Siempre habla del miedo. De hecho hace poco leí un artículo suyo, “Fortalecer el miedo”, publicado en la revista La Maleta de Portbou. ¿Por qué el miedo es importante en su pensamiento?
"El miedo es biológico, es una alerta interior que tenemos para poder responder ante ciertos peligros. Los actuales regímenes políticos lo manejan muy bien". Vivimos un momento en el que las personas no consiguen ver el futuro y perciben la supervivencia desde la creación de identidades cerradas y son empujadas a emociones tan primitivas como el miedo.
"Consideran que lo que está en juego es la supervivencia y desde ahí es imposible pensar como ciudadanos y como agentes sociales. Y no se trata de individualismo, todo lo contrario, es la pertenencia a una tribu o a un ejército que permita la protección de uno, pero vía la aniquilación del 'otro'”.
"La condición mozambiqueña ha pasado por ahí. Nos hemos matado entre nosotros en una guerra civil que duró diecisiete años". Después de ese tiempo no nos quedó más remedio que sentarnos a dialogar. Nos sentamos en una mesa con aquellos que considerábamos demonios y diablos. En ese diálogo se entendió que no éramos tan diferentes y nos dimos cuenta de que lo que nos separaba era construido, inventado. "El miedo siempre es más inventado que real".
Hace apenas unas semanas Mozambique fue azotado por el ciclón Idai, justo en la zona que usted nació, en Beira. He estado haciendo un seguimiento de los artículos que han ido surgiendo en medios que no existían en anteriores inundaciones, como la del 2000. Con esto quiero decir que ahora el panorama de representación cultural del continente africano ha cambiando y existen muchas voces que hacen lecturas complejas de la situación.
No sólo existe una voz, la del salvador que a la vez es el verdugo. Las nuevas voces hablan de reparación económica por el cambio climático. Me gustaría saber qué piensa de este posicionamiento, además como biólogo, ¿cómo valora la situación actual de Mozambique, es un país que está en peligro por las consecuencias del Cambio Climático?
"Tenemos varias respuestas y todas ciertas, aunque contradictorias. Por un lado creo que Mozambique tiene que reivindicar la postura de no culpabilidad por los cambios climáticos de la región, los culpables tienen que indemnizar, no ayudar, que es diferente".
Pero esta posición no nos debe eximir de nuestra culpa. Mozambique, aunque no sea un país industrial, produce mucho CO2 y gases de efecto invernadero a través de la quema descontrolada de residuos.
"Anualmente pasan tres grandes ciclones por la costa de Mozambique, es un hecho meteorológico que se ha visto agravado por el cambio climático", no es un hecho nuevo, una sorpresa. Como te comenté, en 1962 viví un ciclón en Beira, tenía apenas siete años pero me acuerdo de ver tejados volando desde mi ventana.
Era fascinante pero no entendía que era una tragedia lo que estaba pasando. "Los ciclones no son excepcionales, por lo que no se puede seguir llamando a esto catástrofes y accidentes, sino que forman parte de nuestra meteorología. Estamos en un territorio que obliga a tener una política estricta para poder responder a estas situaciones".
¿Cuál es el papel del Estado mozambiqueño a la hora de gestionar el medio ambiente?
"Nuestra tragedia es que dependemos de la voluntad de determinadas personas, no existen actuaciones estatales independientemente de esas personas". Ahora contamos con un el ministro de Tierra y Medio Ambiente de Mozambique, Celso Correia, que está avanzando mucho en términos ambientales.
"Uno de sus grandes logros está siendo limitar la tala de madera, muchas empresas chinas empiecen a abandonar el país". También está recuperando los Parques Naturales. Mi gran felicidad sería ver crecer a las instituciones más allá de las personas.
Entonces existen proyectos nacionales de desarrollo y protección del medio.
"Sí, y siempre los han existido, pero sobre el papel". Lo que hay que hacer que es exista un compromiso de ejecución.
El ciclón Idai no ha llegado en un buen momento, ¿qué consecuencias económicas y sociales tendrá?
