2/10/20

QUINO

Muere Quino, el creador de Mafalda

Saltó a la fama por sus tiras cómicas y por su personaje más difundido a nivel global: la pequeña Mafalda.

El dibujante y humorista gráfico Quino junto a su criatura, la pequeña Maflada.- REUTERS
El dibujante y humorista gráfico Quino junto a su criatura, la pequeña Mafalda.- REUTERS

El artista gráfico Joaquín Salvador Lavado, universalmente conocido como Quino, ha fallecido en Mendoza (Argentina) a los 88 años. Saltó a la fama por sus tiras cómicas y por su personaje más difundido a nivel global: la pequeña Mafalda.

Hijo de inmigrantes andaluces, nació en la ciudad de Mendoza el 17 de julio de 1932. Desde su nacimiento fue llamado Quino para distinguirlo de su tío Joaquín Tejón, pintor y diseñador gráfico.

El autor que, tras quedarse viudo había regresado a Mendoza desde Buenos Aires a finales de 2017,  sufría problemas de salud, aunque siguió asistiendo a diversos homenajes a su obra. Quino desarrolló las aventuras de su personaje más popular entre 1964 a 1973, aunque "las historias de la icónica niña se han replicado en todo el mundo hasta la actualidad".

La irreverente Mafalda fue, de todas sus creaciones, la que le hizo universalmente conocido. Quino recibió en 2014 el Premio Principe de Asturias de Comunicación y Humanidades, un galardón que −tal y como apuntó el jurado en su día− le fue otorgado por el "enorme valor educativo y dimensión universal de su obra".

Comenzó su trayectoria como viñetista a los 18 años, cuando tras abandonar la Escuela de Bellas Artes se trasladó a Buenos Aires dispuesto a hacerse un hueco en la prensa del momento. Fue en 1954, el año en el que publica su primera tira cómica en el semanario Esto es. Después tuvo que esperar 9 años después para ver publicado su primer libro.

Bajo el título, Mundo Quino, el prometedor humorista gráfico hizo sus pinitos hasta que, en 1964, en la revista Primera Plana, asomó por primera esa niña irreverente y lúcida llamada Mafalda; su más famosa criatura.

FUENTE: publico.es

Comprometido, luchador, solidario, agudo, caústico... hemos vuelto a perder a otro de los luminosos, humorísticos pilares de esta civilización que, mal que les pese a los dueños oscuros, sigue siendo nuestra, merced al trabajo duro, al valor innegable, a la igualdad, a la fraternidad, y a la fuerza moral de esa mujer que, casi desnuda, corre en vanguardia guiando nuestros sueños, muchas veces a través de viñetas.

No sé si allá arriba los obreros de algún dios misterioso andarán construyendo algún palacio con esas piedras de luz que les están llegando últimamente.

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