EL EXABRUPTO
Cuando suena el teléfono en casa, lo primero que hago es mirar la pantallita chivatona para averiguar quién llama. Si es un teléfono que empieza por 91, tengo muy claro que no voy a contestar porque sé, a ciencia cierta, que se trata de las empresas de telefonía con sus jodidas y agresivas campañas (que me perdone por dios, si quien llama es algún madrileño que conozco). Pero hoy me dejó fuera de juego un número que empezaba por 90; y ante la duda, opté por descolgar:
- ¡Sí, dígame!
Entonces, una voz con marcado acento peninsular (de la Península Ibérica, se entiende) en vez de responder, pregunta:
- ¿Sr. González Yanoés?
- ¡¿Cómo qué ya no es?... ¿Entonces qué coño es?!
No sé cómo me salió del alma el exabrupto, pero fue manita de santo. Debió acojonarse el tipo y colgó de inmediato.
"¿Quién será el loco este?", se preguntaría.
Pues ni más ni menos que un ciudadano que está hasta los "nepes" de que le invadan su intimidad.
Miguel Ángel G. Yanes
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