La vida es corta... demasiado corta.
No la desperdicies
Intentando amar a quien no te ama.
Abre las ventanas de tu corazón,
Despliega las alas y aléjate.
Busca la luz. No temas.
El miedo al vuelo es algo que agarrota
El alma y los sentidos,
Pero cuando abandones
La sombra de tu estancia,
Verás que hay otros seres que, como tú,
Mariposas de cristal, sólo aspiran,
Girando en la magia de este tourbillón,
A amar y ser amados
Antes de que la fugacidad de la vida,
De un repentino soplo les arranque
Sus transparente y frágiles escamas.
Miguel Ángel G. Yanes
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