5/7/20

LA ESCLAVITUD

El capítulo olvidado de la Historia de España

Apellidos ilustres y grandes fortunas españolas se forjaron con la lucrativa y olvidada trata de personas entre África, la península y América

'La mulata', obra de Diego Velázquez (fragmento)

Cervantes comparaba Sevilla con un 'tablero de ajedrez' y Lope de Vega llamaba a las negras y mulatas 'los lunares de Sevilla'. "Velázquez y Murillo tenían 'esclavos negros' como ayudantes en sus talleres. El padrastro del Lazarillo de Tormes era 'un hombre negro' Zaide–, de origen esclavo. Quevedo escribió un poema sobre 'la boda de dos esclavos' en el que ya relacionaba a los negros con 'la suciedad', 'el pecado' y 'lo demoniaco'. Goya pintó a su musa, la Duquesa de Alba, con su 'Negrita', una niña que había 'comprado' sólo para concederle la libertad. "Incluso Sancho, en 'El Quijote', propone la idea de importar 'esclavos africanos' a España" para luego darse a la buena vida. "La realidad 'multirracial', y 'esclavista', en España fue algo más que un hecho anecdótico".

La 'historiografía española', bastante cegada con grandes hazañas bélicas y otras conquistas, "No había mostrado mucho interés por esto hasta los años 80". Y después quedó reservado a un grupo de estudiosos. En el 'imaginario colectivo', en la cultura general, en los libros de texto, 'el pasado multirracial español sigue olvidado'. No es algo aislado de la literatura del Siglo de Oro o posterior, ni que los pintores o cronistas de la época quisieran dar 'un toque exótico' a sus producciones. Es Historia de España.

Probablemente, para una sociedad que durante siglos presumió de la 'supremacía espiritual católica', "la 'esclavitud' fue 'una mancha' que se intentó borrar encarecidamente". El antropólogo Ángel Baldomero Espina Barrio es uno de los mayores expertos en el tema. En un trabajo sobre la 'trata de esclavos en en el siglo XVI en Medina del Campo (Valladolid)', alude al interés de la historiografía española en 'mejorar la imagen' de un imperio que había sido difamado por una injusta 'leyenda negra' y que procuraba mejorar su 'autoconciencia' oponiendo una también falaz 'leyenda blanca'.

"Olvidar nuestro 'pasado esclavista y multiétnico' no es circunstancial ni caprichoso: blanquea nuestro 'mestizaje cultural y genético'. Y sin duda, subestima 'la gran contribución económica que supuso la esclavitud'". La 'trata de esclavos' financió en gran medida el desarrollo industrial de Cataluña y el País Vasco en la segunda mitad del siglo XIX "con la llegada de grandes capitales del 'tráfico negrero' a manos de los 'indianos' venidos de América".

No somos responsables de la Historia, pero sí de cómo la recordamos. Así llegamos a 2020: "sin haber abordado ningún tipo de debate público acerca del 'pasado esclavista' de nuestro país. España y Portugal son los únicos países europeos que no han tratado su 'responsabilidad histórica'  en el 'comercio de seres humanos'". Así llegamos a 2020: "con una aparente amnesia en el 'sistema educativo español', sin aceptar nuestra 'herencia multirracial' y como sociedad 'que no se percibe racista'".

El racismo


Para alguna gente puede resultar una novedad 'ver negros por las calles', pero la verdad es que apenas hemos estado 200 años sin ellos. La inmigración que hemos vivido en los últimos 20 años es una repetición, de distinta manera y en menor número, de lo que ya ocurrió. "La desconfianza o desinformación de la 'clase trabajadora' que 've al inmigrante como un competidor' son algunas de las razones actuales para 'el racismo y la xenofobia' en nuestro país". Instituciones como Amnistía Internacional o SOS Racismo denuncian que "se producen en España unas 200 agresiones físicas 'racistas' al año, sobre todo perpetuadas por 'grupos neonazis o de ultraderecha'". Pero por lo general, el racismo es mucho más sutil. 

