ESPAÑA, OSCAR A LA INDECENCIA
Ya hace falta ser prepotentes, chulos y, sobre todo, provocadores para organizar en Bilbao, donde no puede jugar La Roja, un foro empresarial de celebración de la salida de la crisis, a mayor gloria del Presidente del Gobierno, y en el que la Directora del Fondo Monetario Internacional sostiene
la necesidad de nuevas represiones laborales y más impuestos
indirectos, es decir, aquéllos que afectan en mayor gravedad a los
desprotegidos, y el mismo Rey de España
confirma la conveniencia de más medidas en tal sentido, y sin que
nadie los mande a la mierda, quiero decir sin que nadie de los
presentes los rebata, y solo lo hacen en el exterior jóvenes airados
arremetiendo contra cajeros y contenedores. Una vez más habría que
preguntarse qué violencia es peor y más dañina, justo cuando en otro
lugar de España una mujer se rompe una costilla en disputa por un
billete de 50 euros que el gracioso seleccionador de empleo lo lanzó
diciendo que el puesto de trabajo ofrecido sería para quien cogiese el
billete.
La desfachatez empieza a no tener límites.
Nos cuentan historias de crecimientos y macroeconomías, pero la gente
no las cree porque no las ven en sus vidas. Por su parte, el Presidente
del Gobierno, Rajoy, el hombre que no admitió la menor crítica, se ha
abonado a la palabra demagogia y a decir que son prejuicios infundados y
malintencionados negar la recuperación. Eso sí, ‘queda mucho por
hacer’. Desde pequeñito llevo oyendo que ‘queda mucho por hacer’. La recuperación es como la Vida Eterna, que cuando llega ya estamos muertos y caninos.
No más camelos, no más cuentos, que luego viene Putin y nos pone patas
arriba. El paro baja en 1949 personas y ya se ponen gallitos, el
cambio de tendencia es evidente, solo hacen falta veinte o treinta años
para llegar a un índice razonable y europeo, y mientras tanto con unos
salarios de miseria y al capricho y caridad de los empresarios.
Sí, queda mucho por hacer. Queda por hacer desmontarlos del machito y que los que las pasen canutas sean ellos. España es una vergüenza social, y ellos son los responsables. No queremos guillotinas, queremos racionalizar la vida, queremos que España sea una Marcha por la Dignidad perpetua.
No queremos más cavernas, más látigos, más trampas, más mentiras, no
queremos más buenos samaritanos en la política y en las empresas. Han ultrajado el Guggenheim, donde se celebró el aquelarre. España huele a pufo y corrupción,
y ellos tan contentos y no sintiéndose aludidos. Hay 26 nuevos
multimillonarios entre los más ricos del planeta, según Forbes. Sí,
para ellos la crisis ha terminado. Para los demás, aún queda mucho por
hacer, ustedes dirán.
FUENTE: Público.es
Puntadas sin hilo
Arturo González
04 mar 2014
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