27/1/18
21/1/18
20/1/18
PACO IBÁÑEZ - LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO (VÍDEO)
Reitero nuevamente este magnífico tema, correspondiente al poema homónimo compuesto por Gabriel Celaya e incluido en su poemario "Poesía urgente".
(1911-1991)
Miguel Ángel G. Yanes
19/1/18
18/1/18
REBUMBIO
Comarca de Acentejo (Tenerife)
- ¡Por favor! Póngale la caña a ese hombre a ver si se calla de una vez.
Miguel Ángel G. Yanes
17/1/18
EL BAÑO DE LA ZANAHORIA
¡Bravo por el artista y su sentido del humor, de la gastronomía y de la estética!
Miguel Ángel G. Yanes
16/1/18
TIRRIA
Tirria es una de esas palabras casi en desuso ya en nuestras islas. Antiguamente era bastante común en nuestro vocabulario coloquial, pero ha ido cayendo en el olvido, de ahí que cuando ayer, en un programa televisivo de investigación, uno de los entrevistados dijo: "es que todos me tienen tirria", me apresuré a anotarla para incluirla aquí, en este blog en el qué, desde hace años, voy acumulando, entre otras cosas (pensamientos, poemas, aforismos...) palabras y palabras con la urgencia de un tiempo que se agota inexorablemente.
Mirando mal a alguien
Es tirria una palabra con una increible cantidad de sinónimos:
aborrecimiento, animadversión, animosidad, antipatía, aversión, desafecto, desamor, enemistad, hostilidad, inquina, malevolencia, malquerencia, manía, odio, ojeriza, rencor, repulsión, resentimiento…
No estaba bien tenerle tirria a nadie; era una cosa fea. Y es qué, según nuestras madres, generar un sentimiento de odio, antipatía u ojeriza hacia alguien, ya fuera de manera justificada o irracional, empañaba el alma de los niños y no la dejaba brillar con su luz propia, lo que a la larga generaría una oscuridad que nos impediría seguir el camino correcto por la vida.
Cosas de madres, madres pobres, con poca cultura pero mucha sabiduría. Benditas sean donde quiera que estén.
Miguel Ángel G. Yanes
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manía,
Odio,
ojeriza,
rencor,
repulsión,
resentimiento,
Tirria
15/1/18
14/1/18
FLOJUCHOS
- ¡Papá! He encontrado unos jóvenes dispuestos a trabajar en la platanera, pero los veo algo flojuchos.
- ¿Flojuchos? Como los zapatos que ahora me compra tu madre.
- ¡Fluchos, papá, Fluchos!
- ¡Qué coño Fluchos!... ¡los que yo digo son flojuchos!... ¡que no me duran nada! Antiguamente un par de buenos zapatos eran recios, resistentes y te podían durar media vida, pero los de ahora son pura filfa: ligeros, flexibles, anatómicos. Cómodos sí, pero flojuchos.
Miguel Ángel G. Yanes
Finca platanera
- ¿Flojuchos? Como los zapatos que ahora me compra tu madre.
- ¡Fluchos, papá, Fluchos!
Zapatos antiguos, modelo Oxford
- ¡Qué coño Fluchos!... ¡los que yo digo son flojuchos!... ¡que no me duran nada! Antiguamente un par de buenos zapatos eran recios, resistentes y te podían durar media vida, pero los de ahora son pura filfa: ligeros, flexibles, anatómicos. Cómodos sí, pero flojuchos.
Miguel Ángel G. Yanes
13/1/18
POESÍA VS FRANQUISMO
Las voces que lucharon contra Franco
Varios de los cantautores que combatieron el régimen rememoran el inicio de las reivindicaciones sociales y políticas en una época en la que cantar adquirió un inesperado poder
Dar un concierto durante el franquismo
era algo similar a desembarcar en Normandía con una pistola y tres balas. No
debía ser fácil abordar un recital cuando un administrativo del Gobierno ponía
el sello de 'censurado' en casi todas las canciones que iba a tocar un músico.
