Esta entrada de hoy viene a colación de haber sufrido el robo o extravío (no lo tengo muy claro) de mi cartera de bolsillo con la documentación pertinente: DNI, Carnet de conducir, tarjeta de la Seguridad Social, tarjetas bancarias, etc. por lo que me vi obligado a presentar la correspondiente denuncia, que efectué en la Comisaría de Policía de la Avenida Tres de Mayo de esta capital en la tarde del pasado sábado, y donde, dos jóvenes policías (tanto la que atendía el control de entradas, como la que gestionó la denuncia) me trataron con suma corrección y amabilidad. Nada que ver con aquel trato autoritario y despectivo de los años duros de mi juventud.
Comisaría de Policia, Avenida Tres de Mayo
Ésta es la cara, ahora viene la cruz:
Resulta que al intentar pedir la cita, también vía internet, me rechazaba la solicitud una vez tras otra. Lo intenté en diveras ocasiones y 'nasti de plasti', así que me acerqué a la comisaria más cercana a mi domicilio por ver si allí lo podían solucionar.
Comisaría de Policía, C/ Ramón Pérez de Ayala
Al llegar, media docena de personas debidamente 'mascarilleadas' y guardando la perceptiva distancia de seguridad, resguardadas del sol por esa especie de porche o balcón que se aprecia en la fotografía, hacian cola frente a la puerta de entrada, así que decidí incorporarme a la misma. Fue entonces cuando una agente salió diciendo con 'cajas destempladas':
- ¡No quiero a nadie aquí. La cola deben hacerla en la calle!
Nos miramos todos estupefactos:
- ¿En la acera, al sol, con el calor que hace?
Hay quienes dicen que estas situaciones no deberían airearse demasiado para no soliviantar a la población. Yo opino todo lo contrario: Los ciudadanos (TODOS y TODAS) mantenemos al Estado con nuestros impuestos (UNOS + y OTROS -) y así como tenemos una serie de obligaciones que cumplir, también tenemos una serie de derechos que reclamar, sobre todo derecho a que se nos respete y no se nos ninguneé.
Miguel Ángel G. Yanes
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