6/3/21

UN DÍA 7

Mi madre murió un día 7, de marzo, para ser exacto, de 1969. Mañana domingo hará la friolera de 52 años. Y mi abuelo paterno también un 7, pero de julio (festividad de San Fermín) de 1985.

A mí, para seguir con esa curiosa 'tradición familiar' me haría ilusión morir un día 7. Mañana mismo, sin ir más lejos, sería un buen día para morirse uno.

Un año antes de fallecer mi madre (hace 53, por tanto) Morta estuvo en un tris de arrastrarme con ella pero, al parecer, el filo de su herramienta de segar estaba algo mellado y el tajo, poco profundo, resultó ineficaz para su cometido.

Hace un par de años volvió por sus fueros, pero apenas me rozo el pecho con la punta de la guadaña, aunque suficiente para dejarme una pequeña cicatriz de recuerdo. Y un secreto desconsuelo: me habría ido sin enterarme apenas. Lástima.

Miguel Ángel G. Yanes

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