22/7/19

PROCLAMACIÓN DE LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA

 
Bandera republicana izada en Éibar en 2008 para conmemorar que fue
la primera ciudad española en proclamar la república el 13 de abril de 1931 
(un día antes de la fecha oficial)

Creo que, debido a  la poca o nula resonancia que públicamente se le ha dado al asunto más allá de las aulas, muchos españoles desconocen aún cómo fue aquel proceso de proclamación de la II República Española, allá por abril de 1931. Algo que podía haber cambiado definitivamente el curso de este "pís", llevándolo hacia un futuro de verdadero progreso e igualdad, pero -cómo observarán- las fuerzas vivas se empeñaron en abortar aquel ilucionante proyecto, y a fé que lo consiguieron.

Miguel Ángel G. Yanes

El rey Alfonso XIII y el general Miguel Primo de Rivera

Tras la dimisión del general Miguel Primo de Rivera en enero de 1930, Alfonso XIII intentó devolver al debilitado régimen monárquico a la senda constitucional y parlamentaria, a pesar de la debilidad de los partidos dinásticos. Para ello, nombró presidente del gobierno al general Dámaso Berenguer pero este fracasó en su intento de volver a la «normalidad constitucional»

En febrero de 1931 el rey Alfonso XIII ponía fin a la «Dictablanda» del general Berenguer, el rey ofreció el gobierno a Alba (líder del Partido Liberal), pero este se negó, por lo que entonces se lo entregó a Sánchez Guerra, el cual fue a la cárcel Modelo, donde estaban presos los participantes en la «sublevación de Jaca»  y les ofreció sendas carteras ministeriales.

Juan Bautista Aznar

Finalmente el rey nombraba nuevo presidente al almirante Juan Bautista Aznar, en cuyo gobierno de «concentración monárquica» entraron viejos líderes de los partidos dinásticos liberal y conservador, como el conde de Romanones, Gabriel Maura Gamazo, hijo de Antonio Maura, y Gabino Bugallal.

El gobierno propuso un nuevo calendario electoral: se celebrarían primero elecciones municipales  el 12 de abril, y después elecciones a Cortes que tendrían el «carácter de Constituyentes», por lo que podrían proceder a la «revisión de las facultades de los Poderes del Estado y la precisa delimitación del área de cada uno (es decir, reducir las prerrogativas de la Corona) y a una adecuada solución al problema de Cataluña».

Franquicia postal de las Cortes Constituyentes, 1931

Las «elecciones municipales del domingo 12 de abril de 1931» arrojaron, en el momento de la proclamación del nuevo régimen, unos resultados parciales de 22.150 concejales monárquicos —de los partidos tradicionales— y apenas 5.875 concejales para las diferentes iniciativas republicanas, quedando 52.000 puestos aún sin determinar. Pese al mayor número de concejales monárquicos, «las elecciones suponían a la Corona una amplia derrota en los núcleos urbanos»: la corriente republicana había triunfado en 41 capitales de provincia.

«En Madrid, los concejales republicanos triplicaban a los monárquicos, y en Barcelona los cuadruplicaban». Si las elecciones se habían convocado como una prueba para sopesar el apoyo a la monarquía y las posibilidades de modificar la ley electoral antes de la convocatoria de elecciones generales, los partidarios de la república consideraron tales resultados como un plebiscito a favor de su instauración inmediata.


El marqués de Hoyos llegaría a decir que «la noticias de los pueblos importantes eran, como las de las capitales de provincia, desastrosas». Dependiendo de los autores, hay distintas interpretaciones de los resultados. La razón por la cual los resultados de los principales centros urbanos representaban la derrota de la monarquía, es posible hallarla en que en esos núcleos el voto estaba menos adulterado, pues la presencia de caciques, partidarios en su inmensa mayoría de la monarquía, era menor. Esto daba constancia de que «la Corona estaba completamente desacreditada, puesto que se había arrimado demasiado al régimen dePrimo de Rivera».

«A las diez y media de la mañana del lunes 13 de abril el presidente del Consejo de Ministros, Juan Bautista Aznar-Cabañas, entraba en el Palacio de Oriente de Madrid para celebrar el Consejo de Ministros». Preguntado por los periodistas sobre si habría crisis de gobierno, Aznar-Cabañas contestó:  «¿Que si habrá crisis? ¿Qué más crisis desean ustedes que la de un país que se acuesta monárquico y se despierta republicano?»

