23/7/19
LOS PÓDERES FÁCTICOS
Los denominados poderes fácticos vienen a ser sectores de la propia sociedad que, al margen de las instituciones políticas, poseen una gran capacidad para influir sobre la misma, lo que les permite ejercer enorme presión en beneficio de sus intereses. Algunos de los más conocidos son: la Iglesia, la Banca, las Fuerzas Armadas, los grupos empresariales, los organismos financieros internacionales, los grandes medios de comunicación...
A pesar de que los poderes fácticos no coinciden con las estructuras formales del Estado, tienen suficiente poder para influir sobre las mismas, dada su gran capacidad de presión.
Los poderes fácticos, ni están legitimados ni buscan legitimarse para ser ejercidos; simplemente se ejercen "de facto" (de hecho) aunque no "de iure" (legalmente) ya que, son determinantes para la sociedad por el mero hecho de existir.
En la mayoría de los casos ni siquiera resulta necesario que se impongan por la fuerza; basta con que expliciten o sugieran sus deseos, para que estos se lleven a cabo. La clave está en su inherente capacidad de control de los mecanismos externos a la propia política, lo que les permite manipular el poder gubernativo y llegar incluso a detentarlo solapadamente. Tal es el caso de los que tienen en sus manos los recursos estratégicos del país, lo que puede llegar a darles, entre otras cosas, el control absoluto de la economía.
En determinados sectores, el fenómeno causado por los poderes fácticos es denominado mercantilismo empresarial o capitalismo de Estado.
Ahora cabe preguntarnos para qué necesitamos a los políticos, si son auténticos títeres en manos de los poderes fácticos.
Miguel Ángel G. Yanes
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