7/11/18

EMBALSE DE CAZALEGAS – TOLEDO (POEMA)


(A Eduardo y Mª Carmen)

Una extensa llanura de agua plácida
Como un cristal fulgente donde el sol
Reverbera al ocaso y tiende un puente,
Con su mágica luz, de orilla a orilla.

Densa y feraz vegetación recubre
Sus márgenes con zarzas, carrizales,
Bellos cañaverales, espadañas…
Toda suerte de ribereñas plantas
Y altos árboles de porte majestuoso:

Álamos, olmos, chopos; algunos sauces
De llorosas copas, empeñados
En contribuir al cauce del pantano
Con el verde brillante de sus lágrimas.


Una compacta bandada de ocas huye
Graznando aguas adentro, perseguidas
Por el instinto cazador de un perro que,
Nadando apenas como puede, intenta
Darles un muerdo a modo, sin saber
De la mala gandinga de sus picos.
 

Presa del abandono, triste, roto,
Un antiguo embarcadero, herido
Por la pátina roja de la herrumbre,
Con un esfuerzo ímprobo se adentra
En las aguas someras del pantano.
Sueña con hundirse para siempre y yacer
En la profundidad oscura de su vientre.

En la ribera opuesta, difuminadas casi
Por la densa vegetación lacustre,
Las casitas de Serranillos brillan
Bajo las crestas lejanas de la sierra.

La tarde muere lenta, consumida
En las últimas ascuas de la luz.
Un águila real, solitaria planea
Bajo un cielo que ya es plomo y ceniza.

Laura y Duque (septiembre de 2017)

Miguel Ángel G. Yanes

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