Todos giran la vista cuando pasa: elegante, joven, atractiva... lo que todos diríamos una mujer de buen ver: piernas esbeltas, brazos torneados, amplias caderas, prietas nalgas, vientre plano, busto firme, labios sensuales, bellos ojos de color marrón, párpados levemente maquillados, largas pestañas cargadas de rimmel y uñas decoradas con estilo. Mientras está callada, ya sea leyendo la prensa o tomando café, es la imagen sagrada de una diosa, pero cuando abre la boca... ¡se jodió el invento!
Cree ser el centro del universo. Se sabe joven, bella, hermosa, y claro... se pasa de frenada, y peca de repelente.
Miguel Ángel G. Yanes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario