Algo no me cuadraba, en las imagenes difundidas por la televisión estatal, sobre los trajes protectores empleados por los sanitarios españoles en la crisis del ébola.
No entendía por qué se utilizaban dos tipos diferentes de trajes: unos amarillos, bastante cutres, con gafas, mascarilla, guantes y capucha aparte, de los que había que desprenderse con sumo cuidado para no contaminarse; y otros azules, compactos y herméticos, a los que se aplicaban duchas desinfectantes antes de que los sanitarios se desprendieran de ellos, minimizando así el riesgo de contagio.
¿Por qué no empleaban sólo aquellos trajes azules, cuya calidad era superior a todas luces?
No le veía la lógica al asunto, hasta que, de repente, se descubrió el pastel:
El programa España Directo de TVE, mientras hablaba de los pacientes ingresados en el Hospital Carlos III de Madrid, había colado, sin especificarlo, imágenes correspondientes al Hospital Charite de Berlín, especializado en enfermedades infecciosas.
Cabe preguntarse ahora, si el gobierno español habrá caído en la cuenta de solicitar la compra de ese equipamiento, mucho más perfeccionado que el español, a los señores teutones, a fin de que nuestros sanitarios puedan trabajar con mayores condiciones de seguridad.
¿No me irán a decir que la crisis económica no lo permite, verdad?
Miguel Ángel G. Yanes
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