La sentencia del “procés” y el “Estado de derecho”
Es impropio calificar a los acusados de “presos políticos”, cuando en realidad son “políticos presos”
De entrada cabe decir que aquí no se tratará de analizar el contenido de la sentencia del 'procés' sino en qué marco se produce. Hemos visto ya muchos análisis dispares y otros más o menos dispares entre si. Debemos señalar que desde el campo de la política se emitían posiciones casi en el mismo momento de la publicación, "la sentencia se consideraba exagerada para los independentistas y sus acólitos, mientras para la derecha nacionalista española se consideraba insuficiente y corta".
Posteriormente numerosos juristas se han pronunciado con valoraciones diferentes, podríamos decir que se han dado tantas opiniones como juristas hay, muchas de ellas mediatizadas por el pensamiento de sus emisores. "Respetando todas las opiniones, creo que también debe respetarse con la misma o más consideración la sentencia de los magistrados del Supremo".
"Las sentencias en un Estado de Derecho se acatan, aunque pueda discreparse de ellas". Para ello está establecida la posibilidad de recurrir la sentencia. Y "por ser en un estado insertado en la Europa democrática, sus sentencias pueden ser recurridas hasta llegar al TEDH* (Tribunal Europeo de Derechos Humanos)".
Sede del TEDH en Estrasburgo (Francia)
Esta primera situación debe ser tenida en cuenta. Asimismo debe precisarse que "es impropio calificar a los acusados de 'presos políticos', cuando en realidad son 'políticos presos'".
La diferencia es sustancial. "No están detenidos ni condenados por sus ideas sino por los actos políticos que han provocado -la mayoría de ellos desde su función institucional- contra las máximas leyes democráticas que rigen en Catalunya, el Estatut y la Constitución".
"Aquí no se trataba de desobediencia social sino de desobediencia e intento de subvertir las leyes democráticas vigentes desde las instituciones". Y lo más relevante es que quienes hoy se quejan de la falta de independencia de la justicia intentaron establecer un nuevo orden en la llamada Ley de Transitoriedad donde textualmente "se eliminaba la separación de poderes, permitiendo que el Poder Ejecutivo nombrara al Poder Judicial".
La ilusión de la divisón de poderes del Estado
"La actuación de los dirigentes independentistas ha tenido consecuencias graves", y no en referencia a la propia sentencia que los afecta, sino porque "han provocado una grave crisis en la sociedad catalana", generando una grave fractura dentro de la ciudadanía que difícilmente y en el mejor de los casos después de un largo proceso recuperará la convivencia.
Y hasta ahí la sentencia. "La sentencia judicial no puede ni debe resolver el problema político existente en Catalunya", donde no hay por mucho que se repita hasta la saciedad mayorías del 80%. Es función de la política intentar lograr una salida primero a la actual situación para después "intentar lograr una solución que, seguramente sin satisfacer por completo a nadie, logre dar una salida aceptable para la mayoría de la sociedad catalana y española".
"El fracaso de la política nos ha llevado hasta aquí. La pugna entre los nacionalismos español y catalán, que tanto rédito electoral les daba a ambos nos ha conducido a este callejón sin salida" desde 2012 (donde, por cierto, el gobierno de CiU de Artur Mas aprobaba sus presupuestos con el voto del PP).
El consejero catalán Felip Puig (CiU) y el ministro del Interior,
Alberto Fernández Díaz (PP) pactando las cuentas en 2012
Creo que "sólo desde la izquierda es posible intentar dar una salida a la situación". La propuesta se ha dicho y repetido. "Hace falta un diálogo desde las partes, dentro de Catalunya y entre Catalunya y España", a partir del respeto a la legalidad vigente, incluso si es preciso para efectuar los cambios que se pudieran acordar en su momento.
Para ello "es necesaria la voluntad de las partes y en este momento, pese a lo duro que pueda parecer, una autocrítica por parte del independentismo del fracaso y las consecuencias de la vía unilateral".
"Querría dejar claro que los nacionalismos son adversarios de la izquierda". Donde unos pretenden diferenciación por el origen de la gente, otros defienden o deben defender la solidaridad de clase. "Frente al conflicto identitario el conflicto social". Pero ello no debe ser óbice para alcanzar acuerdos.
Sin duda será difícil por "la obstinación de los diversos nacionalismos". El catalán que se resiste a reconocer ante sus seguidores el fracaso de un falso relato que no conduce más que a la catástrofe. Y el de "las derechas nacionalistas españolas que por cálculos electorales parecen preferir 'cuanto peor mejor', atizando con su discurso el enfrentamiento y el recurso de la fuerza que jamás logrará por si sólo solventar la situación actual".
Es preciso embridar los nacionalismos. "La propia construcción de la UE se produjo con el objetivo de evitar el crecimiento de los nacionalismos que tanto daño causaron en los años 30 en Europa y que más recientemente pudimos ver en la antigua Yugoslavia".
"Es preciso superar los viejos nacionalismos por una forma de cooperación solidaria, el objetivo de la cual sería conseguir avanzar tanto en la federalización de España como de Europa", en un espacio basado en los fundamentos del Estado de Derecho y los principios de:
Libertad, Igualdad, Fraternidad... y Solidaridad
FUENTE: nuevatribuna.es
Manuel García Biel
18/10/2019
No me hace puñetera gracia eso de tener que acatar, sí o sí, las sentencias judiciales "a sabiendas de que son injustas" por mucho que lo diga el Tribunal Supremo o la madre que parió al Estado... digo, a Paneke.
* Una curiosidad:
"El TEDH no tiene competencias para garantizar los derechos humanos y libertades fundamentales en tres estados europeos: Bielorrusia, Kazajistán y la Ciudad del Vaticano".
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