Tirria es una de esas palabras casi en desuso ya en nuestras islas. Antiguamente era bastante común en nuestro vocabulario coloquial, pero ha ido cayendo en el olvido, de ahí que cuando ayer, en un programa televisivo de investigación, uno de los entrevistados dijo: "es que todos me tienen tirria", me apresuré a anotarla para incluirla aquí, en este blog en el qué, desde hace años, voy acumulando, entre otras cosas (pensamientos, poemas, aforismos...) palabras y palabras con la urgencia de un tiempo que se agota inexorablemente.
Mirando mal a alguien
Es tirria una palabra con una increible cantidad de sinónimos:
aborrecimiento, animadversión, animosidad, antipatía, aversión, desafecto, desamor, enemistad, hostilidad, inquina, malevolencia, malquerencia, manía, odio, ojeriza, rencor, repulsión, resentimiento…
No estaba bien tenerle tirria a nadie; era una cosa fea. Y es qué, según nuestras madres, generar un sentimiento de odio, antipatía u ojeriza hacia alguien, ya fuera de manera justificada o irracional, empañaba el alma de los niños y no la dejaba brillar con su luz propia, lo que a la larga generaría una oscuridad que nos impediría seguir el camino correcto por la vida.
Cosas de madres, madres pobres, con poca cultura pero mucha sabiduría. Benditas sean donde quiera que estén.
Miguel Ángel G. Yanes
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