- ¡Coño!... ¡El Cuarteto de Alejandría!
Haciendo mención a la famosa tetratología novelística del británico Lawrence Durell, que no tiene nada que ver ni con la música, ni con los perros, ni con sus ladridos; una frase incoherente con aquella situación, a no ser por la coincidencia numérica de las cuatro piezas.
Pues recapacitando sobre mi absurdo e incongruente dislate, decidí aprovechar el desatino y otorgarles el nombre en cuestión al grupo de perritos. Desde ese momento han pasado a ser para mí: "El Cuarteto de alejandría". Ahí queda eso.
Miguel Ángel G. Yanes
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