12/2/21

LA ABERRANTE PRIVATIZACIÓN DEL AGUA

 

Las cifras son alarmantes: "de los 7.600 millones de habitantes del mundo, 2.533 millones no tienen acceso al agua potable, y más de 3.000 millones carecen de un saneamiento seguro".

Pero lo más vergonzoso en este mundo de capitalismo y neoliberalismo salvaje es que en tiempos de pandemia de Covid-19, que se ha expandido por todos los continentes, suceda que, ahora, en la Bolsa de Valores de Wall Street, el Grupo CME (Chicago Mercantile Exchange y Chicago Board of Trade) ha lanzado contratos para el 'comercio de futuros de agua en el orbe', con el pretexto de ayudar a los usuarios a obtener el servicio del preciado líquido".

La operación comercial la realizó ese grupo el pasado 7 de diciembre lo que permitirá, según afirmó, que compradores y vendedores intercambien un precio fijo por la entrega de una cantidad de agua en fecha futura.

El Grupo estadounidense CME con un c
apital social de 20.340 millones de dólares, opera en una Bolsa de opciones y futuros

El relator especial de Naciones Unidas sobre Derecho al Agua Potable y al Saneamiento, Pedro Arrojo Agudo, denunció inmediatamente que «no se puede poner un valor al agua como se hace con otros productos básicos comercializados. 

Ese líquido es de todos y es un bien público. Está estrechamente ligado a nuestras vidas y medios de subsistencia y es un componente esencial para la salud pública».

El experto alertó que "mientras los agricultores, las fábricas y las empresas de servicios públicos buscan fijar precios, un mercado de futuros de este tipo, también podría atraer a especuladores como fondos de cobertura y bancos a apostar por estos precios, repitiendo la burbuja especulativa del mercado de alimentos en 2008".

 
Pedro Arrojo Agudo

Como manifestó Arrojo Agudo "es muy preocupante que el agua se trate como el oro, el petróleo y otros productos básicos que se negocian en el mercado de futuros de Wall Street y atenta contra el derecho de todos los ciudadanos del orbe".

La ONU, principal organismo internacional (aunque algunos de los países poderosos se desentienden de sus decisiones) coordinó en julio de 2010 el 'acceso de todas las personas al agua'. El acuerdo, que se reafirmó finalmente durante la Agenda 2030 y cuyo objetivo es acabar con las desigualdades en ese sector, se ha incumplido en muchos casos.

En las décadas de 1970 y 1980 nadie se cuestionaba 'si el agua era una mercancía o un derecho humano' porque se comprendía que debía pertenecer por igual a todos los ciudadanos del planeta, pero esa concepción cambió a partir de los años 90 del pasado siglo cuando se impulsó el sistema capitalista neoliberal.

Sede de las Naciones Unidas - New York

En esa inhumana acción han tenido parte fundamental varios organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), los que "han favorecido a ricos empresarios nacionales y a compañías transnacionales".  

Solo durante el año 2000, explica el investigador Gustavo Castro Soto, el FMI obligó a 12 países a privatizar el agua y otros servicios públicos: Angola, Benín, Guinea Bissau, Honduras, Nicaragua, Nigeria, Panamá, Ruanda, Santo Tome y Príncipe, Senegal, Tanzania y Yemen.

La estrategia ha sido presionar a los gobiernos con empréstitos con la consecuente acumulación de deudas que después son impagables, o mediante coacciones a diversos gobiernos para que abran esos recursos al sector privado

 

La situación real es que ya las cuencas de agua están bajo amenaza extrema debido al desmesurado aumento de las poblaciones, las demandas cada vez mayores para la agricultura, la industria minera y el cambio climático.

Entre el 60 % y 90 % de la población mundial vive en países con escasez de agua dulce, mientras la actual pandemia de coronavirus ha manifestado cómo quedan las personas más necesitadas del primordial líquido elemento, llevándolas a transitar por un camino cada vez más sombrío

A esa escasez se une la contaminación, pues "muchas enfermedades se propagan por aguas infectadas, saneamientos deficientes o falta de higiene que causan cada año la muerte a más de 1,5 millones de niños, o sea, cada 15 segundos muere un menor por esos motivos que podrían ser resueltos mediante políticas económico-sociales por parte de gobiernos e instituciones internacionales".

 

A las ya agotadas fuentes de abasto de agua, hay que añadir que en muchos ríos y lagunas son vertidos diariamente 2 millones de toneladas de residuales y otros contaminantes.

Según estudios de organizaciones internacionales, ese desastre se agrava en los países en desarrollo donde se arrojan, casi siempre por compañías transnacionales, más del 90 % de los desechos sin procesar y el 70 % de los residuos industriales.  

Las privatizaciones del agua conducen a efectos desastrosos entre los pobladores pues los pagos por esos servicios se vuelven incosteables. "El negocio consiste en controlar esos derechos en zonas abundantes y vendérselos a los ciudadanos mediante concesiones y contratos".

 

Entre las grandes compañías se encuentran las francesas Suez y Veolia, la estadounidense Bechtel, la alemana RWE-Thames, la española Aguas de Barcelona y otras.

Lo cierto es que con la nueva acción del CME Group en la Bolsa de Valores de Wall Street, los consorcios del agua ejercerán más influencia sobre el control y costo del preciado líquido, que solo podrá ser enfrentado y detenido por la unión de los gobiernos nacionalistas que defiendan a sus ciudadanos en los organismos internacionales "ante la rapiña del capitalismo neoliberal".   

FUENTE: rebelion.org
Hedelberto López Blanch
03/02/2021

Resulta tremendamente predecible que después del agua irán también a por el control del aire, como ya lo intentan con la energía del sol, y más temprano que tarde, terminarán por vendernos ambas.

En su día, allá por 1854, el Jefe Seattle, líder de las tribus amerindias suquamish y duwamish, respondió con tres preguntas al presidente de los EE.UU. cuando éste le propuso comparle las tierras donde habitaban:

"¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? ¿Cómo se puede poseer la frescura del viento o el fulgor del agua? ¿Cómo es posible que usted se proponga comprarlos?"

Debería estar claro para la ciudadanía en general, que ni la tierra ni el resto de recursos del planeta son propiedad de nadie, y sin embargo, durante siglos, nos hemos dejado engañar por un puñado de miserables que se han adueñado de casi todo. 

Y seguimos sin reaccionar. 

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