7/5/20

MATINÉ * (POEMA)


Cuando íbamos los domingos al cine
Solíamos hacerlo al matiné
Siempre a la sala más cercana,
A aquel cine de barrio, santuario
Infantil de nuestros sueños, perfumado
De olor dulzón a chicle y aroma de cotufas,
Con el salobre regusto que en los labios
Dejaban, casi besos, pipas de girasol
O papas fritas en aceite de oliva.

También la crema helada del corneto
En las tres variantes de aquel tiempo:
Vainilla, fresa o chocolate, suavizaba
Las gargantas resecas de gritar y gritar.
O aquel polo de hielo que en principio
Sólo sabía a naranja o limón
Y que a medida que absorbíamos su esencia
Iba perdiendo su luz y su color,
Transmutando la sed en… ¡qué curioso!
No existe antónimo capaz de definirlo,
Pero la hacía desaparecer.

Así pasó la infancia, fugazmente,
Entre cine de barrio, escuela, patio, calle,
Solar, iglesia, campo de fútbol, plaza…
Y nos fuimos haciendo mayores sin remedio.
Luego, algo más creciditos, pero críos aún,
Solíamos bajar andando y en pandilla,
Bien por General Mola o Avenida de Bélgica,
Ya fuéramos al Price, al Víctor, a La Paz
O al más moderno aún: al nuevo cine Greco.
(“Requiescat in pacem” sus cenizas)

Habíamos de llegar con cierto margen
De tiempo a hacer la cola que, otrora,
Se tornaba gigantesco tropel
De piernas, brazos, gritos, empujones,
Que con su brío estaba siempre a punto
De volcar el buzón de las entradas
Y arrastrar al portero cine adentro.
En la fiera carrera por llegar
Los primeros para tomar un sitio,
Tropezones, codazos, aspavientos…
Aún ocupadas todas las butacas
La algarabía en la sala era tremenda.

De repente tres agudos timbrazos
Nos llamaban al silencio y al orden,
Atenuaban la luz y en la penumbra
Se abría toda la magia de la linterna mágica.
Entre el NO-DO y la película eran
Como dos horas de emoción y de asueto,
Y a mitad de sesión un intermedio
Quince minutos a lo sumo, creo,
Para correr, en tropel otra vez,
A por refresco, helado o golosinas.

Una vez en la calle, ya acabada
La función matiné, aún nos quedábamos,
Antes de regresar de nuevo a casa,
Remoloneando un rato por la Rambla.
Emulando a los héroes de la pantalla,
Inflamada nuestra imaginación
Por sus emocionantes aventuras,
Corríamos, saltábamos, gritábamos…
Éramos generales, cosacos, turcos, indios,
Cruzados, piratas, vaqueros o romanos
Que no querían rendirse a la rutina
Del hogar y las normas de la vida.

Miguel Ángel G. Yanes

(*) matiné (del francés “matinée”).- Fiesta, reunión, espectáculo
que tiene lugar en las primeras horas de la tarde.

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