Todo
cuanto nace
Tiene
la necesidad
Inexcusable
y firme
De
morir.
Desde
la efímera
Hasta
la estrella
De
mayor magnitud
Del
universo.
¡Todo!…
y al decirlo
Englobo
aquí a tu dios
Que
también necesita
Descansar
De
mí, de ti y de aquello
Que ni
siquiera entiende,
Porque
no ha sabido jamás
Para
qué sirve*.
Demasiada
gente
Postrada
de rodillas,
Pueblos muertos de hambre,
De ignorancia...
Desengañado y triste
Reconoce que nada
Le ha salido de acuerdo
Con sus planes.
Desengañado y triste
Reconoce que nada
Le ha salido de acuerdo
Con sus planes.
Es
por ello que piensa
Dejarlo
todo e irse,
Fugazmente,
así,
Sin
alharacas.
Volver
al vientre
Materno
en que otros dioses
(A
su pesar) Un día
Lo
engendraron.
Y olvidarse por fin
De aquel ser necio,
De aquella criatura
Sin sentido
Que con sus propias manos
Modeló ante sus ángeles,
Contraviniendo el orden
De los hados.
Y olvidarse por fin
De aquel ser necio,
De aquella criatura
Sin sentido
Que con sus propias manos
Modeló ante sus ángeles,
Contraviniendo el orden
De los hados.
(*)
Él,
Harto ya de si mismo.
Miguel Ángel G. Yanes
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