"El Idai ha llegado en un momento en el que la deuda del país es elevada, y hace poco ha salido a la luz la existencia de una deuda oculta". Por otro lado estábamos a punto de iniciar la producción de gas, nuestra esperanza de recuperación económica. "El Idai nos ha azotado económicamente, claro, calculo que hemos tenido un retroceso de diez años y continuará pasando factura"
La ayuda apenas está llegando ahora, lo que ha venido hasta el momento no ha sido suficiente. Pero "es otra toda tragedia africana más, se olvidará y la tendremos que acarrear solos". Pese a esta gran tragedia, se está haciendo un trabajo de mejora de las infraestructuras de las zonas remotas. Es decir existe una política de construcción e infraestructuras para mejorar la calidad de vida de las poblaciones.
Entonces el un país no se ha paralizado.
"No, en absoluto, tenemos la suerte de no tener petróleo sino gas. El petróleo facilita la corrupción rápida y la no organización de un Estado. Pero el gas implica un inversión enorme en infraestructuras y facilita la creación de pequeñas empresas que distribuyen la riqueza". Ahora, nos preocupa que sean empresas nacionales, no extranjeras.
Volviendo a su obra. En occidente existe una lectura particular de sus libros respecto al realismo mágico, las mitologías africanas… ¿Usted cree que se hace una lectura correcta de su obra o se entiende cómo lejana y exótica?
"La mayor tendencia es leerla desde exotismo y por lo tanto se perpetúa una relación con África que se desarrolla dentro de unos marcos estereotipados construidos desde Occidente". También es cierto que existe una perpetuación de esos estereotipos por parte de los africanos que han continuado haciendo una literatura que era la que se esperaba de ellos: con "brujos, mitos, tribus…"
Pero ahora existen africanos que se están oponiendo a estas visiones e introducen otras corrientes y estilos."Las nuevas generaciones ya no les importa saber qué espera Occidente de ello". Me enorgullece escuchar voces que han salido del gueto africano y dialogan con el mundo.
¿Qué papel tiene la gente joven en el futuro? Aunque según alega, no existe la idea de futuro las lenguas africanas.
Sí, pero las personas tienen presente la idea de futuro. Igual hay que distinguir de lo que pasa en el campo y en la ciudad. "Para las poblaciones rurales la idea de futuro es aquello que pasa en su propio horizonte, sienten la aldea como un país".
Aunque se está transformando su percepción porque los móviles e internet hacen que su entendimiento del mundo se esté ampliando.
En cambio "los jóvenes urbanos son más exigentes, ya no se satisfacen con el discurso político saturado del colonialismo y de culpa de Europa. Estos quieren ver transformaciones y actúan para conseguirlas, y observo como mucho gusto como está surgiendo muchas asociaciones culturales y cívicas".
En Luanda (Angola) por ejemplo, hay una efervescencia cultural muy interesante. Es muy importante este cambio de pensamiento porque entienden que no tienen que estar a la espera del Estado. Muchas veces me cuestiono si en materia de cultura tiene que existir la intervención estatal.
Bueno, creo que cada uno tiene su función. Supongo que hay que conseguir la medida justa de intervención cultural Estado. Habría que evitar lo que ha pasado en España, que hubo una sobreintervención cultural hasta que llegó la crisis, y no dudaron en recortar presupuestos.
Me hace feliz ver como en los países africanos la sociedad civil es quien lleva el gran peso de la cultura, pero a mi parecer el Estado tendría que intervenir un poco más.
Sí, "entiendo que tiene que haber regulaciones en términos de leyes pero no puede ser un agente cultural más sino un mediador. La sociedad civil ya se ha cansado de esperar al Estado y está encontrando estrategias de autogestión". Por ejemplo, los músicos africanos están encontrando sus propias estrategias de supervivencia, además está creando conexiones con otros países.
¿Entonces hay mucha relación con los países vecinos a nivel cultural?
"En realidad no tanta, quizás más con Sudáfrica". Desconfío que los mozambiqueños conozcan a la escritora NoViolet Bulawayo, y no sólo eso, puede que la conozcan pero dudo que lleguen a leer algún libro de ella porque no están traducidos. Y si lo están se harán en Brasil o Portugal.
Por lo tanto "un mozambiqueño que quiera conocer un escritor de Zimbabwe tiene que venir a Europa. Con esto quiero decir que persisten las relaciones coloniales. Tienen que venir a Occidente para entender lo que pasa a nivel de literaturas africanas". Yo en este viaje, vengo con la intención de comprar una serie de autores.
¿Cuáles?
Leo mucha filosofía, como escritor me interesa entender cómo los mecanismos de pensamiento son construidos a través de las historias. Y el filósofo ghanés Kwame Anthony Appiah es muy bueno en este sentido, recomiendo la lectura de "On my father’s house o Las mentiras que nos unen".
