Puede que muchos, sobre todo los más jóvenes no la hayan visto escrita con anterioridad, y mucho menos pronunciada, a no ser, claro está, que fablen galego; porque en lingua galega, pervive aún.
Me refiero a esa palabra antigua, proveniente del término latino verecundia (vergüenza), que en castellano se encuentra ya en desuso y que no sé muy bien porqué, me brotó desde las uñas de los pies como obedeciendo a una rabia ancestral:
¡¡¡Vergoña!!!
Eso fue lo que grité cuando, los que se consideran la izquierda de este país, votaron al unísono con el Partido Popular para sacar adelante el tremendo "pasteleo" de la ley de abdicación de Juan Carlos I, encaminado, a las claras, a defender los intereses de la poderosa oligarquía española. El texto legal llevará a la proclamación de un nuevo rey, pasándose, por salva sea la parte, el sentir popular, que reclama abiertamente la convocatoria de un referéndum.
Hubo, no obstante, unos pocos que fueron coherentes incluso con los postulados de su partido. Cabe destacar a Odón Elorza que votó en contra de lo ordenado, y a los diputados Guillem García (balear) que se ausentó de la sesión, y Pilar Rodríguez (coruñesa) que decidió no asistir; ambos para no traicionarse a si mismos.
A la piña formada por PSOE y PP se unieron también los de Rosa Díez (UPyD) y afines. Mientras que los miembros de CiU, PNV y uno de Coalición Canaria, se decantaron por la abstención, la Izquierda Plural, el BNG y otras formaciones minoritarias se pronunciaron en contra. Por su parte, los siete componentes de Amaiur expresaron su rechazo abandonando el hemiciclo en el momento de comenzar las votaciones.
Para colmo, Alfredo Pérez Rubalcaba, jefe de algo aún, ha sido uno de los que ha planteado la dicotomía, para hacer un canto por la monarquía como modelo de Estado.
Digo yo que si se referiría al "canto del cisne".
Bueno, y de los pelotas... mejor ni hablar; como de ése que en el momento de la votación, se atrevió a gritar: ¡viva el rey!
No quiero dejar de lado este asunto sin hacerme eco de unas palabras del Ciudadano Plof:
"¿Qué carajo de democracia es ésta, en la que los diputados no pueden votar en conciencia sino obedeciendo una consigna de partido? Me resulta algo sencillamente bochornoso."
"Veo al PSOE a punto de diluirse como un azucarillo en el café con leche de los Borbones."
Miguel Ángel G. Yanes
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