Consejo de ministros presidido por Juan Bautista Aznar

En la reunión del Gobierno, el ministro de Fomento, Juan de la Cierva y Peñafiel, defiende la resistencia:

"Hay que constituir un gobierno de fuerza, 
implantar la censura y resistir". *

Juan de la Cierva y Peñafiel

"Le apoyan otros dos ministros, Gabino Bugallal, conde de Bugallal, y Manuel García Prieto, marqués de Alhucemas". El resto de los ministros, encabezados por el conde de Romanones, piensan que está todo perdido, sobre todo cuando se van recibiendo las respuestas titubeantes de los capitanes generales al telegrama que les ha enviado horas antes el ministro de la guerra, el general Dámaso Berenguer, y en el que les ha aconsejado seguir "el curso que les imponga la suprema voluntad nacional".

A primeras horas de la mañana del martes 14 de abril el general Sanjurjo, director de la Guardia Civil se dirige a la casa de Miguel Maura (líder de la derecha republicana), donde se encuentran reunidos los miembros del "comité revolucionario" que no estaban exiliados en Francia, ni escondidos: Niceto Alcalá-Zamora, Francisco Largo Caballero, Fernando de los Ríos,Santiago Casares-Quiroga y Álvaro de Albornoz. Nada más entrar en la casa el general Sanjurjo se cuadra ante Maura y le dice: "A las órdenes de usted señor ministro"
.

Miguel Maura

Por su parte el rey Alfonso XIII le pide al conde de Romanones, viejo conocido de Niceto Alcalá-Zamora, que se ponga en contacto con él para que, como presidente del "comité revolucionario", le garantice su salida pacífica de España y la de su familia. A la una y media de la tarde tiene lugar la entrevista en casa del doctor Gregorio Marañón, quien había sido médico del rey y que ahora apoyaba la causa republicana. El conde de Romanones le propone a Alcalá-Zamora crear una especie de gobierno de transición o incluso la abdicación del rey en favor del príncipe de Asturias. Pero Alcalá-Zamora exige que el rey salga del país "antes de que se ponga el sol". Y le advierte: "Si antes del anochecer no se ha proclamado la república, la violencia del pueblo puede provocar la catástrofe".

El monarca marchó hacia el exilio la noche del mismo 14 de abril de 1931. El día 16 de abril, se hizo público el siguiente manifiesto, redactado en nombre del rey por el duque de Maura, hermano del líder político Miguel Maura, y que el día 17 solo publicó el diario ABC, en portada, acompañado de una "Nota del gobierno provisional":

Alfonso XIII de Borbón

Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el interés público hasta en las más críticas coyunturas. Un Rey puede equivocarse, y sin duda erré yo alguna vez; pero sé bien que nuestra patria se mostró en todo tiempo generosa ante las culpas sin malicia.

Soy el rey de todos los españoles, y también un español. Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten. Pero, resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulado por la Historia, de cuya custodia ha de pedirme un día cuenta rigurosa. 

Espero a conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia colectiva, y mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real y me aparto de España, reconociéndola así como única señora de sus destinos. 

 También ahora creo cumplir el deber que me dicta mi amor a la patria. Pido a Dios que tan hondo como yo lo sientan y lo cumplan los demás españoles.

 
Celebraciones de la proclamación de la Segunda República Española 
en Barcelona, 1931, extraído de los archivos federales de Alemania. 

Alfonso XIII abandonó el país sin abdicar formalmente y se trasladó a París, fijando posteriormente su residencia en Roma. En enero de 1941 abdicó en favor de su tercer hijo, Juan de Borbón. Falleció el 28 de febrero de ese mismo año.

Las ciudades de Sahagún (León), Éibar (Guipúzcoa)Jaca (Huesca) fueron las tres únicas ciudades que proclamaron la república un día antes de la fecha oficial, el 13 de abril de 1931. El Gobierno de la II República Española les concedería posteriormente el título de "Ilustrísimas Ciudades".

Procalmación en Éibar (Güipúzcoa) de la II República Española 
el 13 de abril de 1931

"La primera ciudad en la que se izó la bandera tricolor fue Éibar". Al día siguiente,14 de abril, le siguieron las principales capitales españolas, incluyendo Valencia, Barcelona y Madrid, en las que las candidaturas republicanas obtuvieron mayorías muy holgadas. 

El escritor eibarrés Toribio Echeverría recuerda, en su libro "Viaje por el país de los recuerdos", la proclamación de la Segunda República en Éibar de esta forma: 

Alegoría de la II República Española

...y antes de las seis de la mañana habíase congregado el pueblo en la plaza que se iba a llamar de la República, y los concejales electos del domingo, por su parte, habiéndose presentado en la Casa Consistorial con la intención de hacer valer su investidura desde aquel instante, se constituyeron en sesión solemne, acordando por unanimidad proclamar la República. Acto seguido fue izada la bandera tricolor en el balcón central del ayuntamiento, y Juan de los Toyos dio cuenta desde él al pueblo congregado, que a partir de aquella hora los españoles estábamos viviendo en República.

FUENTE: Wikipedia
La Enciclopdeia Libre




(*) Pasándose la voluntad popular por el "arco de triunfo", como siempre.

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