Eso le ocurrió a Marina Rossell a mediados de los setenta, teloneando a Ovidi Montllor en Tortosa. 'A Ovidi le dejaron tres canciones y a mí, cuatro. Lo que hicimos fue llenar todo el concierto con ellas, repitiéndolas. Era como un loop gigante. La gente alucinaba', recuerda la cantante, una de las participantes en el simposio sobre la canción de autor de los sesenta y setenta que la Fundación Joaquín Díaz organizó en Tiedra (Valladolid) durante la semana pasada.
No deja de ser curiosa la tarea que tenía la Policía en aquellos legendarios recitales: escuchar canciones. Se supone que al músico nunca se le ocurriría variar el orden del repertorio, a riesgo de ser encerrado. De improvisar con las letras ya ni hablamos.
'Lo que intentaba la dictadura era sembrar miedo', dice María del Mar Bonet
Porque las canciones, cuando el muro del franquismo comenzaba a agrietarse, adquirieron un inesperado poder, tanto que lograron incomodar a un totémico sistema dictatorial. Voz y música, dos elementos sonoros, físicamente inofensivos, produjeron alteraciones imprevistas en una sociedad que, sencillamente, perdió el miedo. Cuando ibas a una manifestación, estaba todo el pueblo, yo miedo no tenía.
Fue el principio de todas las reivindicaciones civiles, sociales y políticas, algo apasionante', explica Rossell. Eran jóvenes y hasta cierto punto inconscientes. 'Pero el miedo era un problema peor que la inconsciencia subraya María del Mar Bonet, precisamente eso era lo que intentaba la dictadura: sembrar el miedo. Muchas de las acciones en las que participamos te podían llevar a conflictos graves, pero no tenías miedo, porque tenías la sensación de hacer cosas importantes, algo urgente'.
Todos los que vivieron aquel momento hablan del lirismo crudo de Paco Ibáñez, que también se dejó ver en el simposio, del grito telúrico de Raimon, de la elegante dignidad de Serrat, de las canciones de trabajo de María del Mar Bonet, de la artesanía melódica de Chicho Sánchez Ferlosio... Los jóvenes, especialmente los universitarios, empezaban a escuchar lo que nadie les enseñó en la escuela: se exponían a un mundo cultural desconocido, poético, libre, esperanzador y combativo, con el aura de indestructibilidad que genera el saberse en posesión de la verdad. María del Mar Bonet no cree que 'la sociedad estuviera dormida, la sociedad estaba sometida por un régimen que no le gustaba a nadie y contra el que la universidad, el mundo obrero y el intelectual intentaban luchar. Había un fuerte deseo de acabar con el bagaje de opresión del franquismo'.
Lo que les definió a todos, además de la necesidad de cambiar el curso de las cosas, fue el uso de la poesía. Más que una cuestión de derribar un sistema a pedradas, la estrategia era la de imaginar otro y cantarlo, hasta que su verdad se impusiera como un hecho consumado. Así se expulsaba el miedo y se despertaban las conciencias.
'Yo nací en un pequeño pueblo catalán y este movimiento de cantautores me ayudó a explicarme a mí misma lo que yo vivía, me descubrieron un mundo nuevo, me llevaron a hacerme preguntas que de otra forma hubiera sido imposible quesurgieran', cuenta Marina Rosell.
Las armas ya estaban cargadas, solo había que desenfundarlas. 'Paco Ibáñez abrió las ventanas a una nueva canción. Tenía esa dimensión política tan importante, aunque luego si analizas las canciones no son tan descaradamente políticas. Era más bien la actitud, el símbolo y el ser síntoma de una inquietud, de una contestación', resalta Amancio Prada, que en los primeros setenta daba sus pasos iniciales en el mundo de la canción en París.
Asistir a un recital en aquellos años se convirtió en una declaración política. Conciertos como combates: el cantautorapoya el pie en una silla, empuña su guitarra y comienza a ametrallar fantasmas con versos, en medio de un escenario lleno de sombras. 'En aquel momento teníamos una plataforma, podíamos expresar el sentimiento de una sociedad que luchaba. Realmente, éramos la voz de mucha gente. Lo que pasa es que luchábamos con toda una serie de problemas graves, entre ellos la censura. Te podían coger a ti mismo. Muchos cantautores se tuvieron que exiliar', explica Bonet.
