26/3/20

LO QUE SE ESTÁ OCULTANDO

Lo que se está ocultando en el debate sobre la pandemia


Hace unos días hubo una reunión 'telemática' de varios 'expertos', miembros de la International Association of Health Policy, procedentes de varios 'países y continentes' para analizar la respuesta  a la 'pandemia actual de coronavirus'. Eran 'profesionales' procedentes de varias disciplinas, desde 'epidemiólogos' y otros 'expertos en salud pública' a 'economistas', 'politólogos' y profesionales de otras 'ciencias sociales'.

La reunión, organizada por la revista International Journal of Health Services, tenía como propósito compartir 'información y conocimientos' con un objetivo común: "ayudar a las organizaciones 'internacionales y nacionales' a resolver la 'enorme crisis social' creada por la 'pandemia'". De la reunión se extrajeron varias 'conclusiones' que detallo a continuación.

La expansión de la pandemia era predecible y así se había alertado


En primer lugar, "se repasaron 'varios estudios' realizados durante los últimos años (el último en 2018) que 'habían predicho' que tal 'pandemia' ocurriría, habiéndose 'alertado' que el mundo 'no estaba preparado' para ello a no ser que se tomaran 'medidas urgentes' para paliar sus 'efectos negativos'".

Tales 'alertas' no solo 'no se atendieron e ignoraron', sino que muchos Estados a los dos lados del Atlántico Norte aplicaron 'políticas públicas' que han 'deteriorado la infraestructura de servicios' (a base de recortes de gasto público y privatizaciones), así como otras 'políticas públicas desreguladoras de mercados laborales' que han 'disminuido la protección social' de amplios sectores de la población, 'afectando' primordialmente a las 'clases populares' de tales países. 

La 'evidencia científica', ampliamente publicada en 'revistas académicas', ha puesto de manifiesto el 'enorme impacto negativo' que tales 'políticas' han tenido en la 'disponibilidad y calidad de los servicios sanitarios y sociales' (con notables reducciones del número de camas hospitalarias y del número de médicos, por ejemplo, en Italia y España desde 2008)

Los hospitales españoles suprimieron 14.000 camas en el verano de 2018

Otros estudios han mostrado también el 'impacto negativo' de las 'reformas laborales neoliberales', que han 'deteriorado la calidad de vida' de amplios sectores de las 'clases populares' en estos y en muchos otros países (siendo el caso más conocido la 'reducción de la esperanza de vida' entre amplios sectores de la 'clase trabajadora de EE.UU.', resultado del incremento de las 'enfermedades' conocidas como 'diseases of despair', 'enfermedades de la desesperación', tales como 'suicidios', 'alcoholismo', 'drogadicción' y 'violencia interpersonal')

Estas políticas (consistentes, como ya he indiciado, en 'recortes del gasto público social y reformas del mercado de trabajo' que incrementaron la precariedad) fueron ampliamente 'aplicadas' en muchos países y estimuladas por organismos internacionales (el FMI, el Banco Mundial, el Banco Central Europeo, entre otros), dejando 'sin protección a amplios sectores de la población' y 'debilitando el sistema de protección social', pieza clave en la respuesta a la 'pandemia' en tales países. 

Los enormes 'déficits de camas, de médicos y enfermeras, de mascarillas, de respiradores' y un largo etcétera se han hecho 'patentes' en cada uno de estos países, 'donde 'a austeridad tuvo mayor impacto' (de nuevo, como en Italia y en España, y ahora EEUU). Y 'déficits similares' aparecen en los 'servicios sociales de atención a las personas mayores y a las personas dependientes', especialmente 'agudos' en estos momentos de la 'pandemia'.


Se sabían, y se continúan sabiendo, las causas de la pandemia y cómo responder a ella. Y se sabía y se sabe que hay en el mundo recursos para controlarla y vencerla

La segunda 'observación' que hicieron los 'expertos' es que 'la causa de la pandemia era predecible', así como el modo de responder a ella. Y lo que también se sabía y se sabe es que 'hay recursos para contenerla y resolverla'. Había un amplio acuerdo en que "el mayor 'problema' que existiría no sería la 'falta de recursos', sino las 'enormes desigualdades' en la 'disponibilidad' de los mismos". No sería, pues, un problema 'económico', sino 'político'. No había (y no ha habido) 'voluntad política' para 'anular' las condiciones que han causado la 'pandemia'."

