No está nada claro el origen de esta palabra, aunque hay quienes opinan que es una clara onomatopeya del sonido producido al succionar la carne del interior de la concha al comerla (algo con lo que no estoy muy de acuerdo; si acaso, si comenzara por "chup".)Aaunque en Canarias su consumo nunca fue demasiado común. De hecho, nuestros ancestros solo recurrían a ella en las épocas de hambruna que, ciclicamente, azotaban las islas; aunque hoy en día, por mor de la cultura gastronómica, se sirve con total normalidad en todo tipo de restaurantes, tascas y "guachinches*".
Al parecer, el consumo de caracoles por parte de los seres humanos, según demuestran los restos hallados, se remonta a unos 2.000 años de antigüedad, en plena Edad del Bronce. Aunque existen datos fidedignos de que fueron los romanos quienes degustarony explotaron sus propiedades alimenticias, llegando incluso a instalar criaderos, tal y como y apunta el historiador Plinio El Viejo en su obra Historia Natural.
Formando parte del vocabulario popular canario, hay una frase hecha que, con connotaciones gastronómicas, sirve de sinónimo para mandar alguien a hacer puñetas: "Vete a freir chuchangas". Lo que en otros lugares viene a ser aquello de "a freir espárragos".
(*) Otro día prometo explicar lo de "guachinches"
Miguel Ángel G. Yanes
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