En 1971, el régimen franquista le prohibió a Paco Ibáñez actuar en territorio español. Tres años antes, los discos de Serrat eran retirados e incluso, ya en 1975, el cantautor catalán se vio obligado a exiliarse en México durante un año por una orden de busca y captura. Se repetía la historia de la Guerra Civil: los grandes nombres de la cultura no tenían sitio en España. Todavía en 1974, Amancio Prada tenía que eliminar una canción de su primer álbum, la titulada Monorrimo, con letra del poeta leonés Luis López Álvarez.
María del Mar Bonet fue detenida en 1971 por cantar en la universidad de Zaragoza
Los problemas en los conciertos no eran menores. La policía vigilaba todas las actuaciones y no dudaba en actuar si lo creía necesario. A María del Mar Bonet, por ejemplo, la detuvieron después de un concierto en la universidad de Zaragoza. 'Sería a finales de 1971 y yo era muy joven, tenía 19 años. Me hicieron un interrogatorio horroroso. Me acusaban de lo que había cantado y yo no hacía más que poner excusas. Mi grupo y yo estuvimos encerrados una noche. Menos suerte tuvieron los universitarios que organizaron el acto. A ellos los detuvieron unos cuantos días más...', recuerda Bonet.
Los cantautores recuperaron a la Generación del 27 y se dejaron empapar por las principales corrientes artísticas y fenómenos culturales del momento: Dylan, la chanson francesa (Brel, Brassens, Moustaki), la canción latinoamericana(los ecos de Violeta Parra y Atahualpa Yupanqui, el compromiso político de Silvio Rodríguez), Mayo del 68, el pop de los Beatles.
De fondo, se mantenía el espíritu comprometido que enlazaba con la canción protesta estadounidense de principios de los sesenta. 'Yo creo que la música siempre es comprometida', añade Martirio, 'incluso el poema de amor más lírico puede conectar con los sentimientos de forma que te haga reivindicar cosas muy políticas. Al remover los sentimientos, se mueve no sólo lo lírico, sino también lo social y lo político'.
Martirio: 'Los cantautores decían con palabras hermosas lo que tú sentías'
Con el final de la dictadura, la música (y el arte en general) vivió una explosión sin precedentes. Según Marina Rossell, 'en la Transición se hicieron mejores canciones, menos metafóricas, más directas y mejores producciones. Fue una fiesta. Lo viví como algo apasionante. Como demostración de la apertura aparecieron las Galeuscas, que eran conciertos de músicos de las distintas autonomías'.
Desde entonces, la música en España no ha vuelto a tener ese peso político. Acudió al servicio de la gente cuando se la necesitó, pero su carga ideológica decreció con la llegada de la democracia. 'Importancia social sí tiene, tal vez mayor que entonces, pero política no. La música en este país se ha enriquecido mucho, pero a los cantores ahora nos cuesta más. Yo echo en falta una canción comprometida. Ahora es cuando hay que hacerla, o no menos que antes', sostiene Amancio Prada.
La sociedad sigue necesitando a la música como instrumento para iluminar la realidad. Quizás ahora es más difícil porque no hay un enemigo bien definido, como lo fue Franco.'Habrá que empezar por la corrupción', concluye Marina Rossell. El futuro está asegurado, entonces.
Como suele ocurrir en casi todas las dictaduras que emplean la censura para controlar a sus ciudadanos más díscolos, durante el franquismo se vivieron momentos delirantes motivados por el celo de los funcionarios del Gobierno.Generalmente, se censuraban las canciones por motivos políticos, aunque en el caso del franquismo se hizo especial énfasis en cuestiones sexuales.
FUENTE: publico.es
Jesús Miguel Marcos
Varios de los cantautores que combatieron el régimen rememoran el inicio de las reivindicaciones sociales y políticas en una época en la que cantar adquirió un inesperado poder
Francisco Franco Bahamonde (1892 - 1975)
Eso le ocurrió a Marina Rossell a mediados de los setenta, teloneando a Ovidi Montllor en Tortosa. 'A Ovidi le dejaron tres canciones y a mí, cuatro. Lo que hicimos fue llenar todo el concierto con ellas, repitiéndolas. Era como un loop gigante. La gente alucinaba', recuerda la cantante, una de las participantes en el simposio sobre la canción de autor de los sesenta y setenta que la Fundación Joaquín Díaz organizó en Tiedra (Valladolid) durante la semana pasada.