Como ocurre con otro 'gran problema social' existente también a 'nivel mundial' –el cambio climático–, 'las causas son conocidas y los recursos para resolverlo existen', pero 'lo que no existe es la voluntad política de los Estados y de las agencias internacionales' que los 'Estados hegemónicos' dominan para 'eliminar las causas de tales crisis', lo cual lleva a la discusión de quiénes controlan dichos Estados y dichas 'agencias' y 'organismos internacionales'.


"El tema 'político' es, por lo tanto, 'clave'". Hay que preguntarse: ¿qué fuerzas económicas y financieras dominan los Estados? Y lo que hemos estado viendo es que las 'políticas económicas y sociales' promovidas por la gran mayoría de tales Estados han sido aquellas políticas que representaban los 'intereses minoritarios de grupos económicos y financieros' que 'antepusieron sus beneficios particulares al bien común'. "La 'evidencia' empírica que apoya esta 'tesis' es abrumadora".

Y un punto central de esta 'ideología neoliberal' ha sido 'disminuir las intervenciones del Estado que favorezcan el bien común', hecho 'responsable del enorme descenso de la calidad de vida y bienestar de las poblaciones', contribuyendo con ello a crear la enorme 'crisis climática', por un lado, y a la 'pandemia', por el otro.

De ahí la necesidad que han tenido las 'fuerzas políticas' que secundan dicha ideología de 'negar e incluso ocultar la existencia de esas crisis'. La administración Trump y sus 'aliados a nivel internacional' son la versión 'más extrema' de esta sensibilidad política (bastante extendida entre las 'derechas españolas', incluyendo las catalanas, sean estas secesionistas o no)



A ambos lados del Atlántico Norte ha habido una gran 'derechización de la cultura e instituciones políticas', causa y consecuencia a la vez de la 'enorme desigualdad y del deterioro de las instituciones democráticas', lo que explica que nuestros países estén hoy en una 'situación muy vulnerable frente a la pandemia'. Repito que Italia y España, en Europa (y EEUU en América del Norte), están en una situación que les ha hecho 'muy vulnerables' frente a la 'propagación de la enfermedad del Covid-19' (ver mi artículo 'Las consecuencias del neoliberalismo en la pandemia actual', Público, 17.03.20).

De nuevo, hay una 'relación directa' en esta parte del mundo entre 'desigualdad, calidad democrática, protección social y crisis sociales'. En aquellos países del 'capitalismo desarrollado' donde hay 'mayores desigualdades de clase', hay 'menor protección social' (y mayores desigualdades de género), así como una 'menor atención a los problemas medioambientales' y, ahora, una mayor dimensión de los 'efectos negativos de la pandemia'.

El bien común sobre el beneficio privado: la importancia del Estado

Ética y política: el bien común

Ni que decir tiene que "la 'pandemia' es un 'fenómeno mundial' que requiere una respuesta también 'mundial'". Otra observación de los 'expertos' fue que se requería una 'colaboración entre los Estados', de manera que estos 'compartieran recursos y conocimientos' para, en base a un 'proyecto común', desarrollar 'organismos internacionales que prioricen el bienestar de las poblaciones sobre cualquier otro objetivo'. Continuar utilizando 'instituciones internacionales' que priorizan exclusivamente 'intereses específicos', 'financieros' o 'comerciales' es 'desaconsejable', pues han jugado un papel clave en la configuración de la 'situación actual'. Hay que desarrollar 'organizaciones alternativas' o realizar 'cambios profundos' en las actuales. 

Ahora bien, los 'expertos' subrayaron que "la importancia de la 'internacionalización' de la respuesta no significaba 'debilitar el rol' de los Estados en la 'resolución del problema' creado por la 'pandemia'". El grupo de 'expertos' fue 'muy crítico' con una percepción muy generalizada hoy en centros académicos y mediáticos influyentes de que "los Estados están 'perdiendo poder' y no pueden atender a 'problemas como las pandemias'", actitud también presente en círculos progresistas tal y como muestran autores como Negri y compañía, que gozan de tener grandes cajas de resonancia en los medios.