"'Negro' era –y es– una 'palabra baúl' que servía no solo para identificar a los 'africanos subsaharianos', sino también a 'moriscos', 'mulatos', 'guanches' y 'gitanos'". Se engloba a todos con el eufemismo aséptico de 'morenos'. Separaba lo blanco de todo lo demás, a pesar de las dificultades fenotípicas para perfilar eso de la 'raza española'. "Lo novedoso a partir del siglo XVI es 'la alusión al color de piel', en lugar de la 'discriminación territorial, cultural o religiosa'" como venía pasando en las trifulcas medievales entre el cristianismo y el islam. "El hecho biológico de ser 'negros' –de no ser blancos– venía a decir que eran 'esclavos por naturaleza', convirtiendo la palabra 'negro' en sinónimo de 'esclavo' durante siglos".

El proceso de racialización que se lleva a cabo durante la 'esclavitud moderna' viene muy ligado al de 'deshumanización'. "La condición 'no humana de los esclavos' se fue relacionando con 'el color de su piel', hasta el punto de que ya no importaba si la persona era 'esclava o no'. En la 'negritud' está el 'estigma', pues la ascendencia no-blanca queda indeleble e imposible de borrar".


'La esclavitud' fue moneda de uso corriente a lo largo de toda la Historia. En España, la primera vez que aparece descrita es con la 'legislación romana', pero se supone que ya existía de mucho antes. Aristóteles admitía que había causas justas para esclavizar pues “cuando uno es inferior a sus semejantes se es 'esclavo por naturaleza'

Estos hombres y mujeres, lo mejor que podían hacer era 'someterse' a la autoridad de un señor. "Se convierten en 'esclavos' los 'cautivos de guerras' o los que tenían 'deudas' y los 'nacidos de madre esclava'", exponía en el siglo XIII, Alfonso X El Sabio en el documento de las 'Siete Partidas'.

Las ideas del 'racismo científico europeo', una 'pseudociencia' vigente hasta el siglo XX, "determinaba que las 'capacidades intelectuales y morales del individuo' venían dadas 'genéticamente'. Defendían la 'superioridad' de unas razas sobre otras. Era la 'corriente racista más segregacionista' y "fue aplicada en los 'países anglosajones', sobre todo EE.UU., Sudáfrica y Reino Unido,  que consideraban el 'mestizaje' una impureza de sangre".


"En España, esta corriente tuvo ciertas dificultades porque la 'pureza' se definía más bien en contraposición al 'moro' o al 'judío', es decir, 'por linajes de origen religioso'". Ramiro de Maeztu, en su libro 'Defensa de la Hispanidad', confirmaba esta idea de que “la raza para nosotros está constituida por el habla y la fé”, aunque igualmente consideraba 'inferiores' a todas las razas 'no-blancas' que conformaban la Hispanidad.

"Durante los primeros años del 'franquismo', el psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera, propuso ideas de 'higiene racial' para mejorar la 'raza española' que le llevaron a ser conocido como el Menguele español". Más adelante, en los años 70, "se divulgó el ‘extraño caso' de la presencia de 'descendientes de esclavos' en la provincia de Huelva, especialmente en los pueblos de Gibraleón, Niebla, Palos o Moguer. Como si fuese un 'descubrimiento' y no hubieran estado ahí durante siglos. El artículo denunciaba la situación de 'miseria' en la que vivían y su 'discriminación'".

La esclavitud en España


A partir del siglo XV y XVI, con la colonización de América, comienzan cuatro siglos de sistematización de "uno de los negocios más lucrativos de la historia: 'el tráfico de esclavos'". "'La esclavitud' se constituye como la base del sistema económico, pues la 'mano de obra esclava' hace que la 'rentabilidad' de los negocios se dispare, ya que 'no hay costos de salarios'". De esto "se enriquecen 'europeos y criollos americanos', en estrecha colaboración con los 'esclavistas africanos'" que los suministran y es financiado por los grandes centros de la época: Londres y Ámsterdam.