Marina Rosell
No deja de ser curiosa la tarea que tenía la Policía en aquellos legendarios recitales: escuchar canciones. Se supone que al músico nunca se le ocurriría variar el orden del repertorio, a riesgo de ser encerrado. De improvisar con las letras ya ni hablamos.
'Lo que intentaba la dictadura era sembrar miedo', dice María del Mar Bonet
María del Mar Bonet
Porque las canciones, cuando el muro del franquismo comenzaba a agrietarse, adquirieron un inesperado poder, tanto que lograron incomodar a un totémico sistema dictatorial. Voz y música, dos elementos sonoros, físicamente inofensivos, produjeron alteraciones imprevistas en una sociedad que, sencillamente, perdió el miedo. Cuando ibas a una manifestación, estaba todo el pueblo, yo miedo no tenía.
Fue el principio de todas las reivindicaciones civiles, sociales y políticas, algo apasionante', explica Rossell. Eran jóvenes y hasta cierto punto inconscientes. 'Pero el miedo era un problema peor que la inconsciencia subraya María del Mar Bonet, precisamente eso era lo que intentaba la dictadura: sembrar el miedo. Muchas de las acciones en las que participamos te podían llevar a conflictos graves, pero no tenías miedo, porque tenías la sensación de hacer cosas importantes, algo urgente'.
Paco Ibáñez
Todos los que vivieron aquel momento hablan del lirismo crudo de Paco Ibáñez, que también se dejó ver en el simposio, del grito telúrico de Raimon, de la elegante dignidad de Serrat, de las canciones de trabajo de María del Mar Bonet, de la artesanía melódica de Chicho Sánchez Ferlosio... Los jóvenes, especialmente los universitarios, empezaban a escuchar lo que nadie les enseñó en la escuela: se exponían a un mundo cultural desconocido, poético, libre, esperanzador y combativo, con el aura de indestructibilidad que genera el saberse en posesión de la verdad. María del Mar Bonet no cree que 'la sociedad estuviera dormida, la sociedad estaba sometida por un régimen que no le gustaba a nadie y contra el que la universidad, el mundo obrero y el intelectual intentaban luchar. Había un fuerte deseo de acabar con el bagaje de opresión del franquismo'.
Según Amancio Prada, 'Ibáñez abrió las ventanas a una nueva canción'
Amancio Prada
Lo que les definió a todos, además de la necesidad de cambiar el curso de las cosas, fue el uso de la poesía. Más que una cuestión de derribar un sistema a pedradas, la estrategia era la de imaginar otro y cantarlo, hasta que su verdad se impusiera como un hecho consumado. Así se expulsaba el miedo y se despertaban las conciencias.
'Yo nací en un pequeño pueblo catalán y este movimiento de cantautores me ayudó a explicarme a mí misma lo que yo vivía, me descubrieron un mundo nuevo, me llevaron a hacerme preguntas que de otra forma hubiera sido imposible quesurgieran', cuenta Marina Rosell.

Federico García Lorca
(1898 - 1936)
Si había que luchar contra Franco con
poesía, lo primero era rescatar del olvido forzado a los primeros que lo habían
hecho: los poetas republicanos. Paco Ibáñez lo entendió con rapidez y revistió
sus canciones con los versos de Lorca, Celaya, Machado, Hernández. 'Decían con
palabras hermosas y directas todo lo que tú sentías y lo que querías aprender',
responde Martirio, integrante de grupo Jarcha a principios de los setenta.
Marina Rossell: 'Esos cantautores me descubrieron un mundo nuevo'
Las armas ya estaban cargadas, solo había que desenfundarlas. 'Paco Ibáñez abrió las ventanas a una nueva canción. Tenía esa dimensión política tan importante, aunque luego si analizas las canciones no son tan descaradamente políticas. Era más bien la actitud, el símbolo y el ser síntoma de una inquietud, de una contestación', resalta Amancio Prada, que en los primeros setenta daba sus pasos iniciales en el mundo de la canción en París.
