8/2/20

LA CALLE DE LA ARENA

Plaza y Calle de la Arena - Candelaria (principios del siglo XX)

Paseando por la candelariera calle de La Arena (de la que ya no queda un solo grano) no pude por menos de recrearme mirando una de las pocas casas antiguas que a la calle le quedan. Absorto estaba en la contemplación de su hermosa y sencilla fachada de dos plantas, enmarcada entre el blanco y el verde, cuando la acristalada puerta del zaguán, recubierto de potos -verdiblancos también- dejó ver la figura de una niña tras la que venía un adulto que, con una ligera carantoña, la apremió a que lo dejara salir con su pesada carga.

Antigua Calle de la Arena, hoy Obispo Pérez Cáceres (Candelaria)

Una vez colocados los barriles metálicos en el interior de un carro de supermercado, se percató de mi interés, y acercándose, me pregunto:

- ¿Le gusta?

- ¡Sí! Creo que es la casa más bonita que le queda a la Calle.
  

- Ciertamente -Respondió-

Entonces le pregunté:

- ¿Recuerda usted si esa otra casa antigua (dos viviendas a la izquierda de la suya -cerrada a cal y canto- y de una sola planta y fachada mucho más sencilla) era una barbería?

La antigua barbería

- Claro. ¿Por qué lo pregunta?

- Es que no estaba muy seguro de si se trataba de la misma casa, pero entre las brumas de la infancia recuerdo a mi tío abuelo Agustín arreglándose en esa barbería.

Lo pensé para mí en esos segundos que se escapan del tiempo: "corte de pelo a navaja, peinado con fijador y raya a un lado, bigotillo finamente recortado, enjabonado y rasurado facial, masaje y toalla caliente cubriéndole la cara. Un completo de la época, en toda la extensión de la palabra. No sé yo si también le harían las cejas y las uñas. Lo que estaba claro era que al salir de allí, elegante, guapo y rejuvenecido, parecía un auténtico dandy a pesar de que frisaba ya la cincuentena".

Agustín Jorge de La Rosa

- Pues todavía sigue todo ahí dentro -me dijo, rompiendo mi súbita abstracción- La he visto abrir en alguna ocasión y se halla tal cual la dejaron el último día en que se utilizó. Además, se encuentra en venta.

- Mi interés no es de tipo inmobiliario, pero sí que me gustaría verla por dentro.

- Pídale a la inmobiliaria que se la muestre.

- Lo pensaré -respondí-. Y nos despedimos.

Antiguo sillón de barbería

Yo seguí avanzando por la calle observando con detenimiento las poquísimas fachadas originales que aún le restan, y -cómo no- las barbaridades arquitectónica que los diferentes concejos municipales han consentido con el paso del tiempo: unos edificios feísimos y de más alturas de lo conveniente que han generado un evidente deterioro del entorno.

Hay alguna cosilla reseñable de construcción moderna que no canta demasiado, como la Escuela de Música 'Abilio Alonso Otazo', que sin ser una maravilla arquitectónica conserva una estructura más o menos acorde con lo que antaño había. 

Otras casitas, reformadas con más voluntad que gusto, perviven también, mientras que las hay que se desmoronan irremisiblemente sin atención alguna, ni por parte de la comunidad ni de los propietarios. Una auténtica pena porque se ha perdido, al menos en esta zona, la antigua identidad de la villa mariana.

Escuela de Música 'Abilio Alonso Otazo'

Miguel Ángel G. Yanes

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