Me parece una absoluta irresponsabilidad por parte de algunos padres, permitirle a los menores el uso de esos patinetes electricos que, hoy por hoy, inundan la ciudad, no solo por el riesgo que supone para su integridad física, habida cuenta del peso y de la velocida que alcanzan, sino también por la alta posibilidad de atropellar a alguien, máxime cuando se utilizan en zonas no autorizadas para ello, tales como parques, plazas, ramblas y aceras.
Sin ir más lejos, hoy al mediodía, en la Calle de la Noria, donde algunos críos intentaban mantener el control y el equilibrio sobre esos artilugios, he visto caer a una niña que conducía (sin ningún tipo de protección) uno de ellos y aunque, al parecer, el golpe no fue demasiado importante, podía haberlo sido dada la velocidad a la que circulaba.
Me gustaría poder convencer a esos padres de que, por mucho que sus hijos se empeñen, no deberían alquilarles tales patinetes, ya que, aunque lo parezcan, no son juguetes, se trata de un auténtico vehículo para el que se necesita cierto dominio y pericia, así como una edad mínima de 15 años para conducirlo.
Advertir también a los adultos usuarios de este novedoso medio de transporte, de que el suelo está durísimo, Lo apunto porque veo que la inmensa mayoría circula sin casco protector.
¡Ah! Y es imprescindible conocer las normas y señales del código de circulación.
Miguel Ángel G. Yanes
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