29/11/19

TRATAMIENTO


Sola, así aislada, sin un contexto, sin una frase que aclare su sentido, la palabra tratamiento se presta a diferentes interpretraciones. Si bien la más habitual es la relativa a tratamiento médico o terapia, no es a esta acepción a la que quiero referirme, sino al título protocolario que se da a una persona en función de su cargo, condición, etc.

Siempre me han parecido discriminatorios los tratamientos sociales más allá de ese barniz de respeto que nos ha impuesto la propia educación. Su supresión fue de las primeras cosas lógicas y coherentes que se llevaron a cabo en los países comunistas en aras de una supuesta igualdad que nunca resultó tal.
 

Sabemos que el poder corrompe el alma de los hombres y, salvo rarísimas excepciones, en la sangrienta historia de la humanidad, los gobernantes una vez aposentados, generan a su alrededor un auténtico blindaje: esas élites políticas y económicas tan difíciles luego de derribar. Pero obviando todo lo negativo (siempre desde nuestra óptica occidental) que pudieron provocar en la sociedad los regímenes comunistas, hubo también importantes avances y ventajas.

En aquella sociedad pretendidamente igualitaria, el tratamiento era el mismo para todos. Ese término era camarada: camarada doctor, camarada taxista, camarada general, camarada barrendero, camarada rector...


Nosostros aquí, en este "pís", tenemos una inmensa retahila de tratamientos sociales o de cortesía encaminados a la clara diferenciación de los distintos estamentos: Don, Doña, Señor, Señora, Señorita, Caballero, Dama, Doctor, Doctora, Padre, Madre, Hermano, Hermana, Sor, Monseñor, Reverendo, Reverenda, Reverendísimo, Eminencia, Santidad, Usía, Señoría, Magnífico, Magnífica, Ilustrísimo, Ilustrísima, Excelentísimo, Excelentísima, Alteza, Majestad.

La mayoría de tales términos, empeñados en ahondar las diferencias sociales, me resultan de lo más arcaico y retrógrado. No digo que volvamos a poner de moda lo de camarada, pero tal vez nos valdría aquel otro que surgió de la Revolución Francesa: ciudadano. Y es que, a la postre, todos evacuamos por el mismo sitio aunque a algunos les indigne reconocerlo.  


Miguel Ángel G. Yanes

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