Asistir a un recital en aquellos años se convirtió en una declaración política. Conciertos como combates: el cantautorapoya el pie en una silla, empuña su guitarra y comienza a ametrallar fantasmas con versos, en medio de un escenario lleno de sombras. 'En aquel momento teníamos una plataforma, podíamos expresar el sentimiento de una sociedad que luchaba. Realmente, éramos la voz de mucha gente. Lo que pasa es que luchábamos con toda una serie de problemas graves, entre ellos la censura. Te podían coger a ti mismo. Muchos cantautores se tuvieron que exiliar', explica Bonet.
Joan Manuel Serrat
En 1971, el régimen franquista le prohibió a Paco Ibáñez actuar en territorio español. Tres años antes, los discos de Serrat eran retirados e incluso, ya en 1975, el cantautor catalán se vio obligado a exiliarse en México durante un año por una orden de busca y captura. Se repetía la historia de la Guerra Civil: los grandes nombres de la cultura no tenían sitio en España. Todavía en 1974, Amancio Prada tenía que eliminar una canción de su primer álbum, la titulada Monorrimo, con letra del poeta leonés Luis López Álvarez.
María del Mar Bonet fue detenida en 1971 por cantar en la universidad de Zaragoza
Universidad de Zaragoza
Los problemas en los conciertos no eran menores. La policía vigilaba todas las actuaciones y no dudaba en actuar si lo creía necesario. A María del Mar Bonet, por ejemplo, la detuvieron después de un concierto en la universidad de Zaragoza. 'Sería a finales de 1971 y yo era muy joven, tenía 19 años. Me hicieron un interrogatorio horroroso. Me acusaban de lo que había cantado y yo no hacía más que poner excusas. Mi grupo y yo estuvimos encerrados una noche. Menos suerte tuvieron los universitarios que organizaron el acto. A ellos los detuvieron unos cuantos días más...', recuerda Bonet.
Los cantautores recuperaron a la Generación del 27 y se dejaron empapar por las principales corrientes artísticas y fenómenos culturales del momento: Dylan, la chanson francesa (Brel, Brassens, Moustaki), la canción latinoamericana(los ecos de Violeta Parra y Atahualpa Yupanqui, el compromiso político de Silvio Rodríguez), Mayo del 68, el pop de los Beatles.
Atahualpa Yupanqui
(1908 - 1992)
(1908 - 1992)
De fondo, se mantenía el espíritu comprometido que enlazaba con la canción protesta estadounidense de principios de los sesenta. 'Yo creo que la música siempre es comprometida', añade Martirio, 'incluso el poema de amor más lírico puede conectar con los sentimientos de forma que te haga reivindicar cosas muy políticas. Al remover los sentimientos, se mueve no sólo lo lírico, sino también lo social y lo político'.
Martirio: 'Los cantautores decían con palabras hermosas lo que tú sentías'
Con el final de la dictadura, la música (y el arte en general) vivió una explosión sin precedentes. Según Marina Rossell, 'en la Transición se hicieron mejores canciones, menos metafóricas, más directas y mejores producciones. Fue una fiesta. Lo viví como algo apasionante. Como demostración de la apertura aparecieron las Galeuscas, que eran conciertos de músicos de las distintas autonomías'.
Desde entonces, la música en España no ha vuelto a tener ese peso político. Acudió al servicio de la gente cuando se la necesitó, pero su carga ideológica decreció con la llegada de la democracia. 'Importancia social sí tiene, tal vez mayor que entonces, pero política no. La música en este país se ha enriquecido mucho, pero a los cantores ahora nos cuesta más. Yo echo en falta una canción comprometida. Ahora es cuando hay que hacerla, o no menos que antes', sostiene Amancio Prada.
La sociedad sigue necesitando a la música como instrumento para iluminar la realidad. Quizás ahora es más difícil porque no hay un enemigo bien definido, como lo fue Franco.'Habrá que empezar por la corrupción', concluye Marina Rossell. El futuro está asegurado, entonces.
