Bastó que el pueblo griego decidiera con sus votos el camino a seguir, en un desesperado intento por quitarse de encima a los parásitos del norte que, en los últimos tiempos, les han chupado la sangre hasta dejarlos en los huesos, para que una tragedia sacudiera su alma, su conciencia y su maltrecha economía: el terrible accidente aéreo acaecido en la base española de la OTAN (Los Llanos - Albacete) dónde, un caza de combate F-16 de las fuerzas armadas griegas, se estrelló en la jornada de ayer provocando 10 víctimas mortales (los dos pilotos de la aeronave entre ellos) y una veintena de heridos.
Al dolor de los griegos por el fallecimiento de sus compatriotas, hay que sumarle ahora el hándicap económico que supone, para el nuevo gobierno del país, la pérdida de un sofisticado aparato de combate como es el F-16 (léase "máquina de matar" porque no sirve para otra cosa) valorado entre 14 y 18 millones. Y es que, en la prensa internacional, se han dado todo tipo de datos del avión siniestrado: país de origen, fabricante, tipo, tripulación, autonomía, velocidad máxima... pero nadie habla de su precio.
Miguel Ángel G. Yanes
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