'El error de este posicionamiento' queda reflejado en el hecho de que los países (sean grandes o pequeños) que han podido 'controlar la epidemia' han sido aquellos donde 'el Estado ha ofrecido un liderazgo, priorizando las intervenciones públicas sobre las privadas' (y supeditando las segundas a las primeras), 'enfrentándose', en caso de que fuese necesario, con 'grandes lobbies económicos y financieros' que anteponían 'intereses particulares a los generales'


Tal 'experiencia internacional' muestra que aquellos Estados que han tenido 'un rol más activo y han liderado contundentemente la respuesta a la pandemia' han sido más exitosos que aquellos (como EE.UU.) en los que 'el Estado está teniendo un rol más pasivo'. Y un componente fundamental de este 'liderazgo' ha sido no solo la adopción de 'medidas de distanciamiento social' (necesarias, pero insuficientes), sino también 'su enfrentamiento con intereses particulares' (repito, de lobbies financieros y económicos) que han estado ejerciendo una 'gran influencia en la vida política y mediática de tales países' a fin de 'garantizar el bien común', por encima de los 'beneficios de unas minorías'.

Hay que intervenir empresas privadas

En este sentido, "es profundamente 'erróneo' intentar resolver la gran 'escasez' de material de 'protección' para los 'profesionales del sector sanitario' a base primordialmente y/o exclusivamente de la 'compra' de tales productos en el mercado nacional o internacional". La realidad es que nos encontramos ante una 'escasez internacional' de estos productos debido a su 'gran demanda'; 'escasez' que precisamente 'beneficia a sus productores', que 'aumentan los precios', aprovechándose de una 'situación excepcional'


En una situación de 'guerra' (y estamos en una de estas situaciones), el Estado hace lo que debe hacer para conseguir los materiales que necesita para armarse, 'confiscando y nacionalizando industrias si ello es necesario'. "Es digno de 'aplauso' que algunos 'empresarios' en España hayan ofrecido 'voluntariamente' cubrir tales 'déficits' cambiando incluso sus 'líneas de producción'", tal y como aplaude Antón Costas en su artículo La pandemia como oportunidad, publicado en El Periódico el 13 de marzo. Pero 'tales medidas voluntarias son dramáticamente insuficientes'. España tiene una 'industria textil muy desarrollada', y 'no hay falta de material para poder hacer mascarillas'. "Se tiene que 'obligar a las empresas a que las fabriquen', y pronto, solo por poner un ejemplo".

Ni que decir tiene que "habría una 'gran oposición' a esta línea de actuación por parte de las 'instituciones financiero-económicas' que ejercen un 'enorme dominio' sobre los Estados". Pero la experiencia muestra que 'tales medidas intervencionistas serían enormemente populares', si se mostrara que se realizan 'en defensa del bien común', que debe anteponerse al bien particular. En este sentido, 'la creciente impopularidad de Trump' está basada precisamente en que es percibido como 'un mero instrumento de aquellos intereses', sin atreverse o tener la voluntad de ejercer el liderazgo que el país necesita.

El futuro que nos espera: la barbarie o el bien común


"No hay duda de que 'el futuro será distinto': 'cambiará el mundo'. Y la tolerancia hacia las coordenadas de 'poder existentes' se desvanecerá. Estamos siendo 'testigos' del 'fin del neoliberalismo', fruto de la urgencia de cambio". La 'pandemia' está mostrando la necesidad de 'cambiar profundamente las correlaciones de fuerzas dentro los Estados', a fin de 'eliminar' la 'excesiva influencia' de unos 'intereses particulares' que 'obstaculizan alcanzar el bien común'. Ello requiere 'un cambio en cada Estado' y también en la manera en cómo estos Estados se relacionan entre sí; se hace necesario 'cambiar la orientación de la globalización actual', basada en el 'control' del llamado 'mercado' por parte de 'unas pocas manos', reconociendo la interdependencia entre los países y 'la necesidad una respuesta colectiva' basada en el 'conocimiento científico, la voluntad popular y el bien común'

De ahí que "los 'adversarios' de estos 'cambios' sean los mismos 'factores' que crearon la 'crisis climática' y la 'pandemia': el 'neoliberalismo', promotor de los intereses de una 'minoría', y el 'nacionalismo populista', que 'antepone sistemáticamente los intereses particulares a los del conjunto'". La gravedad del problema actual "requiere unos 'cambios más sustanciales' en el 'ordenamiento económico y político' de las sociedades en las que vivimos 'de los que ahora se están considerando'". La evidencia de ello es abrumadora. Así de claro.

FUENTE: publico.es
Pensamiento crítico
Vicenç Navarro
24/03/2020

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