Como suele ocurrir en casi todas las dictaduras que emplean la censura para controlar a sus ciudadanos más díscolos, durante el franquismo se vivieron momentos delirantes motivados por el celo de los funcionarios del Gobierno.Generalmente, se censuraban las canciones por motivos políticos, aunque en el caso del franquismo se hizo especial énfasis en cuestiones sexuales.
FUENTE: publico.es
Jesús Miguel Marcos
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12/1/18
INVISIBLES INSECTOS
A mis oídos llegan, como invisibles insectos, los diálogos ajenos: pueden ser moscas, mariposas, cigarras... que se posan de pronto en mis orejas porque no llevo móvil (celular) y siempre estoy atento a lo que sucede a mi alrededor; vicio este que observo ha perdido la inmensa mayoría de los ciudadanos que, absortos en sus "cacharros", no se enteran de lo que está ocurriendo en torno suyo. Parece que la vida transcurriera allí adentro y que lo de afuera no tuviera demasiada importancia.
Éramos varias las personas que esperábamos el cambio de semáforo para cruzar la calle. De repente, una de ellas, una señora de mediana edad, aparta la vista de su "pantallita" y se fija en otra mujer que se halla a su lado, inmersa también en lo que le muestra su artilugio.
- ¡Lola!... Cuanto tiempo sin verte. ¿Cómo estás?
- ¡Bien!, dice la otra un pelín molesta porque le ha cortado el rollo. ¿Y tú?
- Pues no me quejo, aunque ahora mismo tengo consulta con mi doctora en el ambulatorio.
En ese instante, la casi eterna luz roja del semáforo de peatones cambia a verde y cruzamos.
- ¿Y las navidades qué tal?
- Como siempre, en casa. Pero tuvimos un disgusto del carajo: mi hija María "estalló" el coche en la autopista. Lo dejó hecho una...
No pude seguir escuchando el diálogo porque tomamos diferente camino, pero me quedé rumiando aquella frase: ¿El disgusto fue qué la hija estallara el coche? ¿Y ella, la conductora? ¿No tendría más lógica haber comenzado diciendo que su hija tuvo un accidente y explicarle que tal se encontraba, y que le dieran por saco al puto coche? ¿O es que el melón se me está agrietando más de la cuenta?
Creo que este tipo de diálogo lo voy a encuadrar en el grupo de los avispones.
Miguel Ángel G. Yanes
Éramos varias las personas que esperábamos el cambio de semáforo para cruzar la calle. De repente, una de ellas, una señora de mediana edad, aparta la vista de su "pantallita" y se fija en otra mujer que se halla a su lado, inmersa también en lo que le muestra su artilugio.
- ¡Lola!... Cuanto tiempo sin verte. ¿Cómo estás?
- ¡Bien!, dice la otra un pelín molesta porque le ha cortado el rollo. ¿Y tú?
- Pues no me quejo, aunque ahora mismo tengo consulta con mi doctora en el ambulatorio.
En ese instante, la casi eterna luz roja del semáforo de peatones cambia a verde y cruzamos.
- ¿Y las navidades qué tal?
- Como siempre, en casa. Pero tuvimos un disgusto del carajo: mi hija María "estalló" el coche en la autopista. Lo dejó hecho una...
No pude seguir escuchando el diálogo porque tomamos diferente camino, pero me quedé rumiando aquella frase: ¿El disgusto fue qué la hija estallara el coche? ¿Y ella, la conductora? ¿No tendría más lógica haber comenzado diciendo que su hija tuvo un accidente y explicarle que tal se encontraba, y que le dieran por saco al puto coche? ¿O es que el melón se me está agrietando más de la cuenta?
Creo que este tipo de diálogo lo voy a encuadrar en el grupo de los avispones.
Miguel Ángel G. Yanes
11/1/18
HALLADOS LOS RESTOS DEL PERIODISMO
Tras horas de interrogatorio, los investigadores consiguieron averiguar el lugar en el que se encontraba el periodismo. No era sitio de fácil acceso, razón que explica que la búsqueda de tantos meses resultase infructuosa.
