"Vótame. Soy un ladrón, un cofrade de narcos, un oportunista, doy asco, lo sé... Pero vótame para que no gobiernen los socialistas". Y luego está el mensaje verdadero y visceral dirigido a las tripas del votante es "¡No votes al PSOE, que nos sube los impuestos!" Pero lo visten de "hay que generar riqueza; y la mejor forma de generar riqueza es empezar por no perderla en impuestos. Santa Rita lo que se da no se quita".
"Los ácratas no podemos estar más de acuerdo en que se paguen las pensiones, se eleven las mínimas hasta superar con creces el nivel de subsistencia, se reduzcan esas pensiones desaforadas de los políticos porque son purria humana, se financie la sanidad y la educación, se procuren sueldos mínimos" (aunque los empresarios se limitarán a contratar a media jornada y hacer que los trabajadores la hagan completa o se van a la calle, que hay cola), etc... Normal. Somos de izquierdas: "Izquierda significa reparto. Derecha, insolidaridad. A veces, repartir conduce a la ruina. Otras, la insolidaridad genera riqueza y algo toca. Luego cada uno lo viste como quiere, pero es eso".
"Otra cosa distinta es que a los ácratas no nos gusta el sistema educativo que financia el estado, con gobiernos de derechas e izquierdas, tan diverso como autonomías hay y adaptado a la manipulación de la juventud desde que aprende a leer; ni el sistema sanitario en taifas que hace que viajar sea un peligro; ni una policía que no sabes qué piensa, en qué cree, si es nacionalista o española; ni un sistema impositivo con más capas que el hojaldre".
"Pero no debe votarse pensando sólo en derribar a un político o un partido concreto. Es antidemocrático. Claro que España no es una democracia formal. Pero votar para que no gobierne un partido determinado es una aberración, es el colmo". Apela a lo peor del ser humano.
"'¡Que viene la derecha!' y '¡Que nos machaca la izquierda!'" debieran transformarse en '"¡Me gusta la izquierda que gobierna!' y '¡La derecha será liberadora!' Pero es que esos mensajes no existen porque son imposible".
Los políticos, ya sean de derecha o de izquierda no piensan en ti, sino en ellos. Y lo sabes.
"España es como un buque con la obra viva llena de agujeros que se taponan como buenamente se puede para que no se hunda y nos arrastre con él al fondo del océano". El relevo político es siempre un parche, no se produce porque el que llega sea mejor que el que sale, sino porque aún no ha demostrado que es todavía peor. El Pacto Oligárquico firmado en 1978, que parece que nadie conoce, es éste: "Haz a tu antecesor bueno, no te preocupes de otra cosa; y esta 'putocracia' seguirá por mil años".
"Cuando el sistema degenera hasta ciertos límites, la reacción no encuentra partido para oponerse. Y rápidamente surge uno para llenar el hueco de oportunidad. Es el caso de Vox, partido que no tiene más razón de existir que oponerse al independentismo periférico español, al catalán y al vasco, especialmente".
"¿Podéis imaginar un país idílico en el que un gobierno lo haya hecho bien, pero votemos a otro para que lo haga aún mejor? ¿Os imagináis una progresión de buen hacer democrático en el que se viva tan bien que si se vota a otro sea para vivir aún mejor? ¡No, no podéis porque no existe!"
¿Cuál es la solución? Leerse los programas electorales. Traducirlos al lenguaje llano, o sear, entender lo que quieren decir, en realidad, que muchas veces lo opuesto a lo que dicen (*). Y luego votar al partido que te guste... ¡¡¡o no votar a nadie!!!, que es lo que suele suceder cuando te informas de verdad.
Pronto llegan las elecciones municipales. Son las únicas que tienen cierto sentido ciudadano. Las decisiones políticas te afectan al máximo en cosas cotidianas. Afina el tiro.
ÁCRATAS
(*) NOTA.-
¡Así de claro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario