14/5/21

ANTIPOLÍTICA (II)

...CONTINUACIÓN:

Mitificación de una falsa libertad individualista como coartada ideológica neoliberal

Vayamos por partes. Que Díaz Ayuso, con su concepto de libertad, se dirija no sólo a quienes pueden optar por consumir "unas cañas de cerveza cuando y como quieran", sino a quienes tienen que servirlas desde el amplio 'sector empresarial y laboral de la hostelería' muy descuidado de hecho por el gobierno de Madrid, siendo eso algo que queda oculto por la retórica con que éste se maneja–, no quita un ápice de hedonismo grosero a quien manipula ese sector para acogerse a una variante actualizada del antiguo dicho comamos y bebamos, que mañana moriremos.

Bajo el manto de una 'defensa fraudulenta de la libertad' para supuestamente "compaginar cuidado por las vidas y protección de la economía en tiempo de pandemia, lo que se hace es defender una 'política neoliberal dura' que usa la libertad de los individuos como encubrimiento ideológico de una 'irrestricta libertad empresarial', la cual a su vez se aprovecha de las pequeñas y medianas empresas para dar cobertura a las tajadas de grandes grupos empresariales a través de la 'privatización de servicios públicos'".

El simplismo retórico se dedica a difundir las coartadas ideológicas, rematadas en "mitificación de una libertad tan insolidaria como individualista, que tapan complejas maniobras de largo alcance político respecto a estructuras económicas y los consiguientes reajustes sociales".Y el pueblo libremente lo apoya, lo cual no es óbice para que otros, también del pueblo, señalemos la trampa que encierra. El pueblo, numéricamente considerado además como mayoría de votantes, "no siempre lleva razón", aunque en sus decisiones, estrategias y discursos acumulen errores quienes políticamente se sitúan en el lado opuesto de esa amalgama ultraderechista que encarna hoy el PP de la Comunidad de Madrid.

Lo sorprendente, con todo, es que desde el lado opuesto a la mixtura de conservadurismo, neoliberalismo y concesiones al neofascismo que Díaz Ayuso encarna no se haya puesto más empeño, siquiera con pinceladas esquemáticas, pero precisas, en desmontar un discurso que ha gravitado sobre ese concepto del más ramplón libertarianismo de derechas que con tanto éxito se ha utilizado como munición electoral contra la izquierda y como señuelo publicitario hacia el potencial electorado de la derecha.

El concepto de libertad ahora acreedor de crítica ni siquiera es un concepto liberal defendible como tal. Si el pensamiento liberal, al tomar una nueva noción de libertad como bandera de los modernos frente a los antiguos, según lo hizo ver Benjamin Constant hace mucho tiempo, cuando subrayó la libertad como libertad de los individuos entendida cual la 'libertad negativa' que tanto ensalzó Isaiah Berlin, en el sentido de libertad como 'no interferencia' en derechos que el individuo ha de ver protegidos por el Estado como derechos civiles, no es para decirle de manera frívola a los ciudadanos "que nadie les va impedir que se vayan de juerga".

Cuando se ha hecho así es tal ejercicio de irresponsabilidad que ningún liberal decente puede darlo por aprobado –y en España los hay, aunque es de lamentar que no eleven su voz con suficiente fuerza para hacerse oír.

Desde una concepción republicana de libertad como la expuesta por Philip Pettit se hace notar, respecto al mismo concepto liberal de “no interferencia”, que dicho concepto implica que se trata del rechazo de toda interferencia arbitraria, como es la que se pone en juego en todo abuso de poder por actuación ilegítima de poderes públicos cuando, entre otras cosas, "se saltan las mismas leyes a las que están obligados".

Lo chocante aquí es que esgrima un lema libertario "quien se ha saltado 'leyes y acuerdos políticos' con apoyo jurídico", e incluso despreciado 'criterios éticos elementales' ante las situaciones de las residencias de mayores, en momentos cruciales para la misma salud pública, como ha hecho quien viene de ser presidenta de la Comunidad de Madrid y va a volver a serlo en el futuro inmediato.

La verdad es que es tan chocante como patético ver a enfervorizados militantes del PP gritar “libertad” cuando ni siquiera se atreven a criticar abiertamente la dictadura franquista. Mediante constatación histórica de largo recorrido cabe expresar el asombro que produce esa interesada reivindicación de libertad por los que son herederos de quienes abatieron nuestra primera constitución liberal al grito de “¡vivan las caenas!”.

FUENTE: ctxt.es
José Antonio Pérez Tapias 
08/05/2021

Cuando quienes siempre han despreciado la libertad (sobre todo la ajena) se apropian del término y lo subvierten, convirtiéndolo en un eco que, desvirtuado de su auténtica razón de ser, acaba por identificar tan sagrada palabra con los intereses espurios del neoliberalismo, algo cruje en el seno de la sociedad.


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