Los restos del oficio más hermoso del mundo yacían, junto al cuerpo de la chica asesinada, en el interior de un pozo situado en una nave industrial abandonada a las afueras de una pequeña localidad.
El oficio aceleró la respiración y el paso pero, cuando quiso darse cuenta, ya tenía las manos de aquella manada de “compañeros” agarrándole el cuello.
Volvemos del enésimo suceso de niña asesinada, entendido
como deporte nacional más rentable que el fútbol, y lo hacemos
escépticos e indignados. Con la sensación de haberlo visto todo ya, pero
sabiendo que el chicle de la falta de escrúpulos de los traficantes de
audiencias aún puede seguir estirándose.
Acercándonos al 2019 de Blade Runner hemos visto ya de todo. Hemos visto programas mañaneros ardiendo desprecio hacia la propia víctima más allá de Orión.
Hemos visto a reporteros, no sabemos si humanos o replicantes, criticando, en directo y ante la puerta de su casa, a la mismísima madre que buscaba a su hija. Hemos visto salir, de quienes se espera vocación de servicio público, vocación de intoxicación a cambio de la audiencia más grande posible, una audiencia tan contaminada como sus programas favoritos. Hemos visto a chupasangres de sueldos millonarios hacer derroche de imaginación y machismo enmascarado, señalando a madre, hija y espíritu santa, dejando pasar por alto la que era la tesis más probable pero la menos comercial: la costumbre española de morir por el hecho de ser mujer.
Da igual si rica, pobre, gallega, madrileña, centradísima en los estudios o en la edad del pavo.
Quienes, durante meses, exprimieron la desaparición de una joven, quienes asesinan un oficio fundamental para la salud de todos, vuelven de vacaciones y no pedirán perdón ante la cámara, ni se les caerá la cara de vergüenza por lo que han hecho. Es más, seguirán haciendo lo mismo.
Veremos, a quienes asfixiaron el oficio hasta matarlo, volver a hacer lo que mejor saben en esta segunda entrega de la macabra historia, la que comienza con la detención del sospechoso. Lo harán sembrando odio donde antes sembraban amarillismo.
Acercándonos al 2019 de Blade Runner hemos visto ya de todo. Hemos visto programas mañaneros ardiendo desprecio hacia la propia víctima más allá de Orión.
Hemos visto a reporteros, no sabemos si humanos o replicantes, criticando, en directo y ante la puerta de su casa, a la mismísima madre que buscaba a su hija. Hemos visto salir, de quienes se espera vocación de servicio público, vocación de intoxicación a cambio de la audiencia más grande posible, una audiencia tan contaminada como sus programas favoritos. Hemos visto a chupasangres de sueldos millonarios hacer derroche de imaginación y machismo enmascarado, señalando a madre, hija y espíritu santa, dejando pasar por alto la que era la tesis más probable pero la menos comercial: la costumbre española de morir por el hecho de ser mujer.
Da igual si rica, pobre, gallega, madrileña, centradísima en los estudios o en la edad del pavo.
Quienes, durante meses, exprimieron la desaparición de una joven, quienes asesinan un oficio fundamental para la salud de todos, vuelven de vacaciones y no pedirán perdón ante la cámara, ni se les caerá la cara de vergüenza por lo que han hecho. Es más, seguirán haciendo lo mismo.
Veremos, a quienes asfixiaron el oficio hasta matarlo, volver a hacer lo que mejor saben en esta segunda entrega de la macabra historia, la que comienza con la detención del sospechoso. Lo harán sembrando odio donde antes sembraban amarillismo.
Los veremos –ya
está pasando– pedir que el detenido “se pudra sufriendo entre rejas” o
que “le apliquen los demás presos la ley de la cárcel”. Los veremos,
como siempre, sembrar un mundo peor, más irresponsable. Y lo más
preocupante, los veremos volver a actuar.
