UN RESPETITO

A pesar del Covid, de las mascarillas, del distanciamiento, del miedo... hay gente que no aprende un carajo, pero no solo en el ámbito 'pandemiario' actual, sino en muchos otros aspectos de la vida.

Hoy, por ejemplo, que tomé el tranvía para hacer una determinada gestión en el centro, escuché (escuchamos todos porque hablaban a muchos decibelios) un diálogo entre dos jóvenes, chico y chica, a cuenta de unas batallitas de tráfico.

 

'Él' explicó su aventura circulatoria en unos términos relativamente razonables. Pero 'ella', mucho menos comedida, tomó la palabra casi a voz en grito para contar cómo, viajando en el coche de unos amigos, estuvieron a punto de atropellar a una anciana que cruzó ante el vehículo sin fijarse en el color del semáforo.

- Me asomé por la ventanilla y le grite: ¡Está rojo, 'jodida vieja de mierda'!

 

Socavó mi ánimo, ya bastante tocado como jubileta de pro, aquel desagradable exabrupto. Tampoco es que vaya a decir que la mayoría de los jóvenes sean unos maleducados. "De todo hay en la viña del... 'Dueño'". Los hay muy amables y respetuosos, 'doy fe de ello' (fíjense qué frase en boca de un descreído religioso) pero hay un pero: también los hay que son todo lo contrario. Tal parece que cuando repartieron las correspondientes dosis de 'educancia' no estuvieron presentes, ni en casa, ni en la escuela.

Como a pesar de ser de audición pública, aquélla era conversación ajena en la que no pensaba entrometerme, me quedé mascullando entre dientes:

"Mira mi niña: 'un respetito' a tus mayores no te vendría mal, porque quieras o no, si tienes suerte, algún día tú también serás una 'jodida vieja de mierda'. Y ten por seguro que no va a gustarte que te traten así".

Miguel Ángel G. Yanes