Harto de los mensajes de odio homófobos que difundía continuamente la Iglesia Bautista de Westboro, el vecino y activista por los derechos sociales Aaron Jackson pintó en 2013 su casa con los colores de la bandera gay, un precioso arco iris para que los retrógrados feligreses de la otra acera se impregnaran de homofilia y, quién sabe, salieran del armario.
La colorista casa Peace Equality de Topeka es uno de los cientos de edificios erigidos -pintado, en este caso- en todo el mundo con el único fin de fastidiar al vecino, “spite houses”, en inglés. El alemán incluso tiene una palabra para definir estas construcciones: “Neidbau”, literalmente, “construcción de envidia”.
FUENTE: publico.es
Strambotic
31/05/2019
Contra la intolerancia cerril de algunos, lo mejor es expresar ante sus propias narices, la magnificencia de la libertad en todas sus vertientes.
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