FUENTE: ctxt.es
Eduardo Tecé
01/01/2018
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Periodismo,
Pozo,
Terrible suceso,
Traficantes de audiencias
10/1/18
EL AGUACATE PREVIENE EL CÁNCER
El ácido fólico no es el único ácido que contiene el aguacate, teniendo gran cantidad de ácidos grasos variados, como el ácido oleico presente en el aceite de oliva, los cuales son los encargados de aportar
una protección extra para nuestro corazón
Pasamos a mostrar propiedades muy positivas y que seguramente desconocías, ya que en efecto, comer palta es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud.
Beneficios de incluir el aguacate en tu dieta habitual
Beneficios nutricionales
La alta cantidad de vitaminas y minerales que contiene, así como la variedad de ambas sustancias (al menos 20 tipos distintos) lo hace ser una de las frutas más nutritivas e indispensables a nivel saludable. Estos son los valores nutricionales orientativos de 150 gramos de aguacate.
- Alto porcentaje en vitamina B5 y B6 (un 21% y 19%respectivamente del consumo diario que necesitamos de ambas).
- Gran cantidad de ácido fólico.
- Una enorme suma de vitamina K, siendo esta la que más predomina en su composición (y con diferencia).
- El aguacate contiene además gran cantidad de minerales como el hierro, el zinc, cobre, magnesio…
Destacamos sobre todo la alta cantidad de potasio que contiene, superando inclusive a otras frutas como el plátano o la banana, famosas por tener una alta cantidad de este mineral. En concreto, con los 150 gramos de palta que estábamos barajando a la hora de calcular los nutrientes anteriores, podemos encontrarnos con que obtenemos un 21% de lo que nuestro organismo necesita al día.
El aguacate previene el cáncer
El aguacate ayuda a tu corazón
El ácido fólico no es el único ácido que contiene el aguacate, teniendo gran cantidad de ácidos grasos variados, como el ácido oleico presente en el aceite de oliva, los cuales son los encargados de aportar una protección extra para nuestro corazón, beneficiando a su mejor funcionamiento.
Alto contenido en fibra
Gran cantidad de antioxidantes
Gracias a su alto componente en zeaxantina o luteína, ayuda a prevenir todo tipo de enfermedades degenerativas y retrasa el envejecimiento celular, lo que evidentemente se traduce en una característica muy positiva para nuestra salud.
Y, por supuesto, no debemos olvidarnos de su extraordinario sabor, siendo esto una característica que ayuda, y mucho a incluir el aguacate (o palta) en nuestra alimentación habitual de distintas formas. Ya sea como acompañante de todo tipo de platos, así como el elemento principal, en una receta o inclusive como componente a la hora de crear salsas muy sabrosas con él. Obteniendo así todos los beneficios que aporta también.
FUENTE: nuevatribuna.es | Come con Salud

Por lo que yo sé, el récord en cuanto a tamaño de aguacate lo posee el venezolano Gabriel Ramírez, con un fruto cuyo peso alcanzó las cinco libras y siete onzas. A la saga le sigue el de la fotografía adjunta con cinco libras y tres onzas de peso, cultivado por Raudel Nápoles Jiménez en la provincia cubana de Camagüey.
Raudel Nápoles Jiménez
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9/1/18
EL NÚMERO 53
Hay un número que me ronda desde hace tiempo, el 53. Aparece a menudo en mi diario devenir, a veces en los sitios más inesperados: me toca en la cola del supermercado, en la del ambulatorio, como importe de facturas, en la plaza de aparcamiento de los centros comerciales, hasta el punto que decidí jugarlo fijo en la Lotería Nacional y en el sorteo de la ONCE, pero "nasti de plasti".
Así que, desconociendo qué quería ese número de mí, acudí a la Wikipedia para ver si encontraba alguna pista interesante, y descubrí que no es un número cualquiera. Es bastante especial, ya que, está formado por cinco números primos consecutivos:
53 = 5 + 7 + 11 +13 + 17
Y entonces entendí su mensaje oculto.
- ¡Ya lo sé! grité en voz alta cual si fuera un Arquímedes venido a menos.
- Quiere decir que soy muy primo.
Herbie
Volkswagen Escarabajo con
ciertas características humanas,
utilizado en varias películas
de Disney a partir de 1968
Miguel Ángel G. Yanes
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