. De hecho, desde que empezó este año 2013, diez personas se han suicidado ya al no poder hacer frente al pago del alquiler o la hipoteca. Los problemas económicos, según se dijo en el XVI Congreso Nacional de Psiquiatría, son el principal desencadenante de los suicidios. Si no nos rebelamos, lo que cala en nosotros es la vergüenza, la rabia, la tristeza, la ansiedad, la impotencia, el desaliento.

Teresa Forcades

Algunas leyes actuales creo que se pueden calificar como de terrorismo de Estado. Parece que la palabra terrorismo solo se pueda aplicar a grupos que no forman parte del sistema. Violentar a las personas e inspirarles terror de forma sistemática para conseguir los objetivos propios es terrorismo, tanto si lo hace un grupo marginal como si lo hace un Estado.



Para muchas personas, cuesta creer que los abusos que no dependen de la avaricia de una persona determinada sino que están instituidos en el sistema, sean terrorismo de Estado. Es difícil entender cómo hemos llegado hasta aquí. Me gustaría recordar el discurso de una persona suficientemente conocida en el mundo político, Margaret Thatcher, que popularizó la idea de la «sociedad de los dos tercios»: un planteamiento de tipo político donde se presuponía que era imposible intentar gobernar para el conjunto de la sociedad, y que para gobernar correctamente a finales del siglo XX y en el siglo XXI había que admitir que existía un remanente, no de un 1% o un 2%, que ya sería gravísimo desde un punto de vista cristiano que hubiera una sola persona a la que hay que excluir para que los otros disfruten de una vida próspera, esto ya sería indigno e injustificable.

¡Pero no hablamos de un 1%; hablamos, según Margaret Thatcher, del 33% de la población! Un tercio de la población donde se acumularía, necesariamente, toda esta bolsa de marginación. Y las personas con enfermedades crónicas, inválidas, que no se pueden ganar la vida ni tienen una herencia familiar o alguien que los pueda apoyar, irán directamente a engrosar esta bolsa de marginación. Personas con enfermedades mentales, personas que han cometido algún tipo de delito y que hayan estado mucho tiempo en prisión y al salir no saben volverse a recolocar; centenares de miles de casos, personas que sufren violencia, personas excluidas del sistema económico… Este grupo de personas, el 33% de la población, según la teoría económica y política de la sociedad de los dos tercios, no cuenta. Hay que aceptar que serán excluidos de forma permanente.



Esta sociedad de los dos tercios incluye un cálculo perverso, porque con dos tercios de la población se cuenta con un porcentaje suficiente de votantes para ganar unas elecciones democráticas, tal como las tenemos organizadas en la actualidad. El tercio marginal y problemático puede quedar excluido en la práctica no solo de la vida económica sino también de la política. No cuentan. Esto es terrorismo de Estado. Plantear este hecho desde el punto de vista teórico e intentar gobernar según estos postulados, intentar que la población acepte este terror de tener que sacrificar una de cada tres personas, es terrorismo de Estado. Y esto sin tener en cuenta las guerras; en Irak, por ejemplo, las tropas aliadas utilizaron uranio empobrecido, que está prohibido por todas las convenciones internacionales, y tuvo como resultado que la incidencia de cánceres y malformaciones entre los niños que han nacido en Irak después de estos bombardeos se haya multiplicado por diez. Y esto es a raíz de una actuación que no ha sido fruto de una decisión de un grupo marginal, o de una persona con una enfermedad mental, sino que proviene de una decisión tomada por los organismos oficiales de dos de los países más poderosos del mundo (los Estados Unidos y el Reino Unido).


O sea, la noción de terrorismo de Estado no es ninguna metáfora. Cuando escribí sobre los crímenes cometidos por las grandes compañías farmacéuticas también había gente que decía: «Esto debe de ser una metáfora, ¿no?». Que las grandes compañías farmacéuticas tengan un comportamiento que éticamente no sea loable o no sea excelso ya nos lo creemos, pero que realicen crímenes debe de ser una metáfora. Y no es una metáfora. Porque desde el año 2000 hasta el año 2003 estas grandes compañías farmacéuticas, todas ellas de los Estados Unidos, habían sido condenadas por los tribunales penales. Eran condenas firmes y las compañías habían admitido la culpa. Por lo tanto, esta palabra, «crímenes», aplicada a las grandes multinacionales, no es una metáfora, y la noción terrorismo de Estado aplicada a los estados capitalistas neoliberales tampoco es una metáfora.

FUENTE: Público.es
Recuperar el presente
27/11/13 


Sinceramente: Nunca pensé que llegaría a colgar los razonamientos de una monja en mi blog, pero... ¡helos aquí!

Con algunos de ellos (no con todos) estoy totalmente de acuerdo.

Puede que la Iglesia no esté cambiando nada, pero me maravilla que alguno de sus miembros sí, y no lo hayan expulsado aún.