16/11/20

JUEGO SUCIO

Trump está organizando un golpe de Estado: ¿por qué los demócratas no dan la voz de alarma?

Los republicanos están llevando a cabo una campaña de propaganda con el objetivo de justificar que los legisladores de algunos estados invaliden el voto de los ciudadanos

Donald Trump en 2020 en un acto de campaña. - Vinnie Langdon III

El reciente documental de HBO sobre el lío de Florida en las elecciones del año 2000, titulado '537 Votos', transmite un mensaje claro: "el rechazo de los demócratas a dar la voz de alarma ante el atraco a cámara lenta que se estaba produciendo, permitió en última instancia que les robaran las elecciones".

Durante toda esa debacle, parecía que los demócratas pensaban que las cosas iban a terminar saliendo como ellos querían, solo utilizando los argumentos adecuados dentro de los confines del sistema judicial; nunca entendieron que la imagen de cara al público podía desempeñar un papel importante en lo que terminó siendo "una reyerta política decisiva fuera de los tribunales".

 

20 años después, se está haciendo caso omiso a la lección que se podría extraer de esa debacle. Donald Trump y sus compinches están llevando a cabo una campaña propagandística diseñada para crear las condiciones que permitan que el proceso del Colegio Electoral termine con un golpe de Estado.

Se trata de una emergencia total y absoluta y, sin embargo, la estrategia demócrata parece ser seguir haciendo como si no pasara nada, "con la esperanza de que se impongan las normas, aunque nada de lo que está pasando sea normal".

En las elecciones presidenciales el resultado no depende directamente del voto ciudadano. Los ganadores son determinados por el voto de los “electores”, quienes son parte de un proceso llamado Colegio Electoral

En las semanas que han transcurrido desde las elecciones, "Trump y sus aliados republicanos han lanzado una campaña para poner en duda los resultados de las mismas, no solo en los tribunales, sino también en la mente de las personas". Las demandas y el reciente memorándum del Fiscal General, William Barr, están diseñados tanto para obtener un fallo favorable como para copar los titulares. Sus tuits alegando un fraude y las mediáticas promesas ofreciendo recompensas económicas a quienes presenten pruebas del fraude están pensados para ese fin.

Lo más llamativo de todo esto es que los legisladores republicanos de Pennsylvania, Georgia, Wisconsin, Michigan y Arizona ya están insinuando que los resultados podrían ser fraudulentos, a pesar de no haber presentado ninguna prueba de fraude generalizado. 

Resultado final presidenciales 2020

¿Por qué la percepción del público es tan importante? Porque como señala en un terroríficamente profético artículo de 2019 el profesor de derecho de la Universidad Ohio State, Edward Foley: las legislaturas podrían utilizar la percepción del público de que se ha producido un fraude para "invocar su poder constitucional, ignorar el voto popular de sus estados, rechazar los resultados certificados de la elección y nombrar listas de compromisarios de Trump".

En un artículo que predecía casi exactamente lo que ya ha sucedido en Pennsylvania, Foley imaginó a Trump llevando la delantera al principio, luego perdiendo esa ventaja a medida que se contaban los votos y, por último, formulando acusaciones de fraude y creando el marco idóneo para lo que plantea a continuación:

 

Edward Foley

A instancias de Trump, la legislatura del Estado (donde los republicanos tienen mayoría en ambas cámaras) pretendería utilizar la autoridad que le concede el Artículo II de la Constitución para nombrar directamente a los compromisarios presidenciales del Estado. Siguiendo el ejemplo de Trump, las dos cámaras legislativas afirmarían "que el voto popular no es de fiar por el drástico cambio que se ha producido en el tiempo adicional".

Por lo tanto, "las dos cámaras afirmarían que tienen el derecho constitucional de reemplazar el voto popular e imponer su autoridad para nombrar a los compromisarios presidenciales del Estado"; así lograrían que ese nombramiento estuviera en consonancia con el escrutinio del voto popular que se produjo la noche de las elecciones, y que Trump seguiría afirmando que es el 'verdadero resultado'.

Donald Trump

El gobernador demócrata del Estado se negaría a aceptar esa imposición de la autoridad por parte de la legislatura del Estado, pero las dos cámaras proclamarían "que la aceptación del gobernador no es necesaria". Citarían antiguas prácticas históricas en las que las legislaturas del Estado nombraron compromisarios presidenciales sin ninguna participación del gobernador del Estado.

Alegarían que al igual que las enmiendas constitucionales, y al contrario que la legislación normal y corriente, el nombramiento de los compromisarios presidenciales, cuando es asumido directamente por una legislatura de Estado, "no está sujeto al veto del gobernador".


“Podría ser una toma de poder demasiado evidente. Me gustaría pensar que la política estadounidense no se ha vuelto tan tribal que un partido político está dispuesto a apropiarse del poder sin una base verosímil que tenga sus raíces en los votos reales de la ciudadanía, afirma Foley

“Si durante la campaña en sí, Trump puede ganar fuelle con la acusación de que ese cambio tan drástico equivale a la existencia de papeletas fraudulentas (en la línea del tuit que publicó en 2018 sobre Florida),  entonces se vuelve más justificable, políticamente hablando, afirmar que la legislatura debe intervenir para reflejar la ‘verdadera voluntad' de los votantes del Estado.

 

FUENTE: ctxt.es
David Sirota  
12/11/2020
 

Ustedes van a disculpar lo crudo de mi apreciación, pero un sistema en el que se pueden subvertir descaradamente los resultados de una elección presidencial, es una puñetera mierda.

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