MAL FARIO

Etimológicamente, la palabra 'fario' viene a significar, en lenguaje vulgar, suerte, fortuna o destino pero bajo una sombra de maleficio o mal agüero.

Especifica la R.A.E. que "quizás proceda del bajo latín hispánico malfarium 'crimen', y éste del cruce del latín maleficium 'maleficio' y nefarium 'crimen nefando'."

Dice Pablo Casado que el PP dejará la sede de la calle Génova y que no volverá a hablar de sus antecesores para evitar el daño de la corrupción.

A mí, al escuchar la estupidez de su razonamiento, me dio la 'risa tonta' y estuve en un tris de atragantarme con la sopa. ¡Será memo! -pensé.

Y es que el Partido Popular quiere lavar su imagen (manchada por múltiples cagadas de sus voraces gaviotas o charranes) mudándose, abandonando la sede de Génova, 13; haciéndonos creer que la corrupción es cosa del 'mal fario' que ese 'número maldito' proyecta sobre el edificio donde, hasta ahora, han pergeñado sus estrategias y trapisondas múltiples, y que van a dejar a la pobre corrupción allí a ver si se muere de soledad y hastío.

Es increible cómo al asegurar que su actual partido no tiene nada que ver con el pasado, al líder popular no se le car la cara de vergüenza... '¡je, je!' Será porque no sabe qué cosa es, ni si tiene color, olor, sabor o textura. Y es que, por lo visto, él no estaba. No formaba parte de esa familia corrupta de la que hoy abjura.

Hay que tener gandingas para intentar convencer a la ciudadanía (como si los 'Luisma' fuéramos tontos) de la honradez y las bondades de sus actuales correligionarios, todos ellos formados en la misma escuela que los líderes anteriores, culpables en gran medida de los múltiples caso de corrupción que enmierdan al PP, y pretender lavar esa escatológica imagen con su fugaz mudanza, huyendo de un 'mal fario'.

Al parecer, en el partido conservador Nadie veía nada, Nadie sabía nada, Nadie cogía nada... ¡Coño!... está más claro que el agua: el culpable de la 'ppuñetera corruppción' es 'nadie'. ¡¡¡A la cárcel con él!!!

Ulíses (alias 'Nadie') y el cíclope Polifemo

Miguel Ángel G. Yanes