6/5/19

DISLATE

Hay frases que emergen a veces desde las profundidades del subconciente, enhebradas en quién sabe qué, y terminan enredándolo a uno, estando a punto incluso de hacerlo caer en el absurdo, como me ha ocurrido esta mañana en la que, los cuatro perritos que adornan el balcón de una vecina, sin venir a cuento (me ven todos los días y no lo hacen) me recibieron con un desaforado concierto de ladridos que me hizo decir a bote pronto:


- ¡Coño!... ¡El Cuarteto de Alejandría! 

Haciendo mención a la famosa tetratología novelística del británico Lawrence Durell, que no tiene nada que ver ni con la música, ni con los perros, ni con sus ladridos; una frase incoherente con aquella situación, a no ser por la coincidencia numérica de las cuatro piezas.



Pues recapacitando sobre mi absurdo e incongruente dislate, decidí aprovechar el desatino y otorgarles el nombre en cuestión al grupo de perritos. Desde ese momento han pasado a ser para mí: "El Cuarteto de alejandría". Ahí queda eso.

Miguel Ángel G. Yanes

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