"En el triángulo formado entre África, Europa y América se transportó, según las cifras legales y los cálculos más conservadores, a unos '12 millones de personas' en contra de su voluntad. Fue uno los primeros atisbos de la 'globalización'". El 'negro' era una 'mercancía legal' de la que "el gobierno colonial español recaudó 'grandes rentas fiscales' en todos sus puertos". Sin contar con el comercio de contrabando, "unos '2 millones' de esos hombres, mujeres, niños y niñas 'convertidos en esclavos', fueron a parar a los dominios del Imperio Español", tanto a los 'territorios de ultramar' como a la España peninsular.

"A los fondos recaudados en estas 'empresas negreras' se debe el 'despegue industrial' de Europa y Estados Unidos; a la 'sangrienta pérdida' de población joven se debe parte de la 'miseria' de África; de la 'racialización y explotación' de los cuerpos esclavizados deviene la 'desigualdad social' del continente americano, tanto Norteamérica como América Latina y el Caribe".


"En las escaleras de la Catedral de Sevilla se anunciaban las 'cualidades' de los esclavos. Era el 'segundo mercado de esclavos' más importante de Europa, después de Lisboa". De todos ellos, según decían, los negros eran los menos propensos a escaparse. Y eso se pagaba. También "valían más las mujeres, pues podían criar 'nuevos esclavos' y además ser 'concubinas' del amo. Comprar personas era una 'inversión segura': además de ser dueño del trabajo del esclavo también lo era de la persona, del ser humano en sí mismo, de su historia y de sus descendientes".

Se calcula que en el momento álgido en ciudades como Sevilla, Cádiz, Málaga o Barcelona había entre la población más de un 10% de 'esclavos'. En Sanlúcar de Barrameda, entrada del Atlántico al Guadalquivir camino de Sevilla, 'de unos 1.000 habitantes 400 eran esclavos'. También había esclavos en el resto de España. "Se utilizaban mayoritariamente para el 'servicio doméstico' y eran un 'símbolo de prestigio'. A menudo al final de su vida, los amos y señores otorgaban la 'carta de libertad' a sus esclavos, como señal de buena fé, para 'salvar su alma ante Dios'". Las cifras de personas esclavas en la península fueron disminuyendo, hasta desaparecer, en la misma medida en que "el número de 'esclavos' en las 'colonias de ultramar' crecía de forma 'desorbitada'".

"Dos años después de la Revolución Francesa, en 1791, llega a las colonias francocaribeñas de Saint Domingue (Haití) la 'Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano'". En la isla, dedicada a la producción de azúcar, había '500.000 esclavos, de ellos 34.000 mulatos y 27.000 blancos'. En ese momento, algo más de la tercera parte de los ingresos franceses provenían del trabajo esclavo de Saint-Domingue. "La 'revolución burguesa' no había incluido a los 'esclavos'".


No eran parte de ese universo. "En 1804 Haití consigue su 'independencia' de Francia: es el segundo país americano independizado –después de EE.UU.– y se constituye como 'la primera república negra'. Esto hace que se tambaleen los cimientos del 'colonialismo europeo', pues su riqueza provenía de la 'explotación de las poblaciones esclavas'."

El derrumbe de la industria azucarera francesa hace que la cubana florezca más y sea un insaciable 'mercado de esclavos'. "En 1817 Reino Unido fuerza a España a 'condenar el tráfico de esclavos'. Los 'negreros' pasan de ser 'exitosos comerciantes' a 'traficantes ilegales'.Pero 'España no cumple su compromiso'". Los barcos dejan de pasar por Europa: van directos de África a Cuba. "No es hasta 1837  -20 años después-, que 'la esclavitud deja de ser legal en la península'. España es 'el último país de Europa que la prohíbe'. Aunque sigue vigente en 'ultramar': en Puerto Rico se abolió en 1873 y en Cuba hasta 1886 no se liberó a las últimas '25.000 personas esclavizadas'.

Con la iglesia hemos topado


"La forma en la que se implantó en España 'la esclavitud', y su consecuente 'ideología', el 'racismo', muestra la gran 'contradicción' de la Iglesia Católica. Pues mientras 'repudiaba el maltrato a los indígenas americanos, no condenaba en absoluto la esclavitud africana'. Es más, casi todas 'las órdenes religiosas tenían esclavos propios'. Aunque, eso sí, les daban el 'descanso dominical'. A diferencia del 'indio', el 'negro' no es 'súbdito' de los Reyes de España y por lo tanto 'podía ser esclavizado de acuerdo a la ley'".

