12/11/20

COMPLEJO DE PANDORA

Análisis histórico psicológico

pandora 

En la mitología griega, Pandora es la primera mujer humana creada por el dios del fuego, Hefesto, por orden de Zeus, a partir de un molde de arcilla, en realidad fue una precursora de la Eva bíblica.

Afrodita le otorgó gracia y sensualidad. Atenea le concedió el dominio de las artes y Hermes fue encargado de dotarla de una personalidad con carácter inconstante, rasgos de seducción y tendencia a las mentiras.

Prometeo le había hecho jurar a Epimeteo que no aceptaría ningún regalo de Zeus, de hacerlo, todos los males posibles llegarían a los mortales. Pero, Epimeteo cedió a los encantos de Pandora y se casó con ella.

Hesíodo en su obra 'Trabajos y días', aporta el relato en el que comenta que hasta entonces los hombres habían vivido libres de males, pero Pandora (con su curiosidad femenina) abrió la caja, regalo de Zeus, y afluyeron todas las desgracias a la humanidad, pero la caja se cerró antes de que escapara la esperanza. Este es el conocido episodio mitológico de la Caja de Pandora.

Cuando Pandora fue consciente de la repercusión de la imprudencia de abrir la caja, fue ofreciendo a los hombres, uno a uno, lo único que le quedaba en su caja: la esperanza. Pandora a raíz de este episodio, recurre a nivel inconsciente a la idealización para poder amar a los hombres ofreciéndoles su esperanza.

Utilizo el complejo de Pandora en psicología, para describir a aquellas personas que ante una insatisfacción crónica, por una idealización de la realidad, entran en un bucle de pensamiento en donde se instala como mecanismo de defensa la idealización. Sobre todo (según mi experiencia profesional) se da en mujeres, con rasgos histriónicos de la personalidad y baja autoestima, bormalmente frustradas al enfrentar ideal y realidad.

 

El perfeccionismo también guarda una estrecha relación con la tendencia a la idealización. Estas personas tienen lo que de denomina percepción dicotómica, para ellos todo es blanco o negro. Todas las personas son fantásticas u horribles.

Por otro lado, el anhelo por reproducir las relaciones parentales infantiles influye en la etapa adulta en la idealización de personas o situaciones, queriendo reproducir en nuestra fantasía vivencias de esa etapa infantil, buscando en nuestra etapa adulta ser únicos y amados incondicionalmente. Para Melanie Klein, en la idealización "se niega lo negativo de aquello que es deseado".

Dentro de la teoría kleiniana, la idealización es un buen punto de partida, siempre que no se llegue a la idealización extrema. Según Klein cuando la persona, "se enfrenta a conflictos emocionales, internos o externos y llega a la idealización extrema, atribuye cualidades excepcionalmente positivas al objeto de deseo, negando el principio de realidad (complejo de Pandora)".

Melanie Klein

Estas personas tienen en su reservorio psicológico, al igual que Pandora, la esperanza. Esa será la tabla de salvación para ellas.

Pero si la esperanza es la tabla de salvación, ¿por qué ésta a veces se vuelve en contra de la persona? Según el DRAE "la esperanza es un estado de ánimo que surge cuando se presenta alcanzable lo que se desea".

El problema empieza cuando, como se ha referido, se idealiza la realidad. Si vivimos de la ilusión de esperar, nos quedamos desprovistos de herramientas para afrontar el futuro incierto.

Muchas de estas personas caen en el Bovarismo: "No estar contentas con la realidad, anhelo de una vida construida sobre ensoñaciones". Emma Bovary, el personaje de Gustave Flaubert, encarna la libertad de la imaginación en un ambiente que condena a los individuos a su existencia, ante un amor, u otro aspecto básico de su vida, idealizado, quedando una sensación perenne de insatisfacción vital.

Es ahí, cuando se espera lo inalcanzable, cuando la Caja de Pandora pierde su último contenido, la esperanza.

Por último, compartir esta reflexión de Eurípides


“Lo esperado no sucede, acontece lo inesperado”.
 

FUENTE: nuevatribuna.es

José María Manzano Callejo

Llevar el mito clásico a la categoría de complejo, en principio me pareció algo excesivo, pero a medida que iba leyendo el artículo, no he tenido más remedio que aceptar el postulado como válido.

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