Iván, Laura y Maki...
La sombra soy yo.
Pues bien, en dicho poema no le di cabida a la visita de un curioso personaje que, sin conocernos de nada, se acercó hasta nosotros para terminar tendido a nuestra vera:
UN BIS
Fue entonces cuando un perro,
Cariñoso y minúsculo, ajeno por completo
A la aguda insistencia de su dueña,
Vino a echarse sin más a nuestro lado,
-Al fin y al cabo extraños en su entorno-
Sublimando la magia del instante
En que un sagrado vínculo unifica,
Más allá de las formas y los seres,
La conciencia global que compartimos.
- Es curioso -nos diría posteriormente su dueña- nunca se acerca a los desconocidos.
Por algún extraño motivo, para aquel chucho no lo éramos.
NOTA: Este bis viene a cuento de que, hace unos días, he soñado con él.
Miguel Ángel G. Yanes
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