22/5/21

PUTREFACCIÓN

Querido Pacho Sánchez-Cuenca: más que anomalías, putrefacción

Un país sin medios de comunicación fuertes, dignos y libres que exijan rendir cuentas a sus políticos es un país sin democracia

Tertulia de La Sexta Noche del 27 de febrero de 2021 - La Sexta

Escribía Pacho Sánchez-Cuenca en La Vanguardia un artículo tan brillante, constructivo y claro como todos los suyos. Pacho es un amigo, así que que se pondrá colorado cuando lea esto: "es un tipo insobornable, escribe sin retórica ni palabrería, y tiene una de las mejores cabezas de este país". Dejó de escribir en El País más o menos cuando yo abandoné ese periódico después de trabajar allí durante 22 años, y en cuanto surgió la idea de crear Contexto, fue la primera persona a la que llamé

Desde entonces, nos hemos visto y hemos hablado mucho; yo desde la 'furia del periodista' que se ve obligado a dejar de escribir para convertirse en gerente; él, desde la 'rabia del acádemico e investigador' que "no tolera la endogamia de la Universidad ni los debates públicos sin datos ni argumentos", aunque luego se pone a ver Sálvame y se le olvida.

Pacho es un socialdemócrata apacible, republicano, glotón de libros y comidas exóticas, siempre construyendo ideas productivas desde la esquina izquierda / zapaterista del PSOE (aunque también fue errejonista una temporada: los politólogos ya se sabe). Yo, anarquista aragonés y del Atleti, ala zurda de la línea oficialista de Podemos, voy según Pacho "camino de acabar mis días merendando quinoa con Miguel Urbán". Pese a estas diferencias, y quizá porque los dos fuimos al mismo colegio de pequeños (él es dos años menor, así que yo no le vi) solemos coincidir en los diagnósticos y soluciones a los problemas de España. Como Ortega y Gasset.

Pacho Sánchez-Cuenca

En estos seis años y medio, hemos escrito en CTXT un par de docenas de editoriales a cuatro manos y algunos artículos individuales, aunque Pacho destacó sobre todo por el libro 'La desfachatez intelectual', un ajuste de cuentas fabulosamente documentado contra las grandes firmas de El País y el Abc, esas lumbreras que,"mientras ocurría el 15M, y el emérito no paraba de trincar comisiones, limitaron su aportación al debate político a una sarta de tópicos antinacionalistas y de líricas y reaccionarias loas a la Transición borbónica".

Mientras Pacho seguía publicando libros, yo me dedicaba a escribir diatribas y cartas a Odette (Cebrián), por haber destruido el periódico en el que aprendí lo poco que sé de periodismo. Tomar la decisión de salir de PRISA me costó dos borracheras espantosas de tequila. Pero debo agradecerle a Cebrián que me animara a pedir el finiquito cuando le eché en cara aquel ERE salvaje, una tarde de 2012 en París 'sin aguacero'. Recuerdo que le reproché que hubieran echado a gente como Enric González, y él me dijo: no eres peor que Enric, mientras mi cabeza cortada rodaba por la moqueta del Hotel Lutetia.

Escribiendo editoriales en aquellos primeros días de CTXT con Pacho, y a veces también con Soledad Gallego-Díaz, volví a disfrutar del periodismo, aunque debo admitir que nuestra influencia durante este quinquenio ha sido nula. Dijimos, antes que nadie, que el PP era una 'organización criminal' que debería ser sometida a un cordón sanitario si no saneaba su caja B y renovaba su cúpula.

Miguel Mora

Pedimos antes que nadie (¿quizá fuimos los únicos?) un 'gobierno a la portuguesa', y la coalición tardó 5 años en llegar. Pedimos el cordón sanitario para la extrema derecha y El Hormiguero "invitó a Abascal dos días después". Apoyamos a Sánchez y denunciamos el tapón que habían aplicado durante décadas los 'sultanes del bipartidismo', y llegó Verónica, aquella muchacha que viajó desde Sevilla hasta la calle Ferraz de Madrid, y dijo: “La máxima autoridad del PSOE soy yo”.

También contamos cómo nuestras élites políticas / mediáticas / empresariales, sordas y alejadas de los problemas de los ciudadanos, totalmente cegadas por el 'becerro de oro' y por mantenerse en el poder, "dejaron corromperse y pudrirse TODAS las instituciones a base de no admitir relevos, transparencia ni rendición de cuentas"

Y cómo convirtieron la lucha contra ETA y la Cultura de la Transición (la CT de Martínez) en las bases fundamentales de un régimen encantado de haberse conocido, que solo se expandía a base de ladrillazos y que en esencia "sirvió para mantener los privilegios de los de siempre y para frenar la llegada de aquel paraíso que la Constitución prometía: una democracia moderna, social, europea, con una información de servicio público, basada en hechos y datos reales".

Durante estos seis años y medio de libertad y desfachatez, predicando en el desierto, también contamos cómo, para sobrevivir al latrocinio sistemático de su padre, Felipe VI animó a los 'influencers' de corbata y toga y a las hordas mediáticas de la corte a sacar el hacha de guerra contra unos líderes procesistas que el CIS no conseguía convertir en problema ni a tiros. La estrategia finalmente derivó en una guerra de propaganda, hasta que el rey Felipe encontró la gran cortina de humo que le ayudaría a recuperar la credibilidad de la Corona fuera de Catalunya y el País Vasco:  

"Exigir mano dura a los jueces y fiscales del Supremo –muchos de ellos franquistas y/o nacionalmadridistas de corazón–, que no tuvieron remilgos en encarcelar a esa docena de 'peligrosos políticos secesionistas' que iban a declarar la independencia pero que antes de terminar la frase, ya se habían arrepentido".

Bueno, basta de palabrería y de medallas. Al turrón: Sánchez-Cuenca escribió un artículo en La Vanguardia titulado ‘Plena, pero anómala’. Lo pueden leer aquí. Como dije al principio, es brillante, claro y ofrece vías "para abrir un debate serio y profundo sobre el estado de la democracia española". Por supuesto, "estoy muy de acuerdo con él y con su colega Robert Fishman en que la democracia española es nominalmente plena, pero sufre anomalías que lastran su calidad, y por ello hay mo­tivos para la crítica y es saludable que hablemos de ello y pensemos en cómo mejorar el sistema.


La Justicia española - Pedripol

FUENTE: ctxt.es
Cartas moriscas
Miguel Mora
07/03/2021

CONTINÚA...

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