¿Qué otros escritores de origen africano recomendaría?
"Existen toda una generación de nigerianos de la diáspora que publican sobre todo en Estados Unidos", esos son un mundo aparte, pero son interesantes como Chimamanda Ngozi Adichie, que se está convirtiendo en toda una institución. "Aconsejo la lectura de Chinua Achebe. Es un error que no le hayan dado el Nobel de Literatura" fue un gran escritor con una gran calidad literaria".
Las mujeres están posicionándose fuerte, conozco más las que están traducidas al portugués, porque la literatura la prefiero leer en portugués. Me ha sorprendido de manera muy grata Las delicias de la maternidad de la escritora nigeriana Buchi Emecheta, o la escritora de ghanesa, Taye Selasie.
Acaba de volver de Brasil, ¿cómo valora la situación del país?
"Es un país enfermo. Veo que las personas no tienen respuesta a lo que está pasando, todavía se encuentran en estado de shock". Hay una sensación de orfandad que hace que algunos incluso lloren cuando hablan de la situación del país. Yo me considero una persona de izquierdas pero veo como "los errores de la izquierda han ayudado a posicionar a la extrema derecha".
Desde Mozambique observaba el fenómeno Bolsonaro y la radicalización de la derecha mientras la izquierda se preocupada por temas identitarios o la apropiación cultural. Para mí son cuestiones necesarias pero no son las grandes cuestiones. Prueba de ello es que "ahora existe un Gobierno de extrema derecha en Brasil y la población está rota".
Por ejemplo, cuando hablamos de los movimientos de la negritud, a mi parecer la importación de la visión afroamericana sobre la raza, desvirtuó las luchas internas al respecto. "El mestizaje ha desaparecido. Eso quiere decir que todo aquel que no es blanco se convierte automáticamente en negro. Antes, Brasil entendía que su complejidad racial como fruto de la historia del país, en el momento que se importa la visión racial norteamericana esto se convierte en una victoria para la extrema derecha".
¿Cómo se produce?
"Porque se empieza a racializar la cuestión racial. Es decir, es el racismo el que produce la raza, no a la inversa". Y hay que entender este principio para atacarlo. Por otro lado hay que apelar a la radicalidad de la transformación a través de la seducción. La seducción puede ser tan firme como la acusación, te permite decir lo que necesitas sin gritar. Lo más importante del mundo se dice murmurando, con voz baja. "A mi entender se ha producido una falsa radicalización de un problema importando la idea norteamericana".
Por ejemplo, "en Estados Unidos, si has tenido un antepasado lejano negro, ya se te considera negro, no pasa lo mismo a la inversa. Si tu has tenido un antepasado blanco, no necesariamente se te considera blanco. Esta idea es profundamente racista porque 'quien mancha es la sangre negra'".
"Estas categorías movilizan con mucha facilidad la rabia y la esperanza, además promueven una violencia y una convicción ciegas de las ideas a defender". Hay que entender que la revolución se comenten muchos errores. Yo mismo he sido revolucionario, y los errores que cometí fueron porque no los vi, estaba encerrado en mi propia certeza.
¿Se puede hacer la revolución a través del diálogo, o precisamente lo que caracteriza la revolución es la falta de diálogo? Porque si el objetivo es transformación a cualquier coste, entiendo que no existe meditación y es cuando hacen falta soldados.
"Sí, en las revoluciones tiene que haber un momento en el que cortas con lo que había. Por ejemplo, el corte del cordón umbilical de un bebé es un acto violento y revolucionario. No nos podemos imaginar la violencia que existe en el nacimiento de un bebé, pero tiene que ocurrir para que exista la vida".Entiendo que al final hay que combinar momentos en los que es necesaria la ruptura con momentos de diálogo.
"Pero al final nos agarramos a las certezas porque tenemos miedo a perdernos".
Precisamente los africanos tenemos una capacidad que hemos desarrollado que no existe en Occidente, "tenemos la habilidad de abrazar la complejidad de la vida, esto está muy relacionado con la religiosidad africana que te permite esa expansión. No provenimos del pensamiento monoteísta que dice estar en posesión absoluta de la verdad, tenemos la capacidad de escuchar diferentes voces".
FUENTE: ctxt.es
Tania Adam
17 /05/2019
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