19/2/20

ODIADORES DE TURNO

La internacional del odio

 
A lo largo y ancho del el mundo estamos asistiendo a un avance de las organizaciones y partidos políticos de 'extrema derecha' que conforman un entramado perfectamente coordinado a nivel global y en conexión con grupos fundamentalistas religiosos, principalmente 'evangelistas' y 'católicos'.

Este movimiento refuerza gobiernos autoritarios, derroca a presidentes electos democráticamente, da golpes de Estado, encarcela a opositores políticos, legitima el 'neoliberalismo' como religión monoteísta del mercado y se opone a la aprobación de leyes en defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

Este 'Cristo-neofascismo' se alimenta del odio, crece e incluso disfruta con él, lo fomenta entre sus seguidores y pretende extenderlo a toda la ciudadanía.



Los principios morales de la mayoría de las religiones y más en concreto del cristianismo, se basa en el perdón, el amor al prójimo (incluidos los enemigos) y la renuncia a la venganza. Sin embargo, todo lo que plantea este 'Cristo-neofascismo' es absolutamente contrario a lo que plantea el cristianismo de siempre. Se han apropiado de la palabra de Cristo para hacer políticas 'neofascistas'.

Si hacemos memoria histórica, podemos comprobar cómo en nuestro país, la Iglesia y el 'franquismo' se unieron para beneficiarse mutuamente, llevándonos a una de las más oscuras y tétricas etapas de la historia de España, con el 'odio a los contrarios', la 'anulación de la libertad de prensa', el 'reforzamiento del papel del patriarcado' y la anulación de todo aquello que no se ajustara a lo que ellos denominaban 'normalidad'.

Este movimiento surge a través del pontificado de Juan Pablo II, que se distinguía por su profundo 'conservadurismo' y 'misoginia'. Fue el momento donde se desarrollaron movimientos 'ultraconservadores' dentro de la Iglesia, tales como 'Comunión y Liberación', 'Neocatecumenales', 'Legionarios de Cristo' o la expansión del 'Opus Dei'.


Al mismo tiempo, se iban formando otro tipo de organizaciones adheridas a estas, algunas de carácter secreto como sucede con 'El Yunque' en España, que tiene una fuerte actividad en política, en su órbita existe 'Hazte Oír' o fundaciones como 'Educatio Servanda'.

El odio los lleva a una serie de manifestaciones y agresivas contra la teoría del género a la que llaman despectivamente 'ideología de género'; contra el feminismo al que denominan 'feminazismo', contra los programas de educación afectivo-sexual en colegios bajo la consigna “con mis hijos no te metas”; acepta la violencia de género, contra el movimiento LGTBI, el matrimonio igualitario y la homosexualidad, la interrupción voluntaria del embarazo y las personas y lo colectivos migrantes, refugiados y desplazados.

"La internacional del odio defiende el fortalecimiento patriarcal, exige la sumisión de la mujer, niega dogmáticamente el cambio climático y se opone a las medidas para combatirlo".


Practica el 'epistemicidio', que consiste en el desprecio de los conocimientos y saberes que no se atienen al modelo cultural occidental, mostrando un 'odio visceral' a las personas musulmanas, judías y negras. Se opone al laicismo y está a favor del teísmo político y de la confesionalización cristiana de la política, la educación, la cultura, es contraria al evolucionismo y defiende la teoría creacionista.

El salto a la política del movimiento del odio supone un grave retroceso en la autonomía de la política y de la cultura, en la secularización de la sociedad, en la separación entre Estado y religión y en la autonomía de la ciencia. 

VOX agrupa a los nostálgicos del franquismo, pero sobre todo, su núcleo dirigente sale de estos movimientos 'ultraconservadores', recogiendo la experiencia, que ya se había realizado en otros países europeos, como son el caso de Polonia, de Hungría o de Salvini en Italia.


Sus planteamientos se basan en el 'ultraliberalismo' económico y social, exigiendo una libertad de mercado total y que el papel del Estado sea mínimo, solo 'policía y ejército' para garantizarles la propiedad privada. Para VOX el papel social del Estado no existe.

Su pensamiento fundamental se basa en el 'patriarcado' como organización social, de ahí su ataque continuo al feminismo y a la violencia de género.

Mientras tanto muestra una 'total insensibilidad' ante los fenómenos de la pobreza y la injusticia estructural, las dictaduras militares, las crecientes desigualdades por razones de etnia, cultura, religión, género. Clase social, identidad sexual, etc.


Como comprobamos, todas las declaraciones de sus militantes representan una vuelta a la 'España negra' de finales del siglo XIX o a la época del 'franquismo'. Lo que resulta incomprensible en el siglo XXI haya mujeres que voten a VOX y que participen en su actividad política, pues significa la humillación de ser consideradas 'seres inferiores'.

Más que nunca defendamos la democracia y luchemos contra los que propagan el odio sobre otros seres humanos.

"La historia está llena de desastres protagonizadas por estos movimientos".


FUENTE:  nuevatribuna.es
Edmundo Fayanas Escuer
18/02/2020

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