4/4/21

LA ECONOMÍA DE ARGENTINA (2ª PARTE)

...CONTINUACIÓN:

El peronismo

Juan Domingo Perón, fundador del Movimiento Justicialista, también conocido como peronismo

El militar Juan Domingo Perón logró la presidencia en 1946, instaurando el denominado justicialismo ('justicia social') hasta 1955, junto a su mujer Eva Perón, que aún hoy es un icono en Argentina. Su gobierno no sólo mantuvo las prácticas de los regímenes militares previos sino que, de hecho, incrementó de forma sustancial el intervencionismo estatal en la economía, extendió las prácticas mercantilistas e instauró su particular modelo socialista, inspirado en el fascismo italiano de Mussolini.

Entre otros factores, destacan los siguientes, tal y como expone José Ignacio García Hamilton, profesor de Historia de Derecho en la Universidad de Buenos Aires:

UBA (Universidad de Buenos Aires)

  • Nacionalizó varias industrias, como los servicios de electricidad, gas, teléfono, ferrocarriles, transporte urbano, medios de comunicación, etc.
  • Subsidió a grupos sindicales y empresariales próximos al poder.
  • Disparó el gasto público e incurrió en elevados déficits fiscales.
  • El superávit de la balanza de pagos acumulado durante la Segunda Guerra Mundial (Argentina se mantuvo neutral y vendió productos a ambos bandos) no fue suficiente para financiar las “prácticas populistas de Perón”.
  • Fue entonces cuando recurrió a la monetización masiva de deuda a través del banco central, generando una elevada inflación.
  • Subió los impuestos al sector exportador, al capital y, especialmente, al sector rural, y siguió dificultando las importaciones mediante políticas arancelarias.
  • Introdujo rígidos controles sobre la producción y la libre contratación de servicios y trabajadores; fijó precios en el mercado del alquiler y suspendió los embargos inmobiliarios.
  • Creó el Instituto Argentino para la Producción y el Intercambio (IAPI), que eliminó las empresas exportadoras privadas y fijó los precios internos de las cosechas por debajo de los precios internacionales. Luego, el IAPI vendía esos productos en el exterior y retenía la diferencia para aumentar el gasto público.

 Regresa la dictadura, pero no el libre mercado

 

Perón fue derrocado por un nuevo golpe militar en 1955, pero ello no impidió que se mantuviesen los rasgos básicos del intervencionismo argentino hasta la década de los 90, incluso después de la reinstauración de la democracia en 1983.

La alternancia de gobiernos autoritarios y democráticos en el poder no cambió un ápice el modelo mercantilista y socialista que se fue imponiendo progresivamente desde 1930. Como resultado, el desarrollo argentino fue mucho más lento y débil que el del resto de países avanzados durante la segunda mitad del siglo XX.

En esencia, se mantuvo un gasto público elevado (financiado con deuda o emisión); un sustancial control estatal sobre la economía (nacionalización de industrias); el modelo de sustitución de importaciones y, por tanto, el 'aislacionismo comercial'; la emisión desenfrenada de dinero (alta inflación); y un adoctrinamiento cultural (en escuelas y universidades) centrado en el 'nacionalismo', que fomentaba el mercantilismo y el odio hacia el extranjero (incluido el capital foráneo). Y todo ello, en medio de una gran inestabilidad política.

Reformas insuficientes, corralito y kirchnerismo

Carlos Menem

Tras la reinstauración de la democracia (1983), la crisis se agudizó hasta tal punto en la década de los 80 -con hiperinflación de por medio- que el peronista Carlos Menem (1989-1999) intentó revertir la política económica mediante la privatización de empresas estatales (como YPF), cierta apertura comercial al exterior y la fijación del peso argentino al dólar estadounidense para frenar la inflación.

Aunque el país logró crecer con fuerza durante los años 90, las reformas fueron tímidas a la hora de revertir el socialismo de décadas previas. Así, por ejemplo:

 

  • La privatización de empresas públicas se efectuó a dedo, privilegiando a grupos próximos al poder y, en todo caso, limitando hasta el extremo la libre competencia mediante una estricta regulación y fijación de tarifas en la provisión de servicios. Es decir, el monopolio se mantuvo intacto en numerosos sectores.
  • La apertura comercial se limitó a tan sólo a algunos países de América Latina (englobados en el Mercosur), de modo que el aislacionismo nacional fue sustituido por un aislacionismo regional. Es decir, Argentina permaneció cerrada a la globalización.
  • El gasto público siguió aumentando: el gasto en la provisión de servicios públicos fue sustituido por el aumento en “gasto social” (subsidios, subvenciones, prestaciones públicas y ayudas), a modo de clientelismo para comprar votos.
  • De hecho, el peso del Estado sobre la economía siguió creciendo: el déficit público pasó del 0,15% en 1994 al 2,4% en 2000, y la deuda pública del 34% en 1991 al 52% del PIB en 1999. Como resultado, la deuda externa de Argentina -tanto comercial como pública- aumentó de forma sustancial, encareciéndose la financiación para el sector público y privado.

Puesto que la fijación al dólar ataba de pies y manos a su banco central para imprimir dinero y generar inflación (reduciendo así el peso de la deuda externa), Argentina decidió de forma unilateral declararse en default (impago) en 2001, lo cual generó una corrida bancaria y el temido corralito de 2002.

El también justicialista Néstor Kirchner conquistó la Presidencia en 2003, sucediéndole en el cargo su mujerCristina Fernández de Kirchner, en 2007. Así pues, el kirchnerismo va camino de su primera década, impulsando una política económica inspirada en la etapa peronista.

El país ocupa hoy una pésima posición en indicadores clave para el desarrollo económico. Así, Argentina se sitúa en el puesto 113 del ranking mundial en cuanto a facilidad para hacer negocios (Doing Business), que elabora cada año el Banco Mundial, de un total de 183 economías, a la altura de países como Etiopía, Egipto o Kenya. Destaca, sobre todo, por situarse a la cola en indicadores como la apertura de empresas (146), permisos de construcción (169), registro de propiedades (139) o pago de impuestos (144).

 

Néstor Kirchner y su esposa Cristina

Además, en un ranking que mide el respeto a la propiedad privada en 130 paísesArgentina se sitúa entre los 10 peores, tan sólo seguida por Costa de Marfil, Nicaragua, Bangladesh, Nigeria, Burundi, Venezuela, Ucrania, Angola y Libia. Asimismo, el Índice de Calidad Institucional (ICI) sitúa a Argentina en la posición 125 de un total de 194 países, perdiendo 32 puestos desde 2007.

Un 62% de los países obtiene una calificación superior a la de  Argentina en términos de calidad institucional. En las primeras posiciones de América Latina se encuentran Chile, Costa Rica y Uruguay; mientras que Argentina, por el contrario, se aproxima a Nicaragua, Paraguay, Bolivia y Ecuador; las últimas posiciones son para Haití y Venezuela, aunque Cuba también sale malparada. Dentro de este índice, registra las perores calificaciones en materia de libertad económica, funcionamiento de los mercados, estabilidad monetaria y seguridad jurídica.

Hace ahora un siglo, Argentina se encuadraba en el 'top ten' de los países más ricos del mundo. Hoy se sitúa en el puesto 59, según los últimos datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), a la altura de México, Líbano o Gabón, y muy próximo a Venezuela (puesto 64). Según el Banco Mundial, la 'renta per cápita' de Argentina en términos de poder de compra (descontando inflación), apenas superaba los 15.500 dólares en 2010, un 70% menos que EE.UU., un 60% inferior a Japón o Alemania y la mitad que Francia o Italia.

FUENTE: infoberdigital.com
25/01/2020 

Está claro que el desplome económico de Argentina se produce a raíz de los diferentes golpes de Estado, auspiciados siempre por esas élites depredadoras, auténticas aves de rapiña, a las que, a pesar de lo que dicen, la patria les importa un 'corno', y no digamos ya el resto de la ciudadanía. 

Y así, comprando voluntades a esos buitres traidores, el 'vecino del lejano Norte' logró impedir que el pueblo argentino lo siguiera adelantando económicamente. 

Quiero finalizar mi comentario con unos versos del amigo Rafael Amor:  

"Picotean el crepúsculo de algún grillo minúsculo

unas cuantas gallinas"

Ahora sustituyan ustedes 'gallinas' por esas 'familias de orden' que conozcan y verán como oscurece de repente...

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