Bartolomé de las Casas, uno de los primeros 'defensores' de los Derechos Humanos, viaja a la corte de Castilla en los albores de la Conquista, para 'denunciar la esclavitud' a la que están sometidos los 'nativos americanos'. Isabel La Católica, casi en su lecho de muerte, 'advierte de estos abusos y los acoge en su seno como súbditos'. “Como personas libres y no como siervos”, escribían sus cronistas. Pero "no es hasta 40 años después, que su nieto Carlos I, persuadido por 'relatos horripilantes' que le llegan desde Las Indias, promulga las Leyes Nuevas". De esta manera 'sitúa a los aborígenes bajo la protección directa de la Corona'. Estas leyes no significaron que los indígenas no fueran sumidos en 'regímenes de servidumbre similares a la esclavitud'. Especialmente en las zonas mineras de mayor altitud sobre el nivel del mar 'donde los negros no servían'.

Las huellas


“La forma de llamar a la tierra pisando el suelo del flamenco viene de África”, contaba el director Miguel Ángel Rosales en una entrevista para El País durante la promoción de su documental 'Gurumbé'. Una película que intenta rescatar parte de esa 'influencia silenciada que los esclavos africanos ejercieron sobre la cultura andaluza y española'. "Pues no desaparecieron por arte de magia, sino que 'se incorporaron a la sociedad' y hoy somos 'herederos de esa memoria'". Sin duda faltan investigaciones para entender las 'profundidades del impacto cultural y genético' de nuestras huellas recientes.

“Estamos activando una parte de la historia 'silenciada intencionadamente'. Las culturas 'cristiana, judía y musulmana' siempre han sido las 'oficiales', pero hay que agregarle dos más para hacer justicia; 'la negra y la gitana'. No es casualidad que se hayan callado porque son 'las de abajo' y por la 'vergüenza de la negritud vinculada a la esclavitud', pero llevan aquí 'siglos', apunta el catedrático de Antropología y miembro del colectivo Asamblea de Andalucía, Isidoro Moreno. Portador de un 'apellido' que solía estar asociado a 'descendientes de esclavos negros'.

La responsabilidad histórica


Leopoldo O’Donell, antes de llegar a ser presidente del Gobierno, de ser capitan General en Cuba y de tener una calle con su nombre en Madrid, "se enriqueció con el 'tráfico negrero'". Josep Xifré, primer presidente de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona, embrión de La Caixa, también "forjó su capital a partir del 'negocio de la trata'". Juan Manuel Manzanedo "llegó a Cuba como 'sirviente' y acabó amasando una gran fortuna como 'traficante'".

"Después 'reinvirtió ese dinero' en la promoción del prestigioso barrio de Salamanca en Madrid. Eusebi Güell, antes de ser 'mecenas' del icónico Antoni Gaudí, recibió la 'herencia' de su padre Joan Güell i Ferrer, hecha en torno al 'comercio de seres humanos'".

Son algunos de los ejemplos de las 'fortunas españolas derivadas del tráfico de esclavos'. "Apellidos hoy en día 'ilustres' que ligan la actualidad política y financiera española con la lucrativa y olvidada 'trata de personas'". Dejan de manifiesto "el éxito de la 'acumulación de capitales por desposesión de los oprimidos' y de la necesidad de revisar los relatos de la Historia".


FUENTE: ctxt.es
Beatriz Hernánpino
18/06/2020

Lo de la independencia de Haití (he escrito ya sobre ello en alguna ocasión) es algo que engrandece a los esclavos negros que, sin ningún tipo de ayuda exterior consiguieron convertir la mitad de la isla de La Española en un país libre y soberano, algo que 'las potencias oficiales' nunca van a perdonarles; es por ello que Haití figura, hoy por hoy, entre los países 'más pobres del planeta'. Lo han condenado a la 'miseria' para que su 'ejemplo libertario' no cunda en